Calorías aparte, la Nutella es una de las grandes aportaciones italianas a la humanidad, por detrás de la pintura renacentista y los macarrones. Fue inventada en 1946 por Pietro Ferrero, partiendo de la receta tradicional de la pasta gianduja piamontesa.
La gianduja es una pasta elaborada con chocolate y avellanas molidas (o algún otro tipo de fruto seco), y que se suele usar en pastelería para el relleno de bombones y pasteles. A su lado, la versión de supermercado carece de finura y glamour. Sí, está buena, buenísima, pero es la hermana facilona.
Para los que queráis probar el lado oscuro de la merienda, lo mejor es hacerla casera. Vuestra recompensa: un bote de genuino placer chocolatero, completamente customizable, vicioso y nutellero al 100%. En 20 minutos lo tendréis listo para epatar al personal. Eso sí, hacedme el favor de untarlo sobre un buen pan, que no es cuestión de echar margaritas a los cerdos.
Foto cortesía del gran Ibán Yarza, que puso bien de unte sobre una rebanada de pan de The Loaf ...
Yo la he hecho ya dos veces, y el otro día conseguí hacerla llegar de contrabando a The Loaf. Al primer intento se me rompió el tarro (ah, infausto destino) intentando escapar de los controles aduaneros, pero finalmente llegó sana y salva a la panadería.
Si se os tercia, no perdáis la ocasión de acercaros a San Sebastián (Paseo de Francia, frente a la estación de ferrocarril) para ver en acción este genial proyecto: una panadería efímera y artesana con unos superhéroes que luchan contra el desprestigio y el ninguneo del pan.
Comandados por Dan Lepard e Ibán Yarza, es todo un lujo tenerles cerca hasta el 30 de septiembre, y poder comer pan-pan a dos carrillos. Y ya tener un poco de su pan clásico o extreme (sólo masa madre) para untarlo, no os digo nada...
Pasta untable de gianduja (o sea, Nutella Casera) Dificultad, así de primeras:hay que tener procesador, molinillo o similar. Si lo hace alguien a mano, soy su fan. Sabor: a merienda de los campeones Tiempo: 20 minutos Receta de inspiración: con modificaciones, me inspiré en ésta de Sam Tan´s kitchen INGREDIENTESpara un tarro de mermelada mediano, glups, desconozco la capacidad.
200 g de avellanas tostadas o crudas
1 chorrito de aceite de oliva suave
170 g de buen chocolate negro
2 cucharadas de cacao puro en polvo
OPCIONAL:
azúcar glas al gusto
naranja confitada
jengibre en polvo
OBLIGATORIO:
buen pan para dar rienda suelta a los bajos instintos
Yo usé chocolate a la naranja, trocitos de naranja confitada y jengibre en polvo, para darle un toque original. Podéis hacer lo mismo, o usar chocolate normal, negro, con leche, añadir café en polvo, otras especias o cualquier innovación que se os pase por la cabeza.
Otras recetas de nutella casera que andan por ahí llevan leche, mantequilla... y tienen que guardarse en la nevera y consumirse rápido. No es el caso de ésta, que os durará el tiempo que tengáis el valor de mirarla sin comerla.
PREPARACIÓN: Hace falta un procesador de alimentos, sí o sí, porque a mano o con un mortero sería mucho más difícil y quedarían las avellanas poco trituradas. Con lo de procesador, que suena muy rimbombante, me refiero al accesorio picador que suele venir con las batidoras. Mejor cuanta más potencia tenga, para no recalentarlo en exceso.
Si tenéis las avellanas crudas, tostarlas a 200º unos 10-15 minutos y luego pelarlas. El truco para pelarlas suele ser envolverlas con un paño y frotarlas a duras penas, pero gracias a la gran Julia Child descubrí que se pueden pelar perfectamente, antes de tostarlas. En caso de que queráis hacerlo, poned a hervir 2 tazas de agua con 3 cucharadas de bicarbonato, y añadir después las avellanas crudas. El agua se volverá oscura y saldrá espuma. Tened preparado un bol con agua fría y hielos. Cuando las avellanas lleven 3 minutos más o menos, sacad una de prueba y echadla en el agua helada. La piel se debería quitar sin ningún problema. Si no funciona, dejadlas un minutillo más y cuando la de prueba se desnude sin más, echad todas al bol de agua fría y frotar un poco con los dedos. Chimpún, se pelan solas. Sólo hace falta secarlas bien y tostarlas sobre una bandeja, en el horno a 200º 10-15 minutos. Triturar las avellanas tostadas con el procesador: se trata de conseguir una pasta o puré aceitoso. Para que el motor no se caliente, es mejor hacerlo poco a poco, con pausas cada 3-5 minutos, por ejemplo. Cuando las avellanas estén hechas molidas a polvo grueso, hay que añadir un chorrito de aceite de oliva suave (o girasol, como gustéis) para ayudar a que la consistencia sea más grasa y homogénea, y seguir triturando hasta conseguir un fino puré semilíquido. Cuanto más triturada esté, menos se notará el "gránulo" de la avellana en la pasta final.
El antes y el después: las avellanas molidas y el aspecto final de la pasta bien fina.
Aparte, derretid el chocolate al baño maría o en el microondas. Añadidlo al puré de avellanas dentro del procesador y seguid triturando para que se mezcle. Después, agregad el cacao en polvo, mezclad todo junto y lo más duro de todo el proceso: meted el dedo y chupadlo sin pudor para comprobar su sabor estratosférico. En caso de que necesitéis pecar más, y dependiendo de vuestros viciosos gustos, se puede añadir azúcar glas (mejor que el normal, para que no se noten sus cristales), naranja confitada en trozos pequeños, jengibre, canela, especias, etc.Fotografía de Dan Lepard (thank you so much!)
Acordaos de aprovechar este verano para viajar a Donosti y visitar THE LOAF (in a box), una panadería temporal que quiere impulsar el pan hecho a mano, con cariño y respetando los ritmos y características de este alimento tan básico y a veces tan subestimado. Allí podréis ver cómo lo elaboran in situ, comprarlo, degustarlo, asistir a charlas, cursos y conversar con reivindicadores y divulgadores panarras tan auténticos como Ibán y Dan. Gracias a ambos por su labor, a Carlos, Xabier, Andoni, Nacho y a todos los que lo han hecho posible y están ahí a pie de horno. Para saber más sobre The Loaf in a box: Blog Facebook TwitterThe Loaf, la panadería 'pop-up'. Artículo de El Comidista
The Glutton Club