Siempre lo he pensado. La memoria de algunos en España es como la de un pez. O eso o es tan selectiva que podríamos decir que es elitista. Una de la que da muestras de ello cada día es la señora María Dolores de Cospedal. La amiga de los trabajadores, palestino en cuello y puño alzado al viento. Madre mía. Es que se me pone mal cuerpo cada vez que la veo.
Pues ayer esta individua va a ‘Los desayunos de TVE‘ y le dice a una gran profesional como Ana Pastor que desde el PP se sienten muy agraviados con el trato mediático que la televisión pública le da a su partido. Pues yo no lo comprendo ya que a día de hoy esos informativos son los más plurales que se pueden ver en este país de medios de comunicación vendidos a intereses políticos y económicos.
Puede ser que esta señora no recuerde que el actual director de RTVE fue elegido por consenso de los dos grandes partidos, vamos, a gusto de ambos. Puede ser que no recuerde la sentencia del 24 de julio de 2003 en la que la Audiencia Nacional condenó, de forma histórica, a la televisión pública por “violación de los derechos fundamentales de huelga y libertad sindical a raíz de la información sobre la huelga general de 20 de junio de 2002 con Aznar presidiendo el Gobierno y Urdaci al frente de esos vergonzantes informativos.
Puede que también tengamos que recordarle la manipulación informativa que sufren Telemadrid y Canal9 a manos de sus amiguitos Esperanza Aguirre y Francisco Camps. Eso si que es claro y meridiano. Eso si que es para poner el grito en el cielo. Y mejor ni hablo de la polémica de ‘Volem TV3‘.
Pues eso. Lo mejor sería que el PP y Cospedal dejaran bien claro la televisión que quieren. Seguro que estarán contentos cuando solamente se vean cobijados sus intereses, cuando la sombra solo se arrime a ellos y deje desprovistos a los demás. Una televisión única, grande y libre.