Vive una vida que sea provocativa.
No quieras vivir una vida ordinaria y corriente. Porque quienes viven así están pendientes más de las apariencias que de la vida. Con miedo constante a qué pasará si dejan de hacer lo que tienen que hacer.
¿Qué pasará? ¿cómo me sentiré? ¿me arrepentiré dentro de un año? Como dice mi querida María Villar, es mejor hacerlo cuando puedas que lamentarte de que no lo hayas hecho cuando pudiste y ahora no puedas.
Porque no estás a salvo de cumplir años, de no tener el dinero suficiente o el tiempo suficiente o la salud suficiente o la vida te llegue. Porque tendrás razones suficientes para lamentarte más de lo que no has hecho. Y te lamentarás de los abrazos que no diste, los contactos que no iniciaste, los viajes que no realizaste y los sueños que se quedaron en fantasías irealizadas.
No te quedes parado para que no pase nada, porque lo que te va a pasar es que no va a pasar nada. Y eso no es nada bueno. Por el contrario a base de intentar no recibir daño, acabas no recibiendo tampoco lo bueno que te ofrece la vida.
Incisivos
No te conformes nunca con vivir una vida ordinaria. Haz aquello que no es capaz de hacer el noventa por ciento de la población. No te quedes en la normalidad. No te quedes siguiendo los esquemas de los demás. Inicia un camino que no haya sido mil veces recorrido.
Lo de siempre
Prueba a no hacer lo de siempre. Coger siempre el mismo camino de ida y de vuelta. Ver siempre a la misma gente. Los mismos lugares. La misma playa. La misma nada. No mates al genio creativo que llevas dentro a fuerza de aburrimiento.
¿Y yo qué hago?
Todo aquello que siempre quisiste y te dio miedo. O te creíste incapaz. Porque tú no eres ni lo que eres ni lo que piensas. No eres siquiera un reflejo de lo que crees que eres.
Si te detienes un momento a observar qué pasa por tu cabeza te darás cuenta que tienes miles de pensamientos aleatorios que van pasando. Tú eres quien decide a cual de ellos te aferras. Si es un pensamiento feliz, tu emoción será feliz. Si es triste, es triste. Lo que quiero decir con esto es que NO eres aquello que piensas. Ni lo que sientes. Estás hecha de esencia que está detrás de todo eso.
Puedes probar a hacerlo. Prepáralo todo para hacerlo y ya luego, en el último momento decide si lo haces. Las oportunidades de que lo hagas finalmente aumentarás si lo dejas todo preparado.
Rompe la inercia
Vivimos la vida con un montón de inercias. Tienes la oportunidad de romper con ellas y hacer lo que realmente quieres. Rompes las cadenas que te llevan a no moverte del mismo lugar.
Si has leído hasta aquí es porque todo esto resuena contigo y necesitas que tu vida sea mucho más intensa. Más vivida. Que no tengas un “pude hacerlo y no lo hice”. Quizás estés tomando la decisión.
Prepáralo todo
Ponte a preparar como si lo fueras a hacer. Ya decidirás más tarde. Rompe con las inercias de tu vida. Prepara proyectos vitales. Sé consciente que cuantas oportunidades entran a tu casa cada vez que abres la puerta.
No estás solo
Somos muchos los que vivimos sin anestesias como la televisión. Los que necesitamos vivir más allá de las ficciones. Aquí, en este lugar, se está muy bien.