Sin embargo me gustaría romper una lanza por Màxim Huerta, porque yo vencí mis reticencias con una novela muy valiente, porque su protagonista es un poco difícil de entender y más difícil todavía de empatizar, pero está escrita con una elegancia exquisita y sobre todo mantiene hasta el final la incognita, sabe dosificar bien la trama y dar un giro sorprendente en el desenlace. Me pareció una novela muy arriesgada que tarda en enganchar mucho al lector. Sin pensarlo mucho me lancé a leer su opera prima, que me pareció menos elaborada, y que me sorprendió también muy gratamente.
Cuando vi Una tienda en Paris entre las novedades de Martínez Roca, me enamoré primeramente de su portada en tonos de gris en el que el único color lo pone la mujer que está frente a la tienda. La editorial ha sabido jugar con el tema de la novela desde el exterior y para mí ha sido un acierto. Os adelanto que la novela me ha gustado, que no me ha parecido redonda porque hay ciertas cosas que no me han acabado de llegar. Que me he entusiasmado con la historia aunque no he logrado siempre empatizar con sus protagonistas. Me parece mucho más comercial y menos arriesgada que El susurro de la caracola pero no por ello de peor calidad.
Màxim Huerta se ganó una lectora incondicional, por su bella prosa, por ese lenguaje poético que a veces despliega bien dosificado, por su buen hacer con los personajes femeninos, tiene una gran habilidad para meterse en la piel de una mujer, y por las historias que cuenta, tan diferentes entre sí y a la vez tan atrayentes.
El autor
Os dejo las mismas pinceladas que ya os apunté cuando hablé de El susurro de la caracola, y Que sea la ultima vez poco se ha movido su biográfia desde ese momento
Màxim Huerta nace en Utiel en 1971. Inicia sus estudios de periodismo en la Universidad CEU San Pablo de Valencia, donde compartimos estudios durante cuatro años, yo me licencié una promoción después. Comienza sus pasos en radio y prensa valencianos, y en 1997 da su salto a la televisión en Canal 9, dos años después se hace cargo del informativo regional de Telecinco para la Comunidad Valenciana, y ese mismo año salta a la emisión nacional donde se convirtió en uno de los rostros de Informativos Telecinco, faceta que desempeño durante cinco años presentando distintas ediciones. Durante ese período presenta La noche temática de los juegos de rol, y forma parte del equipo informativo de elecciones y grandes acontecimientos, como la guerra de Irak, de Afganistán o la boda real.
En el año 2005 da un giro a su carrera, que a mi al menos me resultó poco convincente, y se incorpora al equipo de presentadores del programa de Ana Rosa Quintana. Formó parte también del equipo de Queremos hablar, en Punto Radio, junto Ana Garcia Lozano.
Es miembro de la Academia de las Ciencias y las Artes de la Televisión, y colabora mensualmente con la revista Vanidad. El susurro de la caracola es su segunda novela, con la que ha sido éxito de ventas y crítica y se ha convertido en uno de los fenómenos editoriales del 2011. Quizás el éxito conseguido haya sido lo que ha impulsado a Martinez Roca a reeditar una obra que no había tenido mucha resonancia en su primera andadura, dotándola de una portada menos chillona, y acortando el titulo.
Su última obra en el mercado es Una tienda en Paris, cuya reseña me ocupa en estos momentos.Si quereis más información podeis acercaros a estos enlaceshttp://www.maximhuerta.com@maximhuerta (en twitter)#unatiendaenparis (en twitter)http://www.facebook.com/Maximhuerta
Argumento
Teresa es una mujer gris y anodina cansada de los tonos negros y grises en los que su vida se ve envuelta. Una chica insegura que vive a la sombra de su estricta tía y sin capacidad para decidir. Teresa esta cansada de su vida, se aburre y necesita un cambio, sin embargo no es capaz de dar pasos por sí sola, necesita que la empujen para actuar.
El empujón necesario le llega cuando en una tienda de antigüedades compra un cartel que le llama la atención. A partir de ese momento se suceden una serie de señales que la hacen tomar la decisión de romper con la vida que lleva y marcharse a Paris a empezar de nuevo.
Sin pensarlo mucho compra la tienda a la que perteneció el cartel y entra de lleno en la vida de la anterior propietaria que parece haberse instalado en su vida. Ir en pos de Alice devuelve a Teresa la alegría de vivir, le descubre el color y le hace recuperar el gusto por el amor.
Impresiones
En líneas generales Una tienda en Paris me ha gustado, tiene sus puntos fuertes y sus puntos débiles, y quizás yo los considere así porque no me gustan los fenómenos paranormales en la literatura, pero es que además considero que no hacen ninguna falta, que la novela hubiera seguido igual su cauce y quizás hubiera agradado más a los lectores.
La trama se puede dividir en dos partes, en la primera se nos presenta a Teresa, una mujer de hábitos y costumbres, gris, anodina, aburrida de su vida, y con una tía que dirigió su infancia a la muerte de su madre con mano férrea y sigue haciéndolo a pesar de que ya se ha independizado. A Teresa no le gusta su vida, pero ni tiene valor para cambiarla, enfrentarse a su tía la aterra.
Conocemos a Teresa desde niña, la relación con la hermana gemela de su madre, Tía Brigida, una mujer de armas tomar, sus gustos, sus hobbies. Teresa como protagonista es demasiado normal, incluso aburrida, los pocos intentos por rebelarse a su forma de vida son débiles, tanto comolo es ella. Todo cambia en una tienda de antigüedades y el cartel que le llama poderosamente la atención, tanto que decide autoregalarselo.Màxim nos situa bien a Teresa en su ambiente, tanto cuando es niña, como cuando es adulta, no escatima en descripciones, esta primera parte transcurre en Madrid, y nos hacemos una perfecta composición, de la casa en la que ha vivido de niña y el ático de sus padres en el que vive desde que se ha independizado. También de las calles que suele transitar. Hasta aquí no tengo ningún pero para la novela, te puede gustar más o menos la protagonista, te puedes identificar con ella o no, pero el estilo y la prosa son espectaculares y te llevan de la mano página a página.
Con la llegada del cartel a casa comienzan unos fenómenos paranormales que para mí están metidos con calzador, creo que aquí se equivoca Màxim, no hacía falta introducir un fantasma, ya estaban los pálpitos que tenía Teresa, ya estaba decidida a viajar a Paris.
Comienza una segunda etapa para Teresa, viaja a Paris en pos del color para alegrar su vida, y siguiendo la estela de Alice Humbert, la dueña de la tienda cuyo cartel compró en el anticuario. El cambio de escenario le da más viveza a la narración, le aporta interés, porque Màxim sigue dibujando muy cada ambiente, conoce Paris no hay duda y nos ofrece un retrato de la actualidad, pero quizás lo más interesante es el que ofrece del Paris de los años 20 de la mano de Alice que toma la voz para contarnos su vida, aquella que no puede conocer Teresa con sus investigaciones.
La novela da un vuelco en este momento, si ya te había atrapado ahora no te deja, no puedes parar de leer, deseas saber más sobre esa enigmática mujer cuya vida aunque tu no la hubieras vivido igual te fascina, sin duda Màxim ha creado un personaje fascinante, con sus luces y sus sombras, una mujer de carne y hueso que se equivoca en muchos pasos que da, que sin duda es muy humana.
Pero se vuelve a equivocar introduciendo de nuevo la presencia del fantasma, y sigo creyendo que no es necesaria, aunque esta vez tiene una explicación más plausible, el estado de ansiedad de Teresa, y la obsesión que siente por esa mujer a la que ve en cada paso que da.
Siempre me ha sorprendido la capacidad que tiene el autor para meterse en la piel de una mujer, en su mente, sus personajes son muy femeninos. Además leyendo sus obras nos encontramos ante mujeres muy distintas, Alice y Teresa lo son, digamos que son la cara y la cruz de una moneda, la una se come la vida a grandes bocados, la otra la deja pasar sin pena ni gloria, pero ambas no se parecen para nada a Margarita ni a Angeles Alarcón, sin embargo todas tienen en común las obsesiones que les acompañan a lo largo de su vida, son mujeres muy complejas, y dibujadas con esmero.
Personajes
Nos encontramos con dos protagonistas femeninas de excepción, aunque para mi gusto, Alice termina comiéndole el terreno a Teresa puesto que es mucho más interesante
Teresa: Es una mujer de unos cuarenta años, cansada de su vida, de ser un pelele de su tía que todavía le dice como tiene que vestir, y comportarse. Su vida se ha anclado en los tonos grises, y necesita un cambio. Muchas de nosotras tiene un halo de esa mujer que tan poco nos atrae. La Teresa de Paris va evolucionando poco a poco, se ve más suelta, hace lo que quiere con su vida y sin embargo se ve eclipsada por una Alice exultante.
Tía Brigida: Es una mujer estirada, muy de clase alta y puesta en su papel, busca la perfección en su apocada sobrina y lo único que consigue es formar a una mujer débil de carácter a la que detesta. Delante de este personaje he tenido sentimientos muy encontrados, en momentos la he comprendido y en otros me he puesto en la piel de Teresa y la he odiado profundamente.
Pero no todos son personajes femeninos también hay hombres que actúan como secundarios necesarios.
Laurent: El amor de juventud de Teresa, el que le dejó un tremendo vacío y le hizo perder las ganas de volver a amar. El personaje no está tan bien dibujado como las mujeres, pero tiene su aquel, conocemos su aspecto físico y sus miedos, sus rencores.
Mathieu Ardisson: El periodista parisino que ayuda a Teresa en su investigación, un hombre que propiciará un nuevo cambio en la vida de Teresa. Un personaje con el que también he tenido sentimientos encontrados, en ocasiones he sentido lástima por él y otras he pensado que se merecía todo lo que tenía, y también me ha levantado una ternura infinita. Tantas emociones caben en un mismo personaje, porque vive y respira y no es nada plano, aunque esto lo comparten todos.
Los felices años 20
Así comienza la ascensión de Alice en la vida, siendo modelo, pasando frío, tragándose su pudor y prestándose a situaciones que no se si yo hubiera sido capaz. Su belleza la hace entrar en círculos más selectos, dejar de ser una modelo que se codea con Modigliani, o Kisling este menos conocido, a pasar a brillar en la alta sociedad con personajes como Coco Chanel.
Alice sabe aprovechar todas las oportunidades que se le brindan, y mejorar su situación personal, quiere olvidar su ascendencia, el hambre, el frío, quiere instalarse en su nueva vida y borrar su pasado, aunque ello signifique olvidarse de su familia, de su madre y sus hermanos. Pero Alice es débil y se equivoca en sus decisiones y su vida da vuelcos y vaivenes.
El retrato de ese Paris de los años 20 y los personajes que crea Màxim brillan con luz propia tanto que eclipsan la historia principal que leemos para llegar a una nueva narración de Alice.
Estilo
Me gusta la forma de narrar de Màxim, me enamoró en el Susurro de la caracola y sigue conmoviéndome y sorprendiéndome a cada novela. En esta ocasión le da la voz a sus protagonistas. Tenemos dos historias narradas en primera persona, son Teresa y Alice las que nos cuentan sus vidas, sus experiencias, sus debilidades, sus miedos, sus aciertos y sus fracasos. Y de ahí que la narración sea cercana, con profusión de descripciones, pero no menos diálogos.
Una narración que fluye, que va pasando sin un orden lineal porque los recuerdos son muy importantes para las dos mujeres, sin embargo en ningún momento nos sentimos perdidos como lector. El autor va salpicando la narración de golpes de efecto, reservándose para el final el más importante, me dejó con la boca abierta, sin duda un gran as guardado en la manga.
Utiliza un lenguaje sencillo con comparaciones y similes de fácil comprensión, bordea con elegancia la prosa poética. Uno de los recursos que más me ha gustado es esa maleta llena de pedacitos de ropa que guarda Teresa desde su infancia. Un guiño que tendrá su importancia a lo largo de la lectura, aunque a veces pase desaparecibido.
Conclusión
Podría seguir hablando de la novela, de los sentimientos que me ha levantado, podría desgranar todos los puntos, pero prefiero que los descubráis, que os acerquéis a Teresa ya Alice que viváis con ellas sus aventuras, no es fácil empatizar con ellas, sin embargo las he comprendido, en muchas ocasiones hubiera actuado de forma distinta, pero siempre me ha quedado claro porque Màxim las hace actuar de una u otra forma.
Una novela que sin ser redonda cuenta una historia preciosa que tiene su culmen en ese Paris de los años 20 que seguro que te deslumbra y como no puede ser de otra forma Alice y Teresa terminaran unidas para siempre solo te falta descubrir de que forma…
¿Te animas a hacerlo? Seguro que lo disfrutas…