Independientemente de esto merece la pena pasar la horita y poco que dura esta dulzura disfrutando de estos deliciosos dibujos.
Y aunque no tenga la fuerza ni la gracia de las películas de animación a las que nos ha acostumbrado la industria, no hay que olvidar que el cine es entretenimiento y uno se puede entretener como quiera, no cómo se supone que tiene que hacerlo.