El momento queda roto
por una dulce voz .Una palabra, una sonrisa,fugaces, vivas, femeninas. Breve éxtasis de sevillanía¨que fugaz culminaal preguntarle su nombresin tiempo para más.El pensamiento rompe sus cadenas,la paz queda rota, mis versos corren tras ella para abrazarla.Cansados, cuando la noche toma el relevoen el cielo,se echan a dormir junto al ríopreguntándose si no fue un espejismo.Pero no lo fue...sucedió en Triana.
La tarde se dibuja con pinceladas de invierno.Amparados entre muros que añoran el aromade los geranios.El olor a café inunda las calles convertidas en pentagramaque evoca un ayer de coplas marinerasentre compases que solo oye el alma.