Una visita al centro histórico de Palermo

Por Eleonoracastelli @eleocastelli

Los Quattro Canti

El recorrido tradicional para conocer la zona central de Palermo comienza en la Piazza Vigliena, llamada los Quattro Canti, formada por la intersección de dos calles históricas: Maqueda y Cassaro (corso Vittorio Emanuele). Proyectados en el 1608 por el arquitecto romano Giulio Lasso, los Quattro Canti, representan una perfecta fusión de arquitectura y escultura.


A uno de los lados de la plaza se encuentra la iglesia de San Giuseppe dei Teatini, uno de los mayores ejemplos del barroco palermitano, con una esbelta cúpula y un interior con frescos y mármoles.
Atravesando la plaza Vigliena y siguiendo por la calle Vittorio Emanuele, sobre la izquierda, está la iglesia de San Mateo, otra muestra de barroco con una fastuosa fachada de mármol.Sobre la calle Maqueda se asoma la plaza Pretoria, una de las más características de Palermo, ocupada casi íntegramente por la fuente Pretoria, un verdadero juego de estatuas y caídas de agua. Sobre la plaza es dominante la fachada del palacio Senatorio, hoy sede del municipio, de estilo tardo-renacentista cuyo interior conserva numerosas obras de arte.

Catedral de Palermo

Plaza BelliniDetrás del palacio se emplaza la plaza Bellini, notable por las iglesias que la circundan: Santa Caterina; la Martorana (uno de los monumentos más bellos y antiguos de Palermo) con un interior lleno de mosaicos bizantinos; y San Cataldo, construida en el periodo normando (1160).Además de las iglesias, también está el exconvento de los Teatini, hoy sede de la universidad.
Plaza BologniEsta plaza se abre sobre la calle Vittorio Emanuele, antiguo Cassaro de origen árabe que llevaba del mar al castillo y que por siglos fue la arteria principal de Palermo. Siguiendo siempre la misma calle en dirección a la catedral, se pasa por la iglesia San Salvador y el Colegio de los jesuitas, que hoy alberga la Biblioteca central de la región siciliana.
La catedral de PalermoSurgida en época normanda en el lugar de una iglesia romana transformada en mezquita, la catedral fue, a través de los siglos, continuamente modificada y en la que quedan pocos elementos originales.