Pero no sólo son propiedades gastronómicas las que poseen las fresas, debido a su composición en nutrientes de gran interés poseen otras propiedades que hacen muy recomendable su consumo, tanto para mejorar la sintomatología de muchas enfermedades como para prevenirlas. Veamos algunas de ellas:
Debido a su composición -91% de agua y 0,4% de grasas- es un gran aliado en las dietas de adelgazamiento; además posee fibra soluble que evita el estreñimiento y regula la función intestinal. Sus niveles altos de potasio y bajos en sodio ayudan a eliminar toxinas y evitan la retención de líquidos.La fresa nos ayuda a mantener una adecuada salud bucal. reduce el sangrado de las encías y la gingivitis. Sus propiedades antibacterianas evitan la caries y el sarro dental así como las llagas y heridas bucales.Es interesante su consumo en mujeres en edad fértil y en embarazadas ya que posee ácido fólico imprescindible para evitar la espina bífida en el feto. El alto contenido en vitamina C de la fresa -más que los cítricos como el limón, la mandarina o la naranja- potencia el sistema inmunológico previniendo resfriados y enfermedades infecciosas.
En mujeres menopaúsicas la vitamina C disminuye los sofocos y otros sítomas típicos de esta etapa. Además, mejora la absorción del hierro, por lo que la fresa es ideal para prevenir la anemia ferropénica.Por último, decir también que los azúcares presentes en la fresa son tolerados por las personas diabéticas.
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