De otra manera uno no se explica la razón por la que al mandatario local no se le perdona el mínimo error que al interior de la administración distrital se conoce.
No conozco ninguna administración ni local, ni nacional donde no existan o hayan existido problemas, porque la tarea de gobernar no es fácil, luego entonces tampoco resulta fácil de entender lo que pareció ser una constante durante los últimos cuatro años en Bogotá en materia de medios.
Pocos aplausos a los aciertos de la alcaldía de Gustavo Petro y el suficiente garrote como para acabar vivo con cualquier político que como el burgomaestre, tiene un proyecto de país, distinto al que ha venido desarrollándose en Colombia y que ha favorecido a unos pocos y maltratado a muchos.
Era más que evidente que la invitación que hizo el Vaticano al alcalde Petro, para que expusiera las razones para que emprendiera una labor dedicada al cuidado del medio ambiente, teniendo en cuenta los problemas que sobre el Planeta Tierra ha traído el cambio climático como consecuencia del alto grado de contaminación que existe sobre el globo terráqueo, no sería reconocida ni siquiera por la mitad del periodismo nacional.
Pero estoy segura que si el invitado hubiese sido Germán Vargas Lleras, los noticieros y periódicos no pararían de anunciarlo y proyectarlo como uno de los líderes mundiales en cuidado al medio ambiente. Pero como fue Gustavo Petro, con una noticia de registro de manera aislada, era suficiente.
En cambio no dejan de parar las noticias como lo sucedido por ejemplo, con el Convenio 0561 de 2014 que el Fondo de Vigilancia, tiene con la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá (ETB) para el manejo y modernización de la línea de emergencias 123, donde según dos funcionarios el burgomaestre ordenó un Otrosí por 27.500 millones de pesos, a lo que Petro tuvo que responder diciendo que él no está de acuerdo con el punto en cuestión.
Repito, si el cuestionado hubiese sido un Enrique Peñalosa, quien estaría en el ojo del huracán sería el funcionario que hizo la denuncia y no el alcalde.
Un ejemplo claro es lo que ocurre con el Humedal de la Conejera, como se trata de unos familiares del burgomaestre que construyen en cercanías a los terrenos, no paran las críticas, en cambio nadie recuerda que sobre los humedales que se encuentran o se encontraban en cercanías al barrio El Tintal en Ciudad Kennedy las administraciones Peñalosa, Mockus y Garzón construyeron un amplio número de viviendas de interés social y ahí nadie dijo nada, sino hasta el momento en que el Rio Bogotá inundó los terrenos porque durante el fenómeno de la Niña, no tuvo donde vertir sus aguas, gracias a que las construcciones que se hicieron obligaron a secar buena parte de la zona.
Pero eso sí nadie lo recuerda, en cambio si hay que martillar todos los días sobre el Caso de la Conejera, no sé si con el ánimo de obligar al Alcalde Mayor al suicidio político.
Tampoco prestaron atención cuando la administración distrital dio a conocer la recuperación total del humedal del Burro también en la localidad de Kennedy, pero en cambio si hay que recordar todos los días el tema de las basuras, llegando incluso a sembrar pánico general como lo ocurrido hace unos días, cuando por mal estado de las vías, los camiones de basura no podían ingresar a tiempo al botadero de Doña Juana.
Pues bien señores, así me lluevan rayos y centellas, yo Carmen Palencia Líder Nacional de Restitución de Tierras y promotora de la defensa de los Derechos Humanos en Colombia, lo felicito una y mil veces por impulsar proyectos encaminados a cuidar el medio ambiente, teniendo en cuenta los efectos que sobre el planeta está trayendo el cambio climático por la contaminación, trabajo que debería ser tenido en cuenta para convertirlo en Ley de la República para implementarlo en todo el territorio nacional.
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