Oriol, nuestro gerente, iba patinando un día con un amigo cuando de repente, catapum! chocó contra un banco y se rompió tíbia y peroné. O sea que el pobre está con recuperación a tope. El otro día como sabía que iba a venir a visitarnos, le preparé unas galletas, la verdad un poco con mala leche: hice un muñeco y le rompí la pierna. Así quedaban más gráficas. Y como encima está negro de la situación por la que está pasando, decidí ponerle fondant negra. Le gustaron mucho y no se molestó. La prueba es que las acogió de buen gusto. Mirad!