Una visión romántica de la literatura latina

Publicado el 10 marzo 2011 por Franciscogarciajurado

Es bueno, pues relativiza lo que hacemos, poder contar de vez en cuando aquello sobre lo que venimos investigando, siempre que la burocracia nos lo permita. La relación entre el movimiento romántico y la herencia cultural de los clásicos grecolatinos siempre es un tema apasionante e inacabable. Precisamente, nos encontramos abordando esta cuestión desde un prisma diferente al acostumbrado.

POR FRANCISCO GARCÍA JURADO HLGE

Se ha discutido, se discute y se seguirá discutiendo aceca de lo clásico y lo romántico, esas dos categoría que una mujer inteligente y viajera, Madame de Staël, dejó establecidas para la posteridad en su libro dedicado a Alemania. Pues bien, es curioso observar cómo el movimiento romántico tiene una importantísima faceta filológica que no sólo permite ver la relación entre ambas cosas, sino, incluso, observar cómo nuestra moderna visión de la literatura clásica grecolatina tiene un inconfundible cuño romántico hoy día casi imperceptible, porque ya nos parece algo natural. Intento, pues, trazar algunos de los rasgos inconfundiblemene románticos, en particular para la literatura latina. He determinado cinco de esos rasgos para poder desarrollar un trabajo titulado "Los manuales de literatura latina en lengua española (1833-1868)". Voy a enumerarlos:
(a) La estética prerromántica del fragmento y del texto (aún) oculto
(b) La nueva forma de contar la literatura latina como un relato, una biografía colectiva, que la vuelve "literatura romana"
(c) La preferencia por lo arcaico, así como por lo popular frente a lo culto
(d) El gusto nacional, especialmente alemán o francés, y el uso decidido de una lengua moderna para hablar del mundo antiguo, frente al latín
(e) El problema de la originalidad de la literatura romana frente a la griega
Muchos nombres propios afloran tras estas ideas, en particular los de Angelo Mai, F. A. Wolf, B. G. Niebuhr, F. Schlegel, F. Schöll o Bernhardy. Todos ellos tienen en común la creación de una nueva forma de ver un patrimonio cultural heredado directamente de la erudición del siglo XVIII. Quizá el aspecto más visible sea el de los textos que vuelven a la vida, los palimpsesto, como los que descubrió el cardenal Angelo Mai, y que tanto inspiraron al poeta Giacomo Leopardi. Italia renacía como nación junto a "sus" clásicos.

FRANCISCO GARCÍA JURADO