Páginas: 335
ISBN: 9781416912057
Precio: unos 6€ en The Book Depository, con los gastos de envío gratis para España y otros países.
Sentí interés por Unwind gracias a la reseña de uno de mis blogs favoritos, Librojoven. Además de entradas curradas y divertidas, su administradora nos habla de muchos libros no publicados en España, por lo que supone una buena fuente de información para conocer lo que se lleva en el otro lado del charco. Como sabéis, este año me estoy empleando a fondo para mejorar mi inglés, de modo que intento leer al menos un libro en este idioma al mes (y de momento lo estoy cumpliendo). Suelo elegir novelas juveniles porque se leen fácilmente y muchas tienen tramas de lo más atractivas (vienen genial para alternarlas con historias más crudas o conmovedoras), aunque precisamente la de hoy me ha parecido más bien para adultos, por mucho que se encuentre en la sección de literatura para jóvenes (¡cuánto daño hacen las etiquetas!). En fin, no me enrollo más y paso a la opinión.
Neal Shusterman, un maestro del thriller
Neal Shusterman (Brooklyn, 1962) sintió un gran amor por los libros desde muy pequeño, aunque su pasión por la escritura no se consolidó hasta que una profesora le retó a escribir una historia durante un mes con la promesa de mejorar su nota si superaba el reto con éxito. A los dieciséis años, su familia se trasladó a México, una experiencia que le resultó muy enriquecedora a todos los niveles. Más tarde asistió a la Universidad de California, donde estudió psicología y teatro. Al terminar, encontró un trabajo en una agencia de talentos y al cabo de un año ya había publicado su primer libro y trabajaba como guionista de televisión. Actualmente vive en el sur de California con sus hijos.La Ley de la Vida
La segunda guerra civil de Estados Unidos enfrentó a dos colectivos: el bando pro-vida y el bando pro-elección (también llamado pro-aborto). Al final, se llegó a un acuerdo que satisfizo a ambas partes, con el nombre de Ley de la Vida, que dice así: desde el momento de la concepción y hasta la edad de trece años, la vida de un niño no puede ser interrumpida; no obstante, entre los trece y los dieciocho los padres pueden optar por deshacerse de su hijo, con la condición de no acabar con su existencia «exactamente». Es lo que se llama unwind (desenrollar, desmenuzar, separar sus partes): se aprovechan todas y cada una de las partes del adolescente para emplearlas en trasplantes. Como cerdos hacia el matadero, los chavales que por una razón u otra han sido descartados por sus familias, se dirigen a los centros donde se llevará a cabo el unwinding… a no ser que logren escapar.
Además del concepto de unwind en sí, en el libro se ofrecen otras explicaciones sobre la situación a la que se ha llegado, como que por ejemplo una madre puede abandonar a su bebé recién nacido en la puerta de unos vecinos y estos se ven obligados por ley a hacerse cargo de él, aunque ya tengan muchos hijos. El resto de particularidades os dejo que las descubráis por vosotros mismos.
Tres personajes, un mismo destino
Connor tiene dieciséis años y siempre ha sido un chico conflictivo, por eso sus padres han decidido llevar a cabo el proceso de unwinding con él y seguidamente tomarse unas vacaciones para tranquilizar su conciencia. Pero está claro que Connor no está dispuesto a rendirse: desde que sabe lo que sus padres quieren hacer con él, ha planeado una huida en la que su amiga Ariana le acompañará… salvo que esta se echa atrás en el último momento (la niña bien no se atreve a dejar su mundo de comodidades). Connor debe escapar solo, aunque con sus agallas y sus impulsos eso no le supone un problema.
El tercer personaje no tiene nada que ver con los anteriores (y tranquilos, no es el tercero en discordia de ningún triángulo amoroso). Lev acaba de cumplir trece años y se enfrena al unwinding con entereza y dignidad; es lo que se conoce como tributo, un niño que ha sido concebido expresamente para donar su cuerpo cuando llegue la edad adecuada. Sus padres, extremadamente religiosos y cumplidores, lo tuvieron para entregarlo a Dios, como el sacrificio de la Biblia. En la fiesta de despedida, su hermano mayor está triste y Lev no lo comprende. A diferencia de Connor y Risa, con los que se cruzará en su camino, él ve el unwinding como algo bueno y necesario, pues es lo que se le ha inculcado toda la vida.
Impresiones
Con ese argumento, no os sorprenderá que diga que el libro atrapa desde el principio, tiene un buen ritmo (sin ser trepidante) y sabe mantener la intriga en todo momento. Un punto de partida llamativo siempre ayuda a captar el interés del lector, y bien, ¿qué hay más sugestivo que un grupo de adolescentes obligados a ser desmenuzados por una Ley de la Vida que, valga la redundancia, en lo que menos piensa es en la vida de las personas? Neal Shusterman ha tenido una idea excelente, no puedo decir más.Los personajes están perfectamente trazados, tanto los tres principales como todos los secundarios que aparecen (que no son pocos, os lo advierto). Llegas a ponerte en su piel, conoces su pasado y de ahí entiendes perfectamente su forma de afrontar la situación. Me gusta que no caiga en los extremos: ni Connor se nos muestra como un héroe invencible, ni Risa como una joven inteligentísima que puede con todo. Lo que sí es cierto es que juntos forman un buen equipo, él pone la garra y el impulso, y ella la cordura y las ideas meditadas. Con esto, que se puede extrapolar a las numerosas escenas junto a otros personajes, se fomentan dos temas maravillosos: el trabajo en equipo y la amistad.
Por otro lado, en un momento en el que parece que todas las novelas juveniles tienen que incluir sí o sí una trama romántica, se agradece que Shusterman se haya decantado por una opción más sutil. No me creería una gran historia de amor o unos protagonistas preocupados por los celos cuando sus vidas corren peligro; el autor plantea una relación que surge poco a poco, en las miradas de comprensión, en los pequeños gestos. Por fortuna, no nos intenta colar ningún triángulo (me da que a este Neal Shusterman no le van las ñoñerías, bien).
Cambiando de tercio, la novela está impregnada de una atmósfera tensa en la que se palpa el miedo de los personajes. No temáis, no es un relato duro de leer (no más que Los Juegos del Hambre y similares), aunque tampoco una historia para sonreír. A propósito de Los Juegos del Hambre, Unwind me parece el libro más similar a este que he leído: temática dura y cruel, adolescentes en una situación límite, trama amorosa secundaria, final agridulce con una invitación a cambiar algo más que la vida de tres chavales en la segunda parte (exactamente igual que en En llamas, cuando el conflicto de Los Juegos se extrapoló a la sociedad). También reconozco que Unwind no me ha gustado tanto (el Gran Hermano macabro, con su espacio cerrado y controlado, resulta mucho más atractivo que una huida en la que no sabes adónde irán los personajes), pero si os quedasteis con ganas de leer algo más de este estilo, puede ser una buena opción para vosotros.
El mundo recreado por Shusterman merece una mención aparte: además de la genial idea que da cuerpo a la novela, nos presenta una humanidad fría y despreocupada. ¿Cómo una madre puede abandonar a su bebé recién nacido en la puerta de unos desconocidos? ¿Cómo unos padres pueden decidir deliberadamente tener un tributo? ¿Cómo son capaces de deshacerse de su hijo solo porque es un poco gamberro? ¿Cómo no se les cae la cara de vergüenza al decir que los chicos no morirán, sino que vivirán de otra forma? Ya no son solo las circunstancias a las que se llegó tras esta hipotética guerra; hay una insensibilidad general con el verdadero valor de la vida de una persona. Aunque estemos lejos de ese futuro distópico, el tema del aborto sí nos queda bastante cerca, igual que el de los trasplantes. De hecho, en cierto momento se dice que se ha llegado a ese estado porque no había suficientes donantes de órganos y tenían que sacarlos de algún lado. Desde luego, temas que invitan a la reflexión y se alejan de lo que impera ahora en el género juvenil. En esto me ha recordado a Adorada Jenna Fox, otra deliciosa distopía (¡autoconclusiva!) sobre la ciencia y su influencia en nuestras vidas.
Sinceramente, no le veo ningún defecto digno de mención. Como mucho, que su ritmo es más bien pausado y yo me esperaba un page-turner (aunque de todos modos insisto en que nunca se hace pesado), y que el motivo por el que se encuentran los tres protagonistas puede parecer demasiado casual, demasiado cogido por los pelos. De todos modos, se lo perdono porque era un paso necesario para todo lo que viene después y valió la pena que el autor se tomara esta pequeña licencia. También digo que no he sentido el mismo interés por todos los personajes (las partes de Lev son más rollo, aunque necesarias para que se dé una evolución en él), pero con tantos era algo inevitable.
Por último, al terminar esta novela no he podido evitar pensar en el daño que hacen las etiquetas. Unwind me parece una novela mucho más adulta que juvenil, y no lo digo porque sea dura ni nada de eso: hay matices, pequeños detalles, que un adulto sabe apreciar mejor, y no me parece una obra escrita pensando expresamente en el público juvenil. El que los protagonistas sean adolescentes es lo de menos, ¡qué manía de incluir todo lo que tenga que ver con niños y jóvenes en lo juvenil! Puede ser leído por jóvenes, no lo niego (como cualquier obra, de hecho), pero considero que su catalogación está equivocada. Creo que en este caso ha pesado más la trayectoria del autor (escritor de juvenil consolidado) que este libro en concreto. Una pena, porque sé que mucha gente no se acercará a este libro por estar clasificado como juvenil.
Un pequeño apunte: Unwind es el primer volumen de una saga de la que aún se sabe muy poco. El autor está escribiendo una segunda parte, Unwholly, pero no hay fecha de lanzamiento ni portada (en los últimos meses se han centrado más en su trilogía Everlost). Aun así, os animo a leer Unwind porque la trama queda perfectamente cerrada aquí y, aunque se puedan abrir nuevos conflictos (que se abrirán), no tendréis la sensación de quedaros a medias con su lectura. Ya digo, en esto es calcado a Los Juegos del Hambre: en este primer libro se cierra lo que es la huida, y en el segundo se supone que empezará la lucha para cambiar la ley.
Conclusión
Siempre que recomiendo una novela sin traducción al castellano siento que tal vez mi esfuerzo resulta inútil, pues sé que la inmensa mayoría de los que me leéis os centráis en la oferta que tenemos en España y no compráis libros por Internet. En cualquier caso, nunca se sabe quién puede llegar a tus opiniones, así que yo seguiré a lo mío. Unwind me ha gustado mucho: una buena distopía llena de tensión, crueldad y valores de superación y lucha en equipo, sin las ñoñerías tan frecuentes de hoy en día. Destaco las magníficas ideas del autor para dar forma al contexto, sin olvidarnos de su prosa contundente y las personalidades elaboradas y coherentes con la situación. Si os gusta este género, no os decepcionará (y si os da pereza por el inglés, leed Everlost, que es del mismo estilo).
Enlaces de interés:
Web de Neal Shusterman
Web de la película de Unwind
Facebook de Neal Shusterman
Twitter de Neal Shusterman
Mi valoración: 7,5/10