Cuando solo faltan cuatro capítulos para que termine la cuarta temporada de The Walking Dead, el destino de sus protagonistas es más incierto que nunca. Divididos en pequeños grupos tras el ataque a la prisión y mermados de fuerza física y moral, los supervivientes del holocausto zombi más exitoso de la televisión siguen tratando de resistir en un mundo nuevo. Dentro de ese grupo, Daryl Dixon, ataviado con su poncho (al principio) y armado siempre con su ballesta, se ha destapado como uno de los líderes indiscutibles. “Nunca había usado una ballesta antes de empezar en The Walking Dead y me ha llevado cuatro años tener el manejo que tengo ahora”, reconoce el actor Norman Reedus.
Por teléfono, el actor nacido en Hollywood y residente en Nueva York se muestra mucho más conversador que el personaje al que da vida en la serie que emite Fox en España (lunes, 22.20 h). “Daryl es un hombre muy cerrado en sí mismo, pero es un hombre digno de confianza. Ha ido creciendo y creciendo hasta ser la persona que es ahora”, asegura sobre un personaje que se ha ido convirtiendo en uno de los favoritos de los fans de la ficción. “Soy consciente de que es un personaje importante y que gusta mucho a la gente, y eso hace que sienta más responsabilidad”.
Sin embargo, y en contra de lo que cabría esperar, el fenómeno fan que envuelve a la serie no le agobia. “¡Me encantan los fans! Cómo lo viven, hablar con ellos... Sienten que la serie es también parte de ellos, es genial”.
En su cuarta temporada, que concluirá el 30 de marzo en Estados Unidos, solo un día después en España, The Walking Dead se ha confirmado como todo un fenómeno convirtiéndose en la serie más vista de la historia de la televisión de cable, un éxito que ha pillado por sorpresa a sus protagonistas. “Imaginaba que la serie sería buena. Ya sabes, es AMC, sus responsables... tenía todos los ingredientes para ser una serie muy buena. Cuando leí el guion del piloto vi que iba a ser bueno, pero aunque imaginábamos que tendría éxito, no imaginábamos que tendría tanto”.Uno de los atractivos de la serie, además de los zombis, es la espada de Damocles que todos los personajes tienen sobre su cabeza: cualquiera puede ser el siguiente en morir. “Todos tenemos miedo de ser el siguiente”, comenta Reedus entre risas. “Pero no sabemos quién va a morir ni qué va a pasar exactamente. Eso lo mantienen en secreto hasta el último momento”.La cuarta temporada ha tenido unas características diferentes respecto a las entregas anteriores. Con Scott Gimple como nuevo máximo responsable (ya es el tercer hombre al frente de la serie tras el paso deFrank Darabont y Glen Mazzara), los últimos capítulos están mostrando a los personajes con nuevos compañeros y en situaciones en las que no habían estado antes. “Hemos conocido más sobre los personajes, cuál es su historia pasada, de dónde vienen… En cada capítulo ha habido algún protagonista y hemos conocido más sobre ellos”, explica Norman Reedus antes de que la periodista intente, de nuevo, averiguar algo más sobre lo que vendrá en lo que queda de temporada: “¡No puedo contar nada! Me podrían convertir en un zombi si te digo algo”. Mejor no tentar a la suerte.FUENTE: El País