¿Te has imaginado un mundo en donde todo sale bien? En donde no hay dolor, no hay tristeza, no hay decepción ni desconsuelo. ¡Créeme no existe!
Te tengo una noticia, ¡la vida es muy dura!, quién de nosotros no ha tenido días que deseamos se terminen pronto, o situaciones en donde hubiéramos preferido que pasaran la copa de nosotros. Situaciones angustiosas, es tal vez lo que más abunda hoy día, y no quiero ser pesimista, sino realista, pero temas como la economía mundial nos asustan, la crisis social, la inseguridad en las calles, si somos padres o madres nos angustia que los hijos salgan a la calle, en los trabajos se da mas la corrupción y las acciones de algunas personas que se dedican a sabotear la integridad y la imagen de aquellos que procuran obrar el bien. A todo esto y más estamos expuestos todos los días.
¿Qué hacer en medio de esto?, es la pregunta a la cual me gustaría referirme, ya que mi interés es que no te consumas en lo negativo o en aquellas experiencias que nos causan un sabor amargo, sino más bien en cómo enfrentarlas y en el beneficio que lograremos alcanzar al vivirlas.
Hay que aprender a nadar en medio de lo difícil. Un buen nadador toma clases, día a día trabaja la resistencia, la fuerza, la exactitud en la técnica y esto lo aplica en sus competencias para salir victorioso, es igual con los tropiezos y las experiencias negativas o los malos momentos que nos causan dolor, vamos aprendiendo de cada uno de ellos y creciendo en nuestro ser espiritual y emocional para acabar victoriosos.
Imagina que cada tropiezo es la formación adicional proporcionada por la vida; acerca de esto no nos entrenan en la universidad, ni en el hogar, no existe preparación. La preparación es la misma circunstancia que estamos viviendo, ya que después de esto vamos a saber más acerca de un tema, de lo que nadie más pueda saber o conocer, y es aquí en donde debemos darle una mayor utilidad a la situación, verla de forma positiva y no como un tropiezo.
Siendo sincera, considero que muchas de estas situaciones amargas o tropiezos nos lo provocamos nosotros mismos, algunas veces por ignorancia, otras por terquedad, u otras porque son parte de la naturaleza que la vida misma nos brinda, pero suceden y hay que afrontarlas con aplomo y buen carácter.
Es normal que en medio de ellas, te sientas con el agua hasta el cuello, a punto de renunciar, de huir o desfallecer; no te sientas mal si esto te ha pasado, quizás pienses que no lo tomas muy bien porque te han vendido la idea de que en la vida todo debería ser bueno para alguien que obra con buena voluntad, pero hasta los que procuramos el bien, y andamos con integridad y transparencia, también nos tocará experimentar situaciones que no podemos controlar, y por lo tanto a todos nos tocará vivir algo desapacible.
Lo bueno de todo esto es saber que cada golpe generará en ti una madurez diferente, que cada lágrima te limpiará de sentimientos negativos, la dureza que encares en tu transitar por la vida formará en ti carácter y que por lo tanto serás una mejor persona y podrás hacerle frente a lo que sigue con un juicio justo, y sensatez. Florecerás en la riqueza más grande que proviene solo de tu actitud ante la vida: la Serenidad de espíritu.
La Serenidad de espíritu es intocable, no negociable, no vendida, pero si compartida y prestada a quienes te rodean, a tus seres amados, a tus amigos, a tus compañeros de trabajo. Y entonces comprenderás que no se da la vida sin tropiezos, estos dos, caminarán siempre de la mano, son inseparables, pero ante esto, sí existe la oportunidad de decidir buscar ser feliz ante cualquier situación.
La clave de todo, es conocerte a ti mismo, saber qué sí y qué no depende de ti, actuar con prudencia, valor y confianza, añadir un poco de sensatez, y tomar las dificultades con calma, optimismo y sobre todo FE, ya que todas ellas te formarán y harán de ti un mejor ser humano, capaz de levantarse y seguir a la meta, nunca será una opción dejarte derrotar y quedarte en el suelo sino, vencer y ser feliz.
“Aun cuando me encontraba en el orfanato, al deambular por las calles tratando de encontrar algo de comer me creía incluso el más grande actor en el mundo. Tuve que sentir la alegría que viene de la total confianza en uno mismo. Sin ella nos hundimos en la derrota”. Charlie Chaplin
“Quién obtiene una victoria sobre otros hombres es fuerte, pero quien obtiene una victoria sobre sí mismo es todopoderoso”. Lao-Tse
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