Pero esta vez no ha sido el tiempo, ha sido una persona, un mujer quién ha logrado que la blogosfera haga algo hermoso. Una mujer nos ha abierto los ojos a una cruda pero innegable realidad. Se hace llamar Paris y con su sonrisa y su fuerza ha conseguido que todos la admiremos.
Hoy escribo estas líneas porque tengo encogido el corazón, de gozo, de emoción por ver cómo hemos sido capaces de unirnos para apoyar a una mujer que no piensa rendirse. Confieso tener lágrimas en los ojos, no por tristeza, quizá por rabia, por impotencia. Pero las seco ya mismo y tomo ejemplo de la mejor, de ti Paris. Nos has dado a todas una lección de entereza, de fuerza, de valentía. Nos has dado una lección de vida.
La vida es frágil pero no siempre nos damos cuenta. Empleemos nuestro tiempo en ser felices, en sonreir, en disfrutar de los nuestros, en amar.
Te tiendo mi mano y te envío un abrazo lleno de sincero cariño, de admiración pero sobre todo cargo ese gesto de futuro. Porque espero que en un futuro podamos encontrarnos, cogernos de las manos, mirarnos a los ojos y abrazarnos de verdad.
¿Quieres unirte y sonreir a Paris? Puedes hacerlo aquí, ¡te esperamos!