Caminaba por la playa observando cómo los dedos gordos de cada una de mis patas se encogían, como aferrándose fuerte en la arena recién mojada por las olas, volviendo luego a su posición original, elevando por el aire granitos de arena con agua de mar; y al observar los pocitos que dejaban como marca registrada mis huellas, se me dibujó una gran sonrisa.
"Al fin, ya estoy andando", pensé...
...Se me dibujó una gran sonrisa
"Al fin, ya estoy andando", pensé...
Imaginaba que cada huella dibujada sobre la arena representaba una experiencia y un aprendizaje nuevo en mi vida, una nueva persona con quien hemos coincidido en el camino, un instante vivido inolvidable, un segundo más de existencia a pleno, una sensación nueva y profunda, un recuerdo olvidado, algún aprendizaje sencillo pero que me quedará para toda la vida, alguna lágrima derramada en algún momento de tristeza o alegría extrema, o quizás alguna nueva anécdota para llenar mi diario de viaje y al releerlo viajar imaginariamente de nuevo y ubicarme en ese lugar y en ese contexto. Seguramente luego vendrá el mar y con sus olas arrastrará y borrará todo definitivamente; pero mientras tanto las contemplo y disfruto del placer de vivir y de estar conciente de este momento. Esas huellas significan mi marca por este universo, por esta playa, significa que estoy vivo en este preciso instante.
"...Seguramente luego vendrá el mar y con sus olas arrastrará y borrará todo definitivamente; pero mientras tanto las contemplo y disfruto del placer de vivir y de estar conciente de este momento..."
Recordé aquellos tiempos cuando esta idea de comenzar a viajar era sólo un proyecto. También recordé aquellos momentos cuando compartía con algunas personas tímidamente mi quimera de llevar en viaje a México las cenizas de mi padre, a Zihuatanejo. Recordaba también las miradas raras y las preguntas e interrogantes de todo tipo y color que la gente me hacía... ¿Dejar mi trabajo donde estoy cómodo, seguro y confortable? ¿Dejar mi casa, mi familia, mis mascotas, mis amigos, mi novia? ¿Dejar mi barrio, mi hermosa ciudad, mis calles?... ¿Para qué? ¿qué ando buscando? ¿qué es lo que persigo? ¿qué es lo que quiero?... A decir verdad, nunca me interesaron tanto las preguntas y respuestas de aquellas personas cuya filosofía de vida tan estructurada no les permitía aceptar mi paradigma de vida, mi utopía, mi sueño, mi quimera de sapo soñador de otro pozo...
"...A decir verdad, nunca me interesaron tanto las preguntas y respuestas de aquellas personas cuya filosofía de vida tan estructurada no les permitía aceptar mi paradigma de vida, mi utopía, mi sueño, mi quimera de sapo soñador de otro pozo..."
¿Tan fuerte es lo que encuentro en los viajes que sería capaz de relegar toda mi vida en el pasado y salir a recorrer los caminos del mundo gambeteando con la de palo?.
A todo momento y en todo momento del día -y de la noche- imaginé estos instantes que estoy viviendo ahora. En el trabajo con planillas de por medio y atareado de trabajo, con mis amigos en medio de risas y comentarios, cuando miraba mi hermoso Río Paraná y contemplaba a lo lejos en el horizonte el paisaje imaginario que pintaba con mi imaginación, cuando hablaba con mis perros y por dentro me daba pena el pensar que me extrañarían, cuando miraba mis sobrinos y en sus ojos descubría la fascinación que les podría llegar a generar que el tío ande de loco por el mundo y se sientan orgullosos, cuando a las tardes me quedaba tomando matecitos con mi madre y les contaba de mis proyectos y sueños, cuando escribía, cuando amaba, cuando enloquecía de ganas de viajar; siempre y a todo instante, no dejé de soñar ni un segundo y ahora estoy aquí. Ese fue mi secreto, pensaba, a todo momento en este momento. No claudiqué ni un instante con mi genio de ser un soñador.
"...A todo instante, no dejé de soñar ni un segundo y ahora estoy aquí..."
Hoy me encuentro por aquí, en Buzios, hace un mes y algunos días viviendo la vida como yo he escogido vivirla. Conozco y cuento los días viviendo aquí como una enamorada cuenta los días para que su enamorado vuelva de la guerra, o como una madre embarazada lleva las fechas fríamente calculadas contando los días y las horas para dar a luz lo más divino que hay en este universo: otra vida. Y sino, quizá quede mejor decir que estoy aquí hace un mes, 27 días, y exactamente una hora y veinticinco minutos…
Estoy viviendo lo que hace un tiempo atrás pensé que sólo existiría en mis pensamientos. Hoy es real y mirar hacia el pasado y pensar en todas aquellas cavilaciones y en los lugares o situaciones en las que me encontraba mientras pensaba este momento que estoy viviendo me parecen tan lejanos!
"...Hoy me encuentro por aquí, en Buzios, hace un mes y algunos días viviendo la vida como yo he escogido vivirla..."
Continué mi camino por la playa y volví a retroceder nuevamente la mirada hacia lo que había dejado atrás: divisé algunas personas tomando sol, niños jugando en la playa, una pareja caminando en la orilla del mar, un perro mordiendo un pescado podrido, mujeres haciendo jueguito con una pelota de fútbol. El entorno que me rodeaba parecía surreal… preferí obtener una visión más íntima del sol y el mar y continué caminando hacia unas rocas que observé no tan lejos de donde me encontraba y decidí que ese sería mi próximo lugar para detenerme otra vez y meditar."...Divisé niños jugando en la playa..."
"...Divisé parejas de la mano caminando por la orilla del mar..."
"...Divisé mujeres haciendo jueguito con una pelota de fútbol..."
En un instante, mientras la tarde caía de a retazos, de tantos pensamientos que me inundaron la mente... frené mis pasos, me detuve frente a la inabarcable vista de un maravilloso mar y esa sonrisa que hasta hace segundos atrás se me dibujó en el rostro se hizo mayor aún y sin querer largué una carcajada de incredulidad ante tamaña belleza, mientras que mis pelos -de tan largos que están!- ya se escurrían por mi gesto de asombro...
"...En un instante, mientras la tarde caía de a retazos, de tantos pensamientos que me inundaron la mente... frené mis pasos, me detuve frente a la inabarcable vista de este maravilloso mar y esa sonrisa que hasta hace segundos atrás se me dibujó en el rosto se hizo mayor aún..."
La belleza de la vista era increíble y la alegría ya me quitaba la respiración y me hacía respirar tan profundo transformándose en energía que movilizó los músculos de mis brazos haciéndolos elevar al cielo y estimulando también los músculos de mis cuerdas vocales sin que yo pudiera contenerme y, casi murmurando involuntariamente, suspiré: “Estoy en el paraíso” …
"... sin que yo pudiera contenerme y, casi murmurando involuntariamente, suspiré: “Estoy en el paraíso” … ..."
Mirando el mar, una tarde cualquiera, encontré suficientes respuestas ante algunos cuestionamientos internos y sonreí de tanta felicidad al darme cuenta que todas las respuestas estaban en el camino, en el viaje, en la aventura. Es el mismo camino -que voy conociendo día a día- quien me va cruzando y poniendo cara a cara con todas y cada una de las herramientas para poder responder cada uno de los interrogantes que alguna vez me han hecho y yo mismo me he planteado.
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