Unas pinceladas sobre Sons of Anarchy

Publicado el 18 octubre 2011 por Lapalomitamecanica
Una serie que siempre ha ido a medio gas

Por fin he conseguido ponerme al día con una serie que tenía pendiente desde hace años. Y es que cuando vi el piloto en su día no acabó por captar mi atención poderosamente y tal vez por pereza o quizás porque mi calendario seriéfilo estaba ya saturado decidí guardarla en el cajón de las series pendientes y esperar al momento oportuno. Lo que es indiscutible es que la cadena por cable FX tiene a su disposición una de las series de moda de la televisión americana dotada de una gran legión de seguidores que ya se hicieron notar en nuestra web denunciando su ausencia en nuestro ranking de Las 50 mejores series de la historia. Ya que hemos conseguido ponernos a la par y aprovechando su reciente renovación para un quinto año, ¿Qué mejor momento para dar un repaso a la trayectoria de la serie de Kurt Sutter y a los comienzos de la cuarta temporada? Todo tras el salto, claro.
Lo cierto es que como ya he comentado, el piloto no me pareció nada del otro mundo, , cosa que una vez visto de nuevo reitero aún con más fuerza. De hecho, Sons of Anarchy no es una serie que me acabe de satisfacer a pesar de que tiene ciertos elementos con un enorme potencial. Desde luego, la serie estaba destinada a ocupar el gran vacío que dejó en nuestros corazones la impactante The Shield, y evidentemente, la obra de Shawn Ryan está muy por encima de la de Kurt Sutter. Durante los próximo párrafos y a riesgo de que muchos seguidores se me lancen a la yugular, me aventuraré a remarcar los principales fallos de la serie protagonizada por el camaleónico Ron Perlman

La primera temporada fue el marco idóneo para presentar el mundo de SAMCRO y la atmosfera de la pequeña Charming. Sin embargo, Sons of Anarchy nunca dio un golpe de autoridad porque siempre a adolecido de cierta tendencia a reblandecerse, y no me estoy refiriendo a que carezca de acción o violencia ni mucho menos, sino a que los personajes nunca han conseguido situarse en una posición satisfactoria entre el bien y el mal. Obviamente, el espectador tiene que simpatizar con ellos de algún modo y es cierto que es algo difícil si tenemos en la pantalla a unos auténticos hijos de perra, pero no hay que olvidar que son traficantes de armas cuyas balas siempre acabarán en algún pobre desgraciado y que bajo esa premisa ya deberían representar el cáncer de Charming y no la cura del progreso inminente de un pueblo arraigado a la fe del falso heroísmo de SAMCRO.
Y es que esa dualidad de los personajes me resulta verdaderamente irritante ya que salvo en contadas excepciones donde Sons of Anarchy llega a situaciones límite (la muerte de Donna) no vemos que la entrañable panda de moteros sea una amenaza para el hombre honrado, pero si para el camello u otros delincuentes de peor calaña dando el desarrollo de la historia una imagen equivocada de lo que deberían ser. Un ejemplo muy fidedigno lo tenemos en la prestigiosa OZ de la HBO, donde vemos como los moteros en esta ocasión son retratados como unos delincuentes sin el mayor escrúpulo a tomar una vida por unos gramos de heroína. 

No obstante, el final de temporada respondió a muchas de mis exigencias llegando a un nuevo punto donde los personajes ya tenían sus roles definidos. Algo que se fue confirmando en la segunda temporada, la cual fue sin duda la mejor de largo llegando a momentos de tensión que nos traían a la memoria los mismos momentos cuando Vic Mackey y sus chicos andaban por la cuerda floja. Sin embargo, en la segunda entrega también vimos como los guionistas tiraban de líneas argumentales de relleno que acabaron por caricaturizar algunos de los personajes. El caso de Gemma Teller es el más llamativo, personaje que en un principio resultaba bastante carismático y que termina desdibujado fruto sin duda a un protagonismo excesivo. Por no hablar de la chica de Jax, Tara, que en un principio se nos mostraba como ese punto de inflexión entre la atmósfera machista de SAMCRO y el mundo de a pie para acabar totalmente sometida a las exigencias del club olvidándose totalmente de como definieron el personaje durante los primeros capítulos. 
Todos los defectos que a mi padecer Sons of Anarchy padecía se confirmaron con una tercera temporada totalmente desechable. Todo el club olvidó las rencillas del pasado poniendo el contador a cero y dejando a un lado las promesas de cambio de Jax al final de la primera temporada. Sin olvidarnos de Opie, personaje que se pierde totalmente en el abismo de la incongruencia una vez desvelado el responsable del asesinato de Donna. ¿Tanta rabia contenida para acabar en…nada? Pero volviendo a la tercera entrega, se veía venir la debacle sustentando toda la temporada en recuperar al hijo de Jax además de ese viaje a Irlanda que nunca acabó por resultarme demasiado convincente. Al igual que el cierre de temporada, ¿De verdad la agente Stahl se la puede mangonear una y otra vez? Y de Wayne Uncer ni hablemos, pasando de corrupto a auténtica meretriz al servicio de SAMCRO y a pesar de ello, nos lo siguen dibujando como “el buenazo de Unser”. 

Con media docena de capítulos ya hemos podido ver como la cuarta temporada ha arrancado con bastante más gas que su predecesora. Lo cierto es que está temporada me está resultando más verosímil viendo al verdadero Clay Morrow, en el que siempre he echado en falta un poquito de esa mala ostia que a Vic Mckey le sobraba por todos los poros de su airada cabeza. No obstante, no puedo morderme la lengua y he de decir que la inclusión de SAMCRO en el negocio de la heroína con el cartel no me parece que termine de cuajar, y más viniendo de Jax. Que si, que el tipo quiere salirse de grupo y dejar atrás su vida al margen de la ley, pero ¿A costa de la supervivencia del Club? Umm…no se no termina de convencerme. 
A pesar de los palos que le han caído a Sons of Anarchy, no os confundáis, la serie es entretenida a rabiar, sin embargo, no llega a las exigencias necesarias para entrar en nuestro olimpo. Evidentemente, todavía tiene mucho margen de mejora y de momento va por buen camino, esperemos que al final de temporada las palabras se tornen amables y podamos afirmar que Sons of Anarchy es una serie de visionado obligatorio.