…Tenía que ir yo. Soy del departamento de investigación de física ¿y ya voy tarde a la reunión más importante? ¡No! debo hacer lo que sea para que ella me suelte.
-Oye, si me dejar ir considerare visitarte más tarde.
– ¿Y por qué no ahora?
_ ¡Por qué lo digo solo para liberarme de ti!-Pues, estaré ocupado.
-¡Eso son solo excusas! dime la verdad, ¿acaso no te gusto? ¿No tengo suficiente cuerpo o qué?
-¡Te digo que voy tarde a …
-¡No me importa! ¡Tú eres mío! ¡No te dejare!
En ese momento comprendí que nada psicológico funcionaria esta vez, entonces decidí usar la fuerza, algo que no acostumbro a usar con una mujer… ¡pero es que, ella se pasa!
-Lo siento…
Seguido esto, la empujo lejos de mí y pude salir corriendo en dirección al colegio, no había ni recorrido cinco zancadas, cuando siento que me agarran la camisa por la espalda y me detuve de golpe, mire atrás y era ella.
-¡Dime qué es lo que hago mal! ¡¿Qué es lo que no te gusta de mí?!
-¡Que eres una acosadora! -le respondí.
Cuando se lo dije, una lagrima salió de ojo derecho, pero su rostro estaba congelado, sin expresión alguna y mirándome fijamente. Me solté y seguí caminando con dirección al colegio.
Al llegar al edificio de «física para estudiantes» que queda dentro del instituto. La puerta se encontraba cerrada.-Pensé.
-¡Ya valí!
Justo en ese momento di vuelta y me dirigí a casa, al momento-di tres pasos- escucho la puerta abrirse de manera brusca, mire a ver qué pasaba y pude ver a un hombre que venía corriendo gritando con gran vocerío.
-¡Auxilio, socorro!
Acto seguido, alguien detrás de él con una espada en la mano, salto y clavo la espada en el hombre entre el cuello y la clavícula directo al corazón, saliendo de punta entre las costillas, dejando ver un chorro de sangre que me ensucio los zapatos. Empecé a vomitar, cuando el autor del anterior acto le retiro su espada lentamente del cuerpo de la víctima mientras esta votaba sangre por la boca, la perforación dejada por la punta de la espada en las costillas, dejaba ver un poco las vísceras.
–Tu abuelo de llama.
Cuando él dijo esto tuve muchos sentimientos encontrados. Ira; miedo; sorpresa; nostalgia; asco.
-¡ERA NECESARIO ESTE ACTO DE MALDAD! ¡MALDITO ASESINO!
-¡Hay chico!, si supieras lo que este hombre hizo.
-¡Pero eso no es excusa, para matarlo!
-Lo entenderás más tarde, ahora sígueme.
-¡NO VOY A SEGUIR A UN ASESINO!
-¡Tú eres un asesino!
-¿Qué?
-Cuando llegues donde tu abuelo, lo sabrás todo.
-¿Qué tiene mi abuelo que ver con asesinos?
-El encargado de decirte el tú abuelo, ahora no te responderé más preguntas.