Universo Comic-Books! – En una galaxia muy, muy Bruguera…

Publicado el 15 junio 2015 por Celesj

En 1978, a la espera del estreno del segundo film de la trilogía original, la serie marveliana de Star Wars proseguía su rumbo con notable éxito de ventas, manteniendo a Archie Goodwin y Carmine Infantino al frente de las lides creativas. La portada del Nº 18 USA anunciaba con toda la fanfarria de rigor el arranque de un nuevo arco argumental: “The Empire Strikes!” (¡El Imperio Ataca!). Como aspecto novedoso, la historia introducía un gigantesco paraíso del juego denominado “La Rueda”, adonde acudía a refugiarse El Halcón Milenario tras ser objeto de persecución por parte de las tropas imperiales… Por supuesto, la trama nada tenía que ver con la que se descubriría posteriormente en la película. Se trataba de un simple ardid publicitario, más o menos cuestionable, cuyo fin no era otro que capitalizar la enorme expectación que el fenómeno de La Guerra de las Galaxias estaba suscitando entre toda clase de públicos. Como mucho, puede que sirviera para captar la atención de algún lector despistado.

Portada de Carmine Infantino y Bob Wiacek para el Nº 18 USA de Star Wars. Que sí, que El Imperio Ataca… pero todavía no le había llegado la hora de contraatacar.

Sin embargo, en España las cosas fueron un poquitín más lejos. No creo que exagere un ápice si digo que Bruguera quedará para los anales como la peor editorial de cómics de superhéroes que jamás se haya visto en nuestro país: desordenaban los episodios, se comían páginas de historia, empleaban una bochornosa rotulación mecánica, recoloreaban las planchas de manera chapucera, las traducciones eran manifiestamente mejorables, nos castigaban con infumables “Pocket de Ases” donde se simplificaban los bocadillos de texto hasta extremos ridículos, ni siquiera se molestaban en indicar los nombres de los autores… Aquello era realmente atroz, sin paliativos.

En el caso de Star Wars, empezaron poniendo en circulación una serie regular en formato comic book, de la cual aparecerían quince entregas entre Noviembre de 1977 y Agosto de 1978. Hasta ahí, todo normal. Ese mismo año reeditaron los seis capítulos específicos que englobaban el primer largometraje en dos álbumes independientes a un tamaño mayor. Para los siguientes números, parecía una buena idea enlazar con la esperadísima adaptación de El Imperio Contraataca, ¿verdad? Sólo había un pequeño problema: la adaptación no estaba disponible porque el largometraje no se estrenaría hasta 1980. En algún momento de la película, y nunca mejor dicho, a cierta preclara mente brugueril se le debió encender la bombillita: “Oye, ¿y por qué no empaquetamos unos cuantos episodios y los vendemos como si fueran El Imperio Contraataca? He visto por ahí uno con un título similar…”

A cualquiera se le pueden ocurrir mil y una razones de índole moral para no hacer algo así, pero Bruguera prefirió ignorarlas todas y seguir adelante con el fraude, de tal forma que el tercer y cuarto volúmenes de la colección acabaron ofreciendo los episodios 18 al 23 de la serie Marvel de Star Wars, a razón de tres números por ejemplar. Ambos álbumes aparecieron con fecha de Julio de 1979. Los lectores de la época no salían de su asombro: a pesar de que lo que se diera a entender en la portada, estaba claro que la historia no guardaba relación alguna con El Imperio Contraataca… ¡¿¡Qué #!$&% era aquello!?!

Bruguera se sacó de la manga un Imperio Contraataca de pega en dos álbumes especiales, el primero de los cuales incluía los episodios 18 al 20 de la edición americana de Star Wars. Al parecer, ninguna de las portadas originales de Infantino convenció a los gerifaltes brugueriles, seleccionando en su lugar esta otra de Dave Cockrum y Bob McLeod que correspondía al Nº 17 USA.

Para más recochineo, Bruguera decidió que el quinto álbum, publicado un año después a un formato algo más reducido, incluiría… ¡la auténtica adaptación de El Imperio Contraataca! ¿A que esto empieza a parecerse a una comedia de los Hermanos Marx? Más madera, es la guerra… ¡de las galaxias! Y como la tradición de la editorial así lo exigía, aprovecharon para aligerar un poco el peso del cómic, suprimiendo algunas páginas sobrantes… Total, ¿quién iba a prestar atención a semejantes menudencias? Llegados a este punto, no pocos aficionados consideraron seriamente la idea de presentarse con antorchas en las oficinas de Bruguera, aunque al final se impuso el sentido común.

A todo esto hay que añadir que la traducción de aquellos episodios se encomendó a Anna Mª Palé, una profesional experimentada que ya se había encargado de versionar al castellano no sólo cómics de superhéroes, sino también clásicos de la historieta europea como El Teniente Blueberry o Lucky Luke. Parece poco verosímil pensar que la señora Palé fuera incapaz de apreciar la diferencia entre “atacar” y “contraatacar”… Siempre podríamos recurrir a un sketch de Barrio Sésamo para intentar explicárselo, pero no creo que haga falta.

Entonces, ¿quién fue el responsable de aquel desaguisado? Según podía leerse en los créditos, la dirección de la línea de comic books recaía sobre las anchas espaldas de Francisco González Ledesma, veterano guionista de clásicos del tebeo español como El Inspector Dan que años después conseguiría reconocimiento en su faceta de novelista, llegando a ganar el premio Planeta. En los álbumes no se especificaba nada, así que ignoramos si fue él quien tomó la decisión de motu propio o vino impuesta por alguna instancia superior. A ver si hay suerte y un día lo pillamos en alguna firma de libros para poder preguntárselo… ¿Vosotros creéis que se acordará, habiendo pasado tanto tiempo? Claro que de algunas historias casi es mejor no acordarse…

Este sí es el auténtico cómic de El Imperio Contraataca, también en edición Bruguera, con una cubierta original pintada por Bob Larkin. En la última página del álbum se reproducía un ominoso anuncio:
“El Sorprendente Spider-Man, ¡próximamente en Cómics Bruguera!”
Los fans arácnicos no podían sospechar la que se les venía encima…

Tras consumar el timo de la estampita en versión galáctica, Bruguera optó por no renovar los derechos de Star Wars, seguramente porque los resultados de ventas quedaron lejos de las expectativas fijadas. Teniendo en cuenta las fechorías que habían perpetrado, tampoco era de extrañar… Vértice tomaría el relevo, en una colección extravagantemente rebautizada como Guerras Estelares, volviendo a la denominación original a partir de la tercera entrega. El material Vértice reeditaba la cabecera USA desde el principio, pero aun así no se les ocurrió nada mejor que titular el primer número… Vais a creer que me lo estoy inventando, pero no: ¡¡el primer número Vértice se titulaba El Imperio Ataca!!

¿Qué pasa, que no tenían otro título disponible en el mercado de los Jawas…?

Para terminar de enredar la madeja, las “Guerras Estelares” de Vértice también se arrancaron por bulerías con su particular “El Imperio Ataca”, aunque lo que se ofrecía en páginas interiores era la adaptación del primer film. ¡Si alguien lo entiende, que nos lo explique!

Para cuando se estrenó aquí El Retorno del Jedi, los derechos habían recalado en Forum, después de un breve receso en Surco. En un baile de editoriales que parecía más bien el baile de San Vito, los cómics de Star Wars habían ido rebotando por cuatro sellos diferentes en apenas tres años, todo un record para una publicación Marvel española. Justo es reconocer, en cualquier caso, que el sello de Planeta realizó una adaptación bastante pulcra de El Retorno del Jedi, presentando el relato completo dentro de su colección de Novelas Gráficas  Marvel. Y lo más importante: el cómic era realmente lo que decía ser. ¡Alguno que yo me sé estuvo tentado de mordisquear las páginas para cerciorarse de que no volvían a dársela con queso!

Miguel G. Saavedra

El Retorno del Jedi, en versión Forum. Aquello ya era otra cosa…
y no lo decimos sólo por la portada de Bill Sienkiewicz.

Es uno de los momentos míticos de la historia del cine: “Luke, yo soy tu padre”. Lógicamente, una frase tan universal se ha prestado a múltiples interpretaciones en todos los idiomas posibles… algunas más afortunadas que otras.

El siguiente vídeo encadena dieciocho de esas interpretaciones, y el resultado es casi tan bizarro como la manera de editar que tenía Bruguera

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