La última semana de noviembre fue la semana Europea de la Prevención de Residuos, en la que se pretende concienciar a toda la Sociedad para que aprendan a reducir, reutilizar y reciclar, es decir llevar a cabo lo que se conoce como las 3R. Así se pretende que cualquier ciudadano de a pie, sea consciente que todo, absolutamente todo después de la vida útil que supuestamente daba por finalizada su temporalidad, se le puede alargar más su tiempo y quien sabe si para otros usos alejados de la finalidad para la cual fue fabricado.
También vi con asombro que habían juegos de habilidad para los más pequeños, que utilizaban viejas piezas recicladas provenientes de bicicletas. Así las ruedas, se podían convertir en poleas, o los guardabarros en carriles en los que guiar bolas para encajarlas en otro lugar. En definitiva juegos muy adictivos, para los pequeños (y también para los padres).
En una época tan especial como la que nos encontramos, echemos un vistazo a lo que tenemos, lo que realmente necesitamos y seamos conscientes que la felicidad pocas veces se encuentra en el coste o valor material de los objetos sino en el cariño con el que los hemos fabricado con nuestras propias manos y regalamos para el disfrute de nuestros seres queridos y amigos.
[fotos: autor de las fotos Paco Nebot]