Unas jornadas para concienciar

Por Pin
Secuencia típica y habitual en la playa de Bañugues. Simpático perrito al que sus amos llevan a la playa a que corra y suelte adrenalina responde a su instinto natural y se dedica a perseguir a los pequeños pajarillos que han elegido este lugar como sitio de descanso para reponer fuerzas.

Algunos podrán pensar "míralo, que simpático...". Total, para los pájaros (en este caso un pequeño grupito de correlimos tridáctilos) tan sólo supone un par de vuelos más hasta que el perro se cansa, o hasta que sus dueños que están por allí cerca deciden llamarlo. Unos momentos en los que el animal ha hecho un poco de ejercicio y los limícolas han dado otro par de vueltas por la playa.

Pero pensemos algo más, por un momento. ¿Dónde estamos? La playa de Bañugues, como todas las costas del norte ibérico, se encuentra enclavada en la llamada "vía migratoria del Atlántico Este", un enorme área que por el norte engloba una gran parte del área ártica, desde las islas del NE de Canadá hasta las costas del oeste de Siberia. Esta gran vía migratoria converge como un embudo en la mitad oeste de la Península Ibérica, como paso intermedio hacia las zonas de invernada del oeste de África.

El correlimos tridáctilo Calidris alba es un habitante del alto Ártico. Se reproduce en zonas próximas al Círculo Polar en las costas de América del Norte, Groenlandia y Siberia. Frente a ello, su área de invernada es inmensa y se reparte por todos los continentes.

Las aves que están pasando estos días por Bañugues, como por otras playas y estuarios del Norte Ibérico, proceden sobre todo de las islas del NE de Canadá y Groenlandia, y realizan vuelos sin escalas de miles de kilómetros sobre el mar Atlántico. Podemos hacernos una idea de la enormidad de estos viajes si miramos la ruta del siguiente mapa.

El plano está hecho para el correlimos gordo, especie con distribución y pautas de migración similares. Como digo, los pequeños correlimos, que además en estas fechas son en su mayor parte juveniles nacidos este año, llegan a Bañugues tras haber atravesado quizá todo el norte del Atlántico. Estos momentos que relataba al principio pueden suponer para ellos la diferencia entre culminar su viaje con éxito o fracasar en el intento. Más agotamiento, más estrés, y la posibilidad de que abandonen la playa sin haber repuesto las energías suficientes para continuar su largo viaje.
Pensemos en ello antes de soltar a nuestro perrito por la playa o de espantarlos nosotros mismos. Para hablar de estas y de otras cosas, la Sociedad Española de Ornitología a través de su Grupo Local SEO/Asturies desarrolla unas jornadas en Bañugues a lo largo de septiembre y octubre. Las primeras este fin de semana, los días 8 y 9, que consistirá en observación de aves, recogida de residuos sólidos e identificación y arranque de plantas invasoras. Quedamos ambos días a las 10 de la mañana en el aparcamiento de la playa.
Espero veros por allí. Para no soltar más rollo os dejo unas cuantas fotos del grupillo de correlimos tridáctilos juveniles, ya más tranquilos y reponiendo fuerzas antes de partir a su siguiente escala.