Una visión filosófica del pensamiento empresarial y el management
Algunas características del pensamiento de gestión
¿Cuáles son esos elementos que creo que se repiten en todas estas teorías, enfoques, estrategias o conceptos? Expongo algunas sin querer ser exhaustivo.
1.-Relativismo. No ya sólo el hecho de que en el “ecosistema del management” coexistan teorías distintas, es que las propias teorías tienen en el relativismo uno de sus fundamentos. Tanto el DT como el SD o el LS son sobre todos procesos de ideación, de construcción, no son teorías de aplicación inmediata inmutables y sólidas (en el sentido físico). Son más bien estrategias maleables, personalizables y que ofrecen un acercamiento multifoco a los problemas y el desarrollo de proyectos.
Hay un relativismo tanto en la creación (de entrada) como en la aplicación (de salida), es decir, no hay dogmas en cuanto a los inputs que se utilizan en los procesos (muy interesante el enfoque de hibridación) como en la aplicación o los entornos en los que se han de aplicar esos procesos o ideas creadas.
2.-Personalismo. Un poco como consecuencia de lo anterior. El desarrollo de este tipo de estrategias tiene mucho que ver con una perspectiva individual en la que el trabajo y la visión y enfoque del mismo se nutre no sólo de lo académico, sino también de todo el bagaje personal que puede aportar cada individuo al proceso. Esto hace que surjan enfoques absolutamente heterodoxos pero no por ello menos efectivos. Incluso modelos aparentemente algo más estructurados como FORTH dan bastante libertad en el desarrollo del mismo.
3.-Practicidad. Todos suelen tener un enfoque muy práctico. El modelo “aprender haciendo” se observa claramente en la gamification y desde luego en estrategias como el Lean Startup o el Design Thinking. El Lean Startup, en concreto, habla incluso de la necesidad de que los empresarios lleguen, si es el caso, a desechar todas sus idas previas y creen proyectos completamente distintos partiendo del conocimiento de las necesidades del cliente. El Design Thinking, por su parte, tiene en el proceso de iteración y revisión constante del producto o servicio uno de sus puntos fuertes. Todos estos enfoques siempre apuestan por realizar las mejoras y pruebas no en el laboratorio, sino en el propio mercado y con, como en el caso del Lean, Productos Mínimos Viables.
4.-Razonamiento inductivo. A diferencia del razonamiento deductivo, que parte de unas premisas previas y ciertas, sobre las que se construye todo el razonamiento posterior, el inductivo es en cierto modo una interpretación subjetiva de la realidad, por supuesto utilizando procesos racionales sólidos. Lo que se consigue aquí es no poner límites a los resultados, puesto que no los hay en el origen, y ampliar el rango de materiales y elementos que pueden participar en el proceso. Evidentemente el razonamiento inductivo tiene el “problema” de que no crea teorías, sino modelos de interpretación abiertos. Esto hace que algunos hablen del Problema de la Inducción, señalando que ésta no genera conocimiento, sino que justifica opiniones más o menos fundadas.
5.-Gestión y consultoría artesana. Se nota una corriente muy interesante que busca la personalización y la ausencia de dogmas y tesis eternas incluso en la gestión y en la consultoría. Un movimiento como el de la Consultoría Artesana, nacido de algunos profesionales como Julen Iturbe, Amalio Rey, Alfonso Alcántara, Dolors Reig o José Miguel Bolívar, entre otros, proponen un modelo en el que la centralidad está en el ser humano; en el que las redes de relaciones y apoyo se muestran como una herramienta más de gestión, y además muy importante; que tiene en la práctica y en el hacer una fuente fundamental de conocimiento, y en el que el error (que no es sino la apuesta más evidente por la acción) aparece como una parte básica de la gestión y el camino hacia los objetivos marcados.
Benkler y Harris
Como se ve se busca particularizar la realidad, interpretarla desde una perspectiva casi individual, o al menos grupal. Tendencia que cuadra perfectamente con los modelos, ideas y estrategias empresariales que hemos comentado.
El platonismo
Todo esto se desarrolla, como he dicho al principio, en medio de un modelo filosófico y un entorno conceptual muy distinto del anterior. Nuestra filosofía occidental bebe de las fuentes del platonismo y de toda la filosofía griega. Básicamente el platonismo plantea una dualidad entre un mundo de los sentidos, en el que nos movemos habitualmente y que está repleto de realidades imperfectas, y un mundo de las Ideas, habitado por esos conceptos, ideas y modelos perfectos hacia los que ha de tender el ser humano. Por ejemplo, cuando hablamos del Bien (la idea suprema) existe ese modelo de perfección, que no existe en el mundo de los sentidos pero sí en el de las Ideas, al que la realidad de los sentidos, imperfecta, ha de aspirar.
Esto, aplicado al pensamiento científico, implica la existencia de una Verdad (no necesariamente religiosa, pero que sí ha nutrido por ejemplo al cristianismo) desde la que nace todo el pensamiento deductivo posterior. La filosofía trata entonces de determinar cuál es esa Verdad, para a partir de ella crear una visión del mundo, que ha de ser la correcta porque parte de esa premisa cierta y desde la que deriva todo el pensamiento posterior.
Aplicado al management supone la plasmación de un modelo de gestión (que por lo general se considera “científico”) que no parte de la realidad sensual y empírica, sino de una construcción académica y “de laboratorio” de la que se derivan aplicaciones reales. El problema en estos casos es que esas construcciones y teorías, por mucho que utilicen la razón, no pueden tener en cuenta las particularidades de cada momento, de cada empresa, de cada mercado, de cada producto o segmento. El encaje es en muchos casos imposible y se generan disfunciones que se suelen atribuir a la mala ejecución de la teoría más que a la invalidez de la misma.
Cambios en las ideas
No estoy haciendo un juicio de valor ni posicionándome frente al platonismo. Considero que un modelo de pensamiento platónico es muy válido e incluso necesario en algunos ámbitos, sobre todo en el de la filosofía práctica (política y ética), de modo que al menos dé un barniz de solidez y marque algunos criterios de validez cierta a principios morales o sociales.
Lo que sí parece claro es que la tendencia es hacia el alejamiento de este enfoque “platonista”. Comenta Javier Gomá, en su artículo Ensayo de filosofía mundana, que
“Kant distingue entre un concepto de escuela y un concepto mundano de filosofía. El primero se preocupa del saber y la perfección lógica del conocimiento, y su sede es la universidad, donde, dice, se enseña filosofía pero no a filosofar ni a pensar por sí mismo de modo autónomo.”
“El universalismo igualitario se hallaría mucho más cerca del segundo concepto de filosofía, el “mundano”, también traducido como concepto cósmico o cosmopolita. Filosofía mundana o cosmopolita es, conforme a esta división, la ciencia interesada en la conexión de todos los conocimientos con los fines esenciales de la razón humana.”
Verdad y veracidad
La veracidad, en cambio, “compara esa misma proposición, declaración o juicio con la conciencia del sujeto: no atiende a la concordancia del juicio con la realidad sino al asentimiento que a sus contenidos le presta quien emite o quien escucha dicho juicio.” En este caso no se busca tanto la Verdad, como lo que para cada uno es verdad. La diferencia es evidente, y además abre muchas vías para la innovación y el desarrollo del pensamiento disruptivo. Porque cuando una tautología aparece ésta finaliza en sí misma, pero cuando un juicio es veraz tiene un campo de investigación y desarrollo mucho mayor y amplio.
Al fin y al cabo, y vuelvo a la exageración, ¿no supone la Verdad el fin del pensamiento o al menos de su evolución? ¿No sería el fin de la historia?.
Hemos pasado de esperar a que nos enseñen filosofía a filosofar, de esperar a que nos digan cómo hemos de gestionar nuestras empresas a crear los modelos de gestión que mejor se adaptan a nuestra realidad individual. Ya no hay verdades absolutas, y no sólo eso, sino que cualquier conocimiento es válido y utilizable en cualquier rama del saber, también en el management. Ya no vale quedarse en un enfoque académico, y aquí sí me estoy posicionando, sino que hemos de estar abiertos a toda influencia externa que nos pueda enriquecer. Las tecnologías sociales están acelerando esto, pero no es un fenómeno nuevo ni una moda. La apertura de las empresas empieza por la apertura del pensamiento creativo que les da forma.
Vamos a ver cosas sorprendentes en el futuro.
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