Una valiente mujer: Moung Maryda

Por Globalhumanitaria @Ghumanitaria

Moung Maryda es el nombre ficticio de una mujer camboyana que sufrió abusos sexuales a los 11 años. La colaboración de Protect con la Unidad contra el Tráfico de Personas y de Protección de Menores de la Policía Camboyana permitió su rescate.

Hoy, Moung, que vive en Phnom Penh, es una de las valientes testimonios que explica su historia de abusos en una cultura en la que es un grave tabú mencionarlos. Moung ayuda así a otros niños a evitar la explotación sexual en las sesiones de sensibilización que Protect lleva a cabo en escuelas y comunidades.

“Me llamo Maryda. Tengo 19 años. Aparte de mis padres, tengo cuatro hermanos y dos hermanas. Vivía en otro lugar antes de estar en una de las casas de acogida de Hagar. Luego me mudé aquí (a Pnhom Penh) y ahora estoy estodiando noveno grado”.

Fui a la orilla cerca del Palacio Real a mendigar. Le pedí dinero al alemán y él me preguntó si quería comer algo. Al principio no estaba de acuerdo, pero al final fui a cenar con él”.

“Cogimos un tuk- tuk juntos y fuimos a dar un paseo por la orilla del río . Él dijo que le daría 20 dólares a mi familia cada mes. También me prometió que me daría clases de inglés. Algunas veces me llevó a dar clases particulares de inglés, pero siempre me llevaba de vuelta a casa.

“Pero un día me llevó a cenar y bebió mucha cerveza. Después de la cena tuve sueño y me llevó a su habitación. A las 11 entró en la habitación y bloqueo el cerrojo. Me forzó mientras yo le decía: no! no!”

Protect protege contra la explotación sexual infantil

“El abuso ocurrió en varias ocasiones. Un día a las 4 de la madrugada , la policía vino , pero la puerta estaba cerrada con llave. Quería gritar, pero no lo hice porque creía que nadie podía ayudarme. Estábamos en una casa de huéspedes en la que sólo había extranjeros.”

“Cuando Protect me rescató, recibí ayuda social y legal. Protect me proporcionó un abogado”.

“Después del veredicto y de la condena a 15 años de mi agresor, me siento segura . La persona que me agredió está en la cárcel y no puede hacerme daño nunca más. Si no lo hubiesen condenado, podría hacérmelo de nuevo o abusar a otros niños.”

“Mi vida ahora es difícil . Mi padre trabaja como obrero de la construcción y tiene un trabajo inestable, y mi madre está enferma”

Cuando me preguntan por qué doy mi testimonio ante el público, me siento muy feliz. Me han preguntado por qué lo hago muchas veces. Lo que quiero es contarles lo que me ha sucedido, para que otros puedan saber sobre mi caso también. Necesitan conocer la realidad. Quiero que la gente y otros niños sapan más acerca de la explotación sexual. Esto servirá también para castigar al delincuente. Si me quedara sin hacer nada, el problema no se resolvería. Además, el podría hacerlo de nuevo con otros niños o conmigo.”