A unos días de Diciembre ya se manejan los nombres de las películas que formarán parte del Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana. Una entidad que cada año acoge e impulsa el esfuerzo de las naciones pobres y no tan pobres por hacer un cine de pretensiones humanas, de estética depurada, de concepto garantizado.
Sin embargo, el festival habanero, que tanto elogia el esfuerzo de quienes apenas sin presupuesto hacen un buen cine, menosprecia a lo cineastas de su propio patio que hacen grandes sacrificios para consolidar sus proyectos.
El motivo es uno sólo: los cineastas cubanos que hacen sus películas fuera del entramado oficial del Instituto Cubano de Cine y que por ende se conocen como ” independientes” garantizan un resultado artístico que no es manejable por el régimen, por la sencilla razón de que al no ser los dueños del presupuesto pierden sus derechos sobre el guante y la pelota.
Por esa razón, en la lista de las películas cubanas de este Festival no figura nada de huela a independiente.
En la categoría largometraje de ficción están Últimos días en La Habana, de Fernando Pérez; Ya no es antes, de Lester Hamlet, y Sharning Stella, de Enrique Álvarez.
También en el apartado de ópera prima compiten dos cintas locales: Esteban, de Jonal Cosculluela, y El techo, de Patricia Ramos.
Las tres primeras forman parte de una selección de 18 filmes donde figuran títulos como El ciudadano ilustre, de los realizadores argentinos Gastón Duprat y Mariano Cohn; Neruda, del chileno Pablo Larraín; y Desierto, del mexicano Jonás Cuarón.
Con cuatro cintas, Chile encabeza la lista de los largometrajes de ficción del certamen, y le siguen Argentina, Brasil y Cuba, con tres cada una. En total, seis naciones tributan a la lista de los que persiguen el Premio Coral.
Según el presidente de la cita cinematográfica de La Habana, Iván Giroud, el festival defiende una línea ética y brinda un espacio para producciones que no logran salida en otros mercados, tanto a las películas en competencia como a las incluidas en las diferentes secciones temáticas.
Claro está que aunque ya se presentó en en el Festival Internacional de Cine de Toronto, en septiembre 2016, y exhibido durante una gira europea, hasta llegar al Festival Internacional de San Sebastián, Santa y Andrés de Carlos Lechuga no tiene espacio en el Festival de La Habana.
La historia que relata “Santa y Andrés”, pretende destaca el tema de los perseguidos políticos por el régimen y eso es una razón suficiente como para que la película no forme parte de la muestra.
Según declaraciones del joven cineasta cubano, Carlos Lechuga, director del largometraje “Santa y Andrés”, su nueva obra trata sobre una historia inspirada en la vida de escritores y artistas “rebeldes” que fueron “censurados o perseguidos por la Revolución”, evocando a Reinaldo Arenas, René Ariza, José Lezama Lima, Virgilio Piñera, Lydia Cabrera, Guillermo Cabrera Infante, Néstor Almendros, Carlos Victoria y Esteban Luis Cárdenas.
El Festival de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana está diseñado para ver la paja en el ojo ajeno de los países extranjeros que se suman a la justa, No para reflejar los anti valores del país sede. El mensaje está claro. ¿Independientes de quién?, es la pregunta, sí en Cuba nada es ajeno al régimen.
Con información de Festival de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.
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