¿Cómo se las arregla uno para convertir un desastre de película en una serie televisiva de culto? Preguntadle a Joss Whedon, porque eso es exactamente lo que consiguió con Buffy Cazavampiros.
En el caso de Firefly, el trayecto se hizo en sentido inverso. La serie había fracasado con cierto estrépito, boicoteada por la cadena Fox, que llegó incluso a alterar el orden de emisión de los episodios. Sin embargo, Whedon se empeñó en dar un desenlace digno a los personajes y lo logró con creces, en aquel maravilloso western espacial que se llama Serenity.
Si algo ha demostrado este creador neoyorkino es que no es de los que se arredran ante los desafíos. Con Los Vengadores, se trataba de responder a las enormes expectativas que había generado el proyecto, pero lo que pocos podían imaginar es que Joss “The Boss” acabaría haciendo saltar la banca: en el momento de redactar estas líneas, el film lleva recaudados ya más de 1.500 millones de dólares en todo el mundo, convirtiéndose así en la tercera película más taquillera de todos los tiempos, sólo superada por Avatar y Titanic. También ha batido un buen puñado de récords que no nos molestaremos en enumerar.
¡¡Capitán Joss Whedon!!
Buffy the Vampire Slayer tuvo unos orígenes bastante más modestos. Para aproximarnos a la serie, gran precursora del “boom” vampírico actual, hay que remontarse a una época en la que la única manera de engancharse a tus programas de televisión favoritos era visionarlos “in situ”, cuando la cadena de turno se dignaba a emitirlos. Por más que también estuviera la opción de programar el vídeo, a mucha gente eso le parecía más complicado que una operación a corazón abierto. No me preguntéis por qué, pero era así.
Debo reconocer que los primeros episodios de la serie me parecieron un pelín cutres, y tardé en encontrarle el punto. Ahora bien, éste es uno de esos casos en los que perseverar tiene su premio. Podría decirse que el punto de inflexión lo marca el episodio en el que Ángel mata a cierto personaje, cuyo nombre no mencionaré por si alguien no ha visto la serie y se anima a hacerlo después de leer este artículo. Hasta ese instante, parecía que todo fuera un poco en plan de broma, y de repente… ¡BAM!, uno de los personajes principales muere. Fue un gran momento televisivo, lo que en argot técnico se llama un “Momento Bochco”. Y se llama así porque lo inventó Steven Bochco, el legendario creador de series como Hill Street Blues, La Ley de Los Ángeles o Murder One.
Cuando se estrenó el 10 de Marzo de 1997, Buffy The vampire Slayer era lo más parecido a un cómic de superhéroes que podía encontrarse en la televisión americana
En la tercera temporada debutó Faith, la cazavampiros renegada a la que daba vida Eliza Dushku. El personaje tuvo tal impacto que muchos seguidores anhelaban en secreto que Faith le diera su merecido a Buffy y la relevara como protagonista absoluta de la función… ¿Estaría mal confesar que yo era uno de esos “adictos a la Fe”? Bueno, ¡estoy seguro de que no era el único!
Un elemento distintivo del universo concebido por Whedon es que el conjunto de criaturas que lo integra funciona como si fuera un equipo de superhéroes. Aparte de la Cazadora, ahí tenemos a Giles, el mentor; Willow, la bruja; Oz, el hombre lobo; Ángel, el vampiro atormentado; y Xander, que vendría a ser el “sidekick” o contrapunto cómico. Una estructura no muy diferente a la de cualquier supergrupo Marvel al uso. ¿Y acaso no es Faith la versión buffyniana de Fénix Oscura? El propio Whedon subrayaba los paralelismos entre Buffy y La Patrulla-X, en una entrevista concedida a la desaparecida revista Wizard. Su candidatura para activar la franquicia cinematográfica mutante no fructificó, aunque Whedon tuvo oportunidad de dejar su impronta en Astonishing X-Men, la colección que Marvel creó para él y que a día de hoy sigue siendo su contribución más destacada en el mundo del cómic.
Una de las etapas más recordadas de Buffy Cazavampiros se vivió en la sexta temporada, a la que pertenece el célebre musical Once More, with Feeling (Una Vez Más, con Sentimiento). Whedon dedicó un verano entero a escribir el episodio y los actores consintieron en prestar sus voces más o menos melodiosas… excepto Alyson Hannigan (Willow), que pidió reducir su participación al mínimo porque temía hacer el ridículo. Luego, viendo los resultados, tuvo que reconocer que había cometido un error.
La serie concluyó tras una decepcionante séptima temporada. Quizá os sorprenda saber que el planteamiento original de Whedon era hacer que todos los personajes perecieran en el episodio final, sacrificándose heroicamente para salvar el mundo. ¡Aquel desenlace podría haber sido más polémico que el de Perdidos! En última instancia, la idea se desestimó por considerarse que resultaba “demasiado deprimente”… La que no se deprimió demasiado con la desaparición de Buffy fue la cadena UPN: el estatus de serie de culto del que gozaba no impedía que el programa fuera deficitario debido a sus elevados costes de producción.
Al año siguiente decidieron reemplazarla por Verónica Mars, una creación de Rob Thomas con la sensacional Kristen Bell en el papel de una detective adolescente mucho más lista que los adultos que la rodean. Pese a que la serie cosechó excelentes críticas y encendidos elogios del propio Whedon, quien accedió a hacer un cameo en un episodio, las bajas audiencias precipitaron su cierre después de sólo tres temporadas. Y es que sustituir a Buffy en el corazón de los espectadores era una misión condenada al fracaso, incluso para la gran Verónica.
¿Sabíais que Joss Whedon participó en el guión del primer Toy Story? Los diálogos de Alien Resurrección también llevan su firma
La carrera de Whedon presenta otros muchos puntos de interés que podríamos detenernos a comentar aquí: su breve etapa al frente de Runaways, la decepción que supuso Dollhouse, la continuación en cómic de Buffy y Ángel, su trabajo como parte del equipo de guionistas que desarrolló el primer Toy Story, por el que optó a un Oscar… o Dr. Horrible, el experimento musical pensado para Internet que acabó siendo un inesperado suceso crítico y comercial, gracias al elevado número de descargas y a su posterior comercialización en DVD. Por desgracia, nuestro espacio es limitado y queremos reservar el que nos queda para referirnos de nuevo a Los Vengadores, la pieza maestra que Marvel necesitaba para terminar de configurar su universo cinematográfico. El director aporta todo su oficio para que el largometraje sea el “blockbuster” marveliano más espectacular de cuantos se han rodado hasta la fecha. Con todo, a nadie se le escapa que donde brilla realmente el “toque Whedon” es en la caracterización de los personajes. De ahí que resulten muy reveladoras unas recientes declaraciones suyas en las que expresa su deseo de que la secuela ponga el énfasis en hacer avanzar a los protagonistas, en lugar de limitarse a repetir los esquemas que funcionaban en el film original.
¿Cómo se puede superar el éxito apabullante de Los Vengadores? El director apuesta por hacer una segunda parte “más pequeña, más personal y con más dolor”.
Es fácil imaginarse la cara de los ejecutivos del estudio al presentarles su propuesta. Pero Joss Whedon está acostumbrado a nadar a contracorriente.
Y casi siempre consigue salirse con la suya.
Miembros del reparto de Los Vengadores posan junto al director. A Robert Do0wney jr. no le faltan motivos para sentirse eufórico, ya que el contrato que negoció con Marvel incluye una participación en los beneficios y le permitirá embolsarse aproximadamente 50 millones de dólares, una cifra sólo al alcance de las megaestrellas de Hollywood. Sus compañeros tendrán que “conformarse” con emolumentos de entre 2 y 5 millones por cabeza.