Una vista del puerto, de Elizabeth Taylor

Publicado el 31 agosto 2016 por Rustisymustis @rustismustis
Una vista del puertoAutora: Elizabeth Taylor
Traductora: Carmen Francí PrensaEditorial: GatopardoISBN: 9788494426353
Páginas: 320
En un pequeño pueblo de la costa inglesa, durante los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, Robert, el marido de una escritora de novelas, se siente atraído por Tory, una divorciada con un hijo. Éste es el punto de partida del que se sirve Elizabeth Taylor para construir una novela coral sobre la vida de un pueblo costero y los sentimientos de sus gentes. Taylor describe con destreza, y de manera implacable, las relaciones familiares y afectivas de las clases media y alta británicas. Fue amiga de la escritora Ivy Compton-Burnett y del novelista y crítico Robert Liddell. El escritor Kingsley Amis la consideraba una de las mejores escritoras del siglo XX. (Sinopsis de la editorial)
Se acaban las vacaciones, y echando la vista atrás me doy cuenta de que este verano ha sido muy especial en cuanto a mis lecturas, sobre todo porque he descubierto a unas cuantas escritoras que ya se han situado muy alto en mi lista de favoritas. En esto ha tenido mucho que ver la editorial Gatopardo, gracias a la cual he conocido a Barbara Pym, de la que pronto publicaremos nuestra reseña enfrentada sobre Mujeres excelentes, y a Elizabeth Taylor (nada que ver con la actriz), escritora de este Una vista del puerto del que os traigo la reseña.
En esta novela coral el narrador nos cuenta lo que sucede con varios personajes en un pueblo costero que ha vivido tiempos mejores, antes de que la parte nueva situada al otro lado del puerto se llevase a los veraneantes y a lo que podía haber de diversión y entretenimiento durante el verano. Elizabeth Taylor nos narra con una mirada nostálgica las vidas de estas personas, y pese a que son bastantes y muy variados, todos sus protagonistas están construidos de una forma tan perfecta que podemos atisbar el alma de todos ellos.
Bertram Hemingway es un marino retirado que llega al pueblo para pasar una temporada y decide pintar un cuadro, esa vista del puerto a la que alude el título del libro. Pero además, tenemos otras múltiples vistas de ese puerto desde las ventanas de los demás personajes; las ventanas son muy importantes en esta narración, porque en un lugar en el que apenas sucede nada una de las pocas formas de pasar el tiempo es asomarse a la ventana y mirar cómo transcurre la vida de los demás. Por una parte tenemos la ventana de Prudence, la hija mayor de Beth, escritora, y de Robert Cazabon, el médico del pueblo. También mirando por la ventana de su segundo piso pasa el tiempo la viuda Lucy Wilson, propietaria de una galería de figuras de cera situada en su primer piso y que vaga por el pueblo sin saber muy bien qué hacer con su tiempo. Y no nos olvidemos de la señora Bracey, una mujer mandona y bastante desagradable que no se puede mover de la cama y que pasa sus días haciéndoles la vida imposible a sus hijas y cotilleando.

Elizabeth Taylor


Estos y otros personajes van entremezclando sus historias, y aunque al principio se me hizo un poco complicado seguirlos a todos y tenía que fijarme mucho en sus nombres, pronto conseguí familiarizarme con ellos y ya no pude dejarlos hasta el final. Esto es debido a que la escritora nos los muestra como personajes muy reales, lo cual unido a una maravillosa ambientación hizo que me sintiera yo misma en ese pueblo, en una de esas casas de yeso blanco, mirando por la ventana y enterándome de las andanzas de todos los demás.
No se puede decir que pasen grandes cosas en esta historia; son vidas muy normales, tediosas en el caso de algunos personajes, pero todas juntas nos ofrecen un fresco de la vida en un pueblecito de Inglaterra a mediados del siglo XX tan certero que a mí me ha conquistado por completo. No sé si en Gatopardo piensan editar más libros de Elizabeth Taylor, o si ya hay alguno más editado en español. De lo que estoy segura es de que los intentaré conseguir a toda costa, si no es en español en inglés, porque esta escritora ha sido una revelación para mí y necesito más de sus obras. No me ha gustado, me ha encantado.


La gran seducción es una película canadiense del año 2003 que también transcurre en un pueblo de pescadores. Aunque en este caso es una comedia y se sitúa en la época actual, tiene en cierta manera algo que ver con la melancolía y el recuerdo de épocas pasadas que se da en Una vista del puerto