Revista Diario

Una vez más hablemos de conciliación, esta vez en boca de un Ministro

Por Belen
El Señor Valeriano Gómez, Ministro de Trabajo e Inmigración ha dicho lo siguiente:
Si tuviera que elegir una sola medida por encima de todas las demás para estimular la igualdad y, al mismo tiempo, la eficiencia de una economía, la capacidad, la producción y la riqueza a medio y largo plazo, esa sería que todos los chicos pudieran estar escolarizados inmediatamente después de su nacimiento.”
Estas son las palabras que han generado un enorme debate en las redes sociales, blogs, y demás medios de internet. Un debate justificado pienso yo. Ahora que estamos discutiendo y debatiendo continuamente sobre la conciliación laboral. Que cientos, miles de madres y padres intentan conciliar a duras penas, ahora que desde ciertos sectores se lucha por conseguir una baja maternal más amplia, el Señor Gómez nos sorprende con estas declaraciones.
No sé si esto es hablar de política. ¿Es hablar de política pedir un aumento en el número de semanas de baja por maternidad?. ¿Es hablar de política que un número importante de familias en nuestro país no puede conciliar su vida familiar y su vida laboral?. ¿Es política decir que se quieren aumentar los horarios escolares para que papá y mamá trabajen más y mejor?. ¿Es política decir que te quieres quedar con tu hijo para encargarte personalmente de su educación y crianza?.
Que los ciudadanos pidamos a nuestros políticos me parece lo normal, al menos eso creo yo. Ciudadana que se interesa por quienes gobiernan, por los intereses propios y generales, ciudadana que vota, que escucha a los que quieren gobernar me gusta pedir y exigir.
Yo, como mujer de familia, como mujer con una clara orientación y vocación por la maternidad me sorprendo y entristezco leyendo declaraciones como esta.
¿Qué quiere decir el Señor Gómez?, ¿realmente desea que nuestros hijos caigan en manos ajenas al poco de que los traigamos a este mundo?. ¿Cuánto tiempo pretende conceder a las madres recién paridas, la cuarentena o quizá menos?.
Como mujer y madre de un hijo no creo que este señor se diera cuenta de la gravedad de sus palabras. Igual soy algo blandita, pero me niego a creer que en este país, un país europeo, pudieran suceder aberraciones de este tipo.
Aunque, ¿realmente estamos lejos de medidas tan abusivas?. Otros políticos (tampoco vienen al caso sus nombres u orientaciones) hablan de ampliar los horarios escolares, ampliar plazas de guarderías, ampliar horarios de guarderías, aumentar el número de centros escolares que acojan a nuestros hijos en los períodos vacacionales, colegios de fin de semana. Todo esto no me lo invento yo, bien lo sabéis. Todos hemos leído todas estas medidas que se proponen. Y a todas estas medidas se las pone el mismo sello, el de la conciliación. Pero no escucho que se hable de favorecer y flexibilizar horarios, permitir trabajar desde casa, generar ayudas estatales por nacimiento de hijos, de estas cosillas no escucho mucho.
Pero señores míos, puede que seamos borregos, que lo somos, pero ¿tontos?, yo al menos de tonta no tengo un pelo, y es obvio que es muy bonito vendernos la moto de la conciliación cuando lo que pretendemos es favorecer la economía por encima de cualquier otro bien social, familiar o personal.
Y ojo, que yo no digo que nosotros, los ciudadanos de a pie no tengamos culpa. Que aquí no se libra nadie. Que me conozco yo a muchos que por querer tener un piso más grande, con piscina, paddle y demás gaitas ha vendido hasta su alma al diablo, y ahora se lamenta por las esquinas porque no puede pagar la hipoteca. El consumismo desbocado lo vemos a diario. Para consumir, hay que ganar, y para ganar hay que trabajar. Esto son matemáticas de las básicas.
Esto de te compras un pisito modesto, lo arreglas a tu modo, te apañas y si vienen tiempos mejores ya se verá, no se estila. Vamos que yo con mi piso de más de treinta años, sin ascensor ni garaje no voy a la moda (el piso es viejo, pero no sabéis lo coqueto que lo tengo, amigas dad fe).
Pero a pesar de todo esto, a pesar de que todos al menos un poquito somos responsables de la sociedad en la que vivimos, a pesar de los pesares, nada justifica unas declaraciones tan salidas de tono como las que estos días han revolucionado los medios y las redes sociales.
Hace unos años eran los inmigrantes los que nos iban a sacar las castañas del fuego, hoy parece que las madres tenemos que asumir ese papel.
Mi tono no pretende ser ni de desprecio, ni de indignación hacia este señor, porque lo que ahora mismo siento mayoritariamente es sorpresa. Me gustaría que explicara sus palabras, estaría encantada de escucharle.
Lo que me apena y al tiempo me aterra es que La Familia, para mi tan importante, pierde valor y poderío. Y ante esto no podemos actuar como borregos. Ante esto, si es cierto que se pretenden actuaciones tan radicales e inhumanas, debemos movilizarnos, sino por nosotros, al menos hagámoslo por el futuro de nuestros hijos e hijas.

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