En el episodio The End of Twerk de la serie Glee, emitido el pasado 14 de noviembre, se decidían por fin a tocar un delicado tema que merecía ser tratado desde la introducción del personaje de Unique: las situaciones a las que se enfrenta un adolescente transexual en un medio a menudo tan hostil como es el instituto. La serie no se caracteriza precisamente por su realismo, y gran parte de las veces simplemente convierte en comedia temas serios (para luego, arbitrariamente, tratarlos seriamente unos capítulos más tarde), y otras los resuelve de formas un tanto fantasiosas. El personaje de Unique, hasta ese día, había participado en tramas principalmente ligeras.
Pero era difícil creerse que un adolescente transexual pasase sus estudios en el instituto sin ningún problema. La historia de Wade Adams, Unique, no es de las más frecuentes en el mundo de la tele. Ante el miedo a ser él mismo y enfrentarse el público como cantante, decidió inspirarse en sus ídolos Kurt y Mercedes y adoptar la identidad de Unique, una chica, creando una personalidad para ella: una diva de fuerte personalidad que no se achanta ante nada. Con el paso de los episodios, fue quedando claro que Unique no es exactamente un "personaje" creado por Wade, sino que es su verdadero yo. Su cuerpo quizás sea el de un chico, pero la realidad es que es una mujer.
Como digo, hasta este capítulo todo había consistido básicamente en que Unique actuaba con su ropa de chica y su peluca, y exhibía una personalidad un tanto estereotipada de "chica negra descarada". Sin embargo, llegado este capítulo, se retratan por fin los problemas de Unique, usando como punto de partida un problema muy simple y muy concreto al que se enfrenta cotidianamente un transexual: ¿a qué baño debería ir? Ella evidentemente prefiere el femenino, pero claro, corre el riesgo de encontrarse con una chica que no entienda qué hace un supuesto chico ahí.
Y al entrar, resignadamente, en el de los chicos, la cosa va a peor: un grupo de chicos que estaban dentro inmediatamente se sienten amenazados por su presencia (amenazados a nivel, ummm, filosófico, digamos). Tras burlarse de ella y quitarle su peluca, se marchan entre risas, dejando a la pobre Unique en un rincón hecha polvo. Y es entonces que empieza a cantar una emotiva interpretación de "If I Were a Boy", de Beyoncé.
La interpretación desde luego es hermosa, y transmite la sensación de desolación de Unique ante su situación y su desamparo al encontrarse en tierra de nadie, pero tengo que decir que la canción realmente no tiene demasiado sentido en el contexto de la trama, y bueno, la verdad, es bastante sexista en sí misma. Casi daría para dedicarle una entrada para ella sola, con frases como "si fuera chico, bebería cerveza con los colegas y ligaría con las chicas", o "me inventaría las reglas sobre la marcha, porque sabría que ella me sería fiel y me esperaría en casa". Ejem. Parece que quien escribió la letra vivía en un mundo aparte en el que las chicas nunca ponen los cuernos ni pueden beber cerveza. Ah, y además según la letra, si la cantante fuera un chico, ella "sabría lo que se siente al amar a una chica", porque por lo que se ve los chicos son insensibles. En fin. Ya véis que los estereotipos sexistas no son patrimonio exclusivo del machismo.
Volviendo a lo que estábamos, a lo largo del capítulo la trama va oscilando como siempre entre la comedia y el drama. En un momento dado, la directora del instituto resuelve como solución crear un baño portátil (cubierto de signos de interrogación) "unisex" que Unique pueda usar sin problemas. El baño evidentemete es ridículo, y su situación hace que sea muy violento usarlo, así que finalmente el director del coro donde canta Unique decide negociar con la directora, su enemiga, a cambio de la valiosa llave del baño de los profesores, donde por fin podrá estar a salvo.
Y es aquí cuando el director del coro dice las hermosas palabras que ponen la guinda a toda esta subtrama:
Poco más que añadir. Hoy, 20 de noviembre, se celebraba el Día Internacional de la Memoria Transexual.