Pocas cosas son tan significativas para comprobar que una sociedad está enferma como celebrar la muerte ajena.
Y en esto la sociedad palestina demuestra estar enferma y podrida.
A cada atentado palestino le suceden espontaneas manifestaciones de alegria y alborozo, celebraciones populares donde se reparten golosinas y dulces y los conductores ebrios de alegría hacen sonar sus claxon como si su equipo de futbol hubiera ganado el campeonato del mundo.
Una sociedad paranoica, violenta, victimista y profundamente antisemita donde el odio al israeli emana de todas y cada una de las facetas de la vida, del sistema educativo, de la administración publica, etc, etc
La policia israelí, ya ha detenido a algunos de estos miserables que celebraban la muerte y el dolor ajeno en Jerusalem y en la localidad de Shiloe de donde al parecer era el terrorista asesino y donde su familia lo festejaba publicamente.
Fuente: Walla News y Arutz Sheva