Una tarde con un tal Egoland por Morfeo

Por Kikeforo

Una tarde con un tal Egoland, presentación del libro en Jerez

Selu me ha pedido que escriba unas líneas sobre la presentación del libro “Seductor” el sábado 21 de julio en Jerez. Pero no he podido evitar escribir un artículo entero para contar lo que observé y experimenté ese día junto a gente tan inspiradora como Luis, Ana y Selu. Ya sabéis, los artistas y nuestro pedante deseo de escribir lo que sentimos… Con el tiempo terminaréis entendiéndome.

Resulta que me enteré de que se presentaba tan ansiado libro en Jerez, y a mi me pillaba muy cerquita. Se lo propuse a mis colegas, a los que ya había contado algo de Egoland, y nos lo montamos para ir.
Nosotros, que nos gusta sentirnos muy perroflautas y que las chicas nos compren nuestros caprichos, fuimos con el dinero justo. Ese día yo me sentía muy crítico literario, y hasta pensé en comprarme unas gafas de pasta y dejarme bigote. Yo sabía, por supuesto, que el libro de Egoh iba a ser algo brillante, pero quería ver si en una tarde era capaz de seducirme y hacerme comprarlo.

Llegamos al local donde era la presentación con antelación, y nos pedimos unas cervezas. Mis colegas y yo reflexionábamos sobre temas tan trascendentales como el modo de cuidarse bien una perilla, los impuestos nuevos del tabaco o que en Irlanda se beben la cerveza a tempratura ambiente (¿Algún español es capaz de beberse una cerveza que no esté helada?)

Y entre tanta reflexión importante, empezó a llegar gente. Me sentía expectante y un poco nervioso, pues llevaba leyendo a Egoh más de dos años, y habíamos tenido alguna conversación telefónica, pero no lo conocía en persona.
Me lo imaginaba como un tipo estirado de esos, tan estirados que dejan el dedo meñique estirado cuando beben cerveza y les gusta recibir halagos de los demás.

Inmerso en tales pensamientos, Luis apareció por el local.
Nos miramos un instante, y nos reconocimos. Primero, un apretón de manos. Me sorprendió que Luis es de esos hombres que aprietan. Yo siempre he identificado eso como signo de una persona sincera y con seguridad. Luego nos abrazamos y tuve que decirle: “¿Cómo estás, grandullón?”

Selu llegó y me transmitió con una sonrisa una energía que me puso de buen humor instantáneamente. Y Ana, además de ser una mujer extrovertida y atractiva, me transmitió una convicción y una madurez de la que hay mucho que aprender.

Quedaba un cuarto de hora para empezar la presentación, y estuvimos todos conociéndonos y contándonos un poco de todo.
Algo que me llamó la atención fue que en ese rato, Luis no dejó de repetir: “Joder, que sitio tan chulo nos hemos buscado para presentar mi libro, así da gusto”.
Y en vez de hacerse el interesante, se sentó conmigo y mis colegas, se presentó y hablamos todos en un clima muy cómodo y relajado.

Me dí cuenta de que debo aprender mucho de esa cualidad tan egolandiana: reconocer lo bueno que hay en cada sitio y en cada persona, y comunicar lo bien que me hace sentir

Luis, sabiendo que lo admiro y tenía ganas de conocerlo en persona, buscó el primer hueco que tuvo para charlar conmigo unos minutos en privado y contarnos lo que pasaba últimamente en nuestras vidas.
Es un gustazo ver que un tipo que es seguido por tanta gente, te presta toda la atención del mundo cuando le cuentas algún problema, y sin juzgarte ni decirte qué debes hacer, te aconseja con tranquilidad y una buena dosis de humor.
¡¡Encima estaba empecinado en que yo soy más alto que él!! ¿Os lo podéis creer?

Comenzó la presentación, así que yo me encendí un cigarro y crucé las piernas como Woody Allen, ¿Me seducirían Luis, Selu y Ana?

Chicos y chicas, os puedo decir que para leer soy el tio más pijo y selectivo del mundo, si un libro no es tremendamente bueno, no puedo leérmelo entero. Y tampoco gasto un duro en un libro que no sea realmente prometedor. Pero sólo habían pasado quince minutos desde que empezó la presentación y no podía contener las carcajadas con el ingenio de Luis y el gusanillo de la curiosidad por ver qué diablos se escondía en ese libro tan ansiado durante más de dos años. Cuando terminó, me tuve que acercar y comprarle el libro, no sin antes exigirle una dedicatoria especial para mí, que esas cursiladas me gustan mucho, y además, ¿Me la había ganado, no?

Lo que me escribió, lo reservo para mí.
Sólo os puedo decir que Luis es de esas personas que se sienten bien consigo mismas, y que hacen sentir bien a quienes le rodean. Y sólo por eso, todos podemos aprender mucho de él.

En dos días, me he devorado más de la mitad del libro, que de fuera parece bastante grande y denso, pero está escrito con una frescura que engancha. Y es el libro de seducción más práctico que he leido. Cosa que creo que no hay que tomarse a la ligera…

Ahora la decisión es vuestra.
Pero os advierto que como ese libro caiga en vuestras manos, no vais a poder evitar empaparos en esa forma de ver el mundo tan inspiradora que tiene nuestro amigo Luis…

Abrazos a todos… Y a tí también, grandullón. Nos volveremos a ver muy pronto!!!

MORFEO