"Voy a hablar del joven Sha yú sin rencor, aunque con la mano izquierda tenga que sostener el pañuelo en mi frente para cortar la hemorragia. De vez en cuando, una gotita se escapa, noto como se lanza por el tobogán del tabique nasal y se despeña contra el cuaderno en el que quiero hablar del inicio de todo cuanto ahora acaba, en este vertedero".
Una sombra en Pekín es un pequeño tesoro, sí he dicho un pequeño tesoro, y digo pequeño por su extensión, no por su riqueza literaria, que es enorme.Tal como os he transcrito en la sinopsis nos encontramos ante una fábula. Una fábula es un breve relato ficticio, en prosa o verso, con intención didáctica frecuentemente manifestada en una moraleja final, y en el que pueden intervenir personas, animales y otros seres animados o inanimados. He optado por aportar en esta reseña la definición de fábula, que he extraído del diccionario de la real academia de la lengua, ya que aunque no os lo he dicho hasta ahora es una manía que tengo. Me entusiasma buscar tanto definiciones como sinónimos cuando escribo, y además creo que definir una palabra es de lo más complicado y prefiero remitirme a expertos que cumplan esta tarea de forma más satisfactoria.Pues bien, nos encontramos ante un libro que cumple con todos los requisitos para encajar en la definición dada. En primer lugar, la extensión del mismo es reducida, pudiéndose afirmar por ello que nos encontramos más ante un relato que una novela. El relato se estructura en dos partes, divididas cada una en doce capítulos, que son además bastante breves, y en los cuales se intercalan ilustraciones (desde mi punto de vista preciosas) realizadas con tinta china, por Juan Gonzalo Lema. Tengo que deciros, que aun no lo había hecho antes, o eso creo, que esta es una característica que aprecio en los libros. Me gusta el que estén divididos en capítulos no demasiado largos, ya que suelo optar por leer por las noches y me da mucha rabia el tener que dejar de leer en mitad de un capítulo, porque este se hace muy largo, por ello considero que este es un punto muy positivo del libro en cuestión.En segundo lugar, nos encontramos ante un libro que contiene ya no sólo una moraleja final, sino que en sí es una moraleja. A través de la historia que nos cuenta el protagonista, un anciano que recuerda los pormenores de su existencia, desde que era joven y tuvo que dejar su pueblo natal, hasta la actualidad en donde tras ser considerado un estorbo en la fábrica en la que trabajaba en Pekín tiene que volver a su pueblo, y que los plasma en un cuaderno con la intención de alargar esa vuelta tan poco deseada. La soledad, el pasar del tiempo y la sensación de vacío son algunos de los temas sobre los que el anciano medita, y en los cuales el lector se sumerge a través de la lectura de este relato.Es importante destacar llegados a este punto, que el relato está narrado en primera persona, pero no en una única línea temporal, ya que el anciano nos presenta su historia desde el presente, y nos traslada a su vez al pasado para contarnos su vida desde que era pequeño.Por último, los personas a pesar de ser seres humanos, se les da nombre de animal para maximizar el efecto fabulesco del relato. La elección de los animales por parte del autor ha sido magistral desde mi punto de vista, y me parece un detalle maravilloso que nos transporta a su vez a China (los nombres de animales son en chino y al final del libro nos da el autor en una nota las equivalencias en castellano) lugar en el que los acontecimientos tienen lugar. Sin duda el personaje que creo que está mejor caracterizado mediante su correspondiente fiera es Sha Yú, el tiburón que representa a la persona depredadora de la novela que sólo se mueve por intereses propios, y a la que en cierta medida nuestro protagonista achaca la mayor parte de sus males.Tan sólo me queda alabar de esta novela, que como os habréis dado cuenta me ha encantado, el estilo cuidado y hermoso de Jose Angel Cilleruelo. La forma de narrar del autor es exquisita y hacen que el lector se deleite con la belleza de su prosa. En conclusión, nos encontramos ante un relato fabuloso en el que el lector podrá disfrutar de una historia preciosa a la vez que triste, nostalgica a la vez que bella, que no le dejará indiferente y en la cual no dudará en adentrarse de nuevo para poder disfrutar de una muy buena calidad literaria.A continuación os dejo una ilustración del libro obtenida del blog de la Editorial Traspiés.
Muchos besos!!