Quien haya estado en Lisboa y Oporto habrá visto las preciosas construcciones de la época colonial un tanto desmejoradas. Estas dos ciudades conservan un encanto especial, como de otro tiempo. Yo estuve un año viviendo en Oporto cuando hice la Erasmus. Viví primero en una casita con jardín y las paredes de azulejos. Luego me mudé a lo alto de la Rúa Bomjardín que tiene una cuesta enorme y era un auténtico suplicio subirla todos los días al volver de la universidad.
Portugal me trae unos recuerdos fantásticos, excepto el de mi culo gordo, no precisamente de subir cuestas, sino de comer tostas con manteiga y un montón de bollería riquísima y barata. Por no hablar de las cenas Erasmus que ofrecían mis compañeros. De verdad tenía los mofletes de la felicidad.
Por esto que os cuento precisamente quiero dedicar el post de hoy a los azulejos de este país. Yo en la facultad tuve la suerte de poder elegir una asignatura de azulejo y vidriera y tengo guardados unas cuantas piezas que me traje hechas por mi. No tan bonitas como esta que os muestro que me ha inspirado el nail art de hoy.
Fuente: Blogarte
¿Habéis visitado Portugal alguna vez? ¿Qué os ha parecido la decoración de uñas de hoy?
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