Al cabo de tres años, emplazado por sir Christopher Probyn, diplomático británico jubilado, Toby debe elegir entre la conciencia y su deber para con su servicio.
Me ha costado mucho meterme en esta historia, y me consta que no soy a única a la que le ha pasado. Pese a poner todos mis sentidos en la trama, no me enteraba de nada, no era capaz de ubicarme. Los capítulos son muy extensos (siete en total), algo a lo que no he terminado de acostumbrarme. Afortunadamente, logré situarme a tiempo y he disfrutado, en general, de la historia.
Ese arranque tan complicado da paso a un thriller lleno de situaciones y diálogos cargados de tensión, lo que acaba enganchándote. Los personajes principales, los realmente importantes, están muy bien construidos y el dilema ético y moral que subyace nos recordará a determinados aspectos del panorama político mundial actual que lamentablemente no son ficción. Realmente inquietante en algunos aspectos, mejor no pararse a pensar en lo que se cocina en las altas esferas.En definitiva, me ha resultado una novela entretenida, pero me ha costado hacerme con ella. Al no haber leído nada anteriormente del autor, no sé si es marca de la casa, si es su estilo habitual. Al final ha podido conmigo el querer saber qué ocurriría, reconozco que no podía dejar de leer. Tampoco puedo decir si es mejor o peor o compararla con otros títulos anteriores de John le Carré, aunque soy por sentado que no es de los mejores (o eso quiero creer). Será un placer que alguien me instruya al respecto.