Director: John Ford
Antes que todo, quiero comentar una cuestión que me causa mucho pero mucho estupor: no entiendo a la gente de este país, sinceramente. No me extraña que estemos como estamos, digo, con nuestra intachable capacidad para elegir y defender ídolos, creo que merecemos bastante a nuestros representantes políticos, encabezados por nuestra pobre y desdichada presidenta que tan mal lo debe pasar gobernándonos. Y lo digo a propósito de que Arturo Vidal, jugador estrella de nuestra selección de fútbol, chocara su Ferrari luego de haber bebido su buena cantidad de alcohol, dejara dos lesionados, hiciera el ridículo ante los carabineros que lo detuvieron y que debieron soportar su extrema e inconsciente arrogancia, se pusiera a llorar en una conferencia de prensa pidiendo perdón -y no es su primer escándalo, ¿cómo creerle a estas alturas?-, y, que así como si nada y frente a los ojos de todo el país y los extranjeros que nos visitan con motivo de la aburrida Copa América, la Ley fuese eludida y el hombre jugara al día siguiente el partido con Bolivia, y peor, ovacionado en medio de la cancha por nuestros ilustres hinchas nacionales. Qué bonito espectáculo, ¡cómo amo a mi país! Esta tira cómica me parece muy acertada, y muy triste... en fin, el pueblo ha hablado y ha dictaminado su sentencia. Pero bueno, mejor proseguir con lo que le atañe a este blog: el cine, continuando con la puesta al día de John Ford, ahora con "Up the river", otra buena y simpática película que, además de hacernos pasar un buen rato contándonos una buena historia, nos deja sus siempre necesarias lecciones al final. Qué mejor.
En alguna cárcel, un variopinto grupo de presos viven como pueden sus condenas -uno de ellos por haberse visto envuelto en una pelea, me imagino si hubiese sido famoso...-, siendo amigos o enemigos, pero sobrellevando lo mejor que pueden el encierro. Un buen día, sin embargo, uno de los amigos presos conoce a una bella mujer, también apresada, con la que comienza a planear un futuro, aunque puede que algunas dificultades surjan en el camino.
Comenzaremos esta simpática película con un simpático dato: según wikipedia, es el debut de nada más y nada menos que Humphrey Bogart y Spencer Tracy. Buen dato, ¿eh?
"Up the river" es mucho mejor película de lo que se podría pensar, no sólo una "cosa simpática" como he dicho hasta ahora, pues, primero, tiene varias y complejas capas en lo referido a los personajes y sus conflictos, y segundo, está narrada con sensibilidad, respeto y libertad creativa o reflexiva -no tanto en los acontecimientos en sí, no precisamente epítomes de la originalidad, sino en la mirada desde que se posiciona todo método narrativo: reticente a juzgar y condenar fácilmente, no dejándose cegar por la moralina barata-, todo lo cual no hace sino enriquecer el relato a niveles, profundos niveles, no pensados en un inicio, pues la exposición de dichos niveles es precisa y sin premuras. Uno se ve sorprendido gratamente de inicio a fin: al simple argumento -y predecible, aunque no por eso deficiente, toda vez que lo mejor está en la narración- se le inyecta mucho más fondo de lo que su premisa sugiere -la que, a todo esto, se desarrolla cumpliendo lo prometido y sin intentar engañar a nadie-. Sobre este respecto, me explico de inmediato:
"Up the river" descansa en dos líneas que se complementan a la perfección, aunque claramente una es mucho más sutil que la otra, la estrella de la función. Por el lado A, tenemos la ficción: Bogart se enamora, quiere forjar un futuro con su enamorada, tiene dificultades, otros dos presos más lo ayudan desinteresadamente, elaboran un plan y ya veremos... Por el lado B, tenemos el toque realista del asunto: la prisión y sus habitantes, y su estilo de vida, y su rutina, y su dinámica sociopolítica, etc. Si bien la trama se estructura en base a Bogart y Tracy, el contenido moral del relato surge, sutil pero poderosamente, del lado B de la película. Porque Ford observa detenidamente su historia, su escenario, y va más allá de lo más notorio, que es el lío amoroso-legal. Ford no se contenta únicamente con filmar el alocado plan de los presos, sino que también, entre paso y paso, nos muestra la vida de todos los demás reos y funcionarios, con sus dramas y alegrías, que a decir verdad no es estrictamente importante para el desarrollo argumental pero que sí es su principal fuente de humanidad y honestidad, fluidez y verosimilitud narrativa: tenemos una amplia gama de personajes de carne y hueso, simples y poco más, pero paradójicamente construidos o retratados con suma profundidad, dejando que hablen y sean ellos mismos -incluso si todo está escrito previamente en el guión-, que irradien esa "realidad" en la que nuestros actores se sumergen y se infunden, acción que es precisamente lo que le otorga mayor importancia y sentido a un conflicto hasta banal y anecdótico. Porque ese lío amoroso ya no es cualquier cosa, sino que es el sueño de un hombre y una mujer, y el esfuerzo de otros hombres y mujeres que no nacen de la nada sino que se muestran como algo genuino, un verdadero acto de generosidad para con el otro. Ford le entrega moral, le entrega humanidad a todos los personajes, ya sean primarios o secundarios o terciarios o meros extras. Y con eso, el resto sale ganando un montón.
Por lo demás, "Up the river" no cuenta sólo de contenido y conciliadora -y personal, honesta- moral, sino que además tiene agilidad narrativa y un director que aúna a la perfección la comedia y el drama, lo gracioso y lo sublime del asunto. De inicio a fin el interés no cesa, ya sea por saber cómo demonios acabará el idilio entre reo y rea, o por disfrutar de la vida de los demás -aunque, claramente, ahora se nos muestra el lado más brillante y agradable... pero funciona: es coherente y un inconmensurable plus narrativo, impensado pero ulteriormente incuestionable-.
En fin: gran película, por lo que se cuenta y cómo se cuenta. "Up the river" es redondita, encantadora y muy reconfortante. Qué más puedo decir: totalmente recomendable... y por ver a unos debutantes Bogart y Tracy -notables, por si hiciera falta decirlo...