Xavier Trias ha marchado a Nueva York a conocer de primera mano las políticas de promoción de vivienda que hacen en esa ciudad. Hasta aquí nada que objetar, es bueno que los alcaldables vayan a conocer que hacen por esos mundos de dios. Lo ha hecho Hereu, lo hizo Clos, y por tanto nada que objetar. Aprender de lo que se hace fuera da perspectiva, sobretodo, porqué también se puede llevar uno una sorpresa sobre como valoran lo que se hace en Barcelona.
Ahora bien, las conclusiones a las que llega el líder conservador barcelonés son las que me hacen levantar la ceja con cierta sorpresa. Xavier Trias parece que es muy partidario de la política de vivienda “para pobres” que se realiza en NY, basada en el modelo de “charity” o de promoción de viviendas baratas para clases bajas vía la financiación crediticia, a Xavier Trias le parece interesante la intensidad de la promoción.
Todo hay que decirlo, en 8 años en NY han construido 83.000 viviendas para pobres en barrios industriales y degradados, hecho que ha ayudado a reformar estos barrios. Puede parecernos una cifra muy alta frente a las 12.000 viviendas que ha promovido el ayuntamiento de Barcelona en estos últimos 4 años. Aunque todo hay que ponerlo en su justa medida, NY es una ciudad de 10,5 millones de habitantes, mientras que Barcelona lo es de 1,6 millones. En comparación, NY ha construido en 8 años una vivienda “charity” por cada 130 habitantes de la ciudad, y Barcelona ha hecho esa misma proporción (1 vivienda protegida por cada 130 habitantes) en la mitad de tiempo.
Si a Trias le parecen buenos los datos de NY, los de BCN le deberían parecer de otra galaxia ya que son el doble de buenos.
Es curioso además que Trias se deje embelesar por un modelo de vivienda de protección que tiene algunos déficits con respecto el de Barcelona, no sólo porqué es la mitad de eficiente que el de Barcelona, sino que además tiene algunas carencias:
Mezcolanza social versus ghettos de vivienda protegida: La vivienda de protección con el modelo de NYC se desarrolla sólo en barrios de clases bajas y está diseñada sólo para las clases más bajas económicamente hablando. En cambio el sistema de Barcelona se construye en todos los barrios de Barcelona, sin discriminar entre barrios de una clase u otra, y la protección permite que clases medias y populares puedan acceder a ellos. La obligatoriedad que cualquier promoción tenga una reserva de vivienda protegida hace que la vivienda protegida no se concentre en “ghettos” o en unos pocos barrios, lleva a la mezcolanza social a la mezcla de orígenes y de perfiles económicos y ayuda a que los barrios no se ghettizen o sean búnqueres sociales. Si por algo se caracteriza NY y el modelo de barrios en EEUU es por las grandes desigualdades sociales y las grandes diferencias en el entorno urbano según el barrio donde se viva.
Modelo poco cuidadoso con los más débiles: Este modelo, por ejemplo, no contempla el tipo de vivienda pública dotacional para personas mayores (1.520 viviendas que se han realizado en este mandato en Barcelona) que no solo incluyen un espacio físico para que las personas mayores puedan vivir autónomas sino que tiene el apoyo de profesionales de la dependencia para ayudarles.
Viviendas de calidad versus low cost. Las viviendas del Patronat d’Habitatges o de las cooperativas privadas que colaboran en la promoción de viviendas de protección son de una calidad equivalente a la de cualquier construcción de obra nueva en la ciudad de Barcelona, y también la tipología no son “viviendas para pobres” sinó de una calidad y dimensión más que aceptables. El sistema charity promueve una vivienda de low-cost y de un valor y calidad inferior a la vivienda media que se promociona en la ciudad. Lo cuál hace poco atractiva esa vivienda de cara al futuro (la posibilidad de vender) y condena a que en los barrios donde ha habido promociones solo se puedan fijar personas de renta baja, lo cuál aún profundiza más la falta de mezcolanza socioeconómica y por tanto ahonda las desigualdades socioeconómicas en la ciudad.
El reduccionismo de Xavier Trias obvia el esfuerzo que se ha desarrollado con el plan de vivienda del ayuntamiento de Barcelona, que va más allá de construir vivienda “para gente pobre”, sino que incluye ayudas al alquiler (más de 56.000 en estos 4 años) o de ayudas a la reforma de viviendas (100.000 en estos últimos años), es impresionante, sobretodo en este último aspecto, ya que ayudas a reformas a 100.000 viviendas supera el 10% del estock total de viviendas de la ciudad (si se mantuviera el ritmo significaría que en menos de 40 años todos los edificios de la ciudad han sido reformados y adecuados con ayuda de la administración).
Por otro lado el tema de ayudas a ascensores que llega a más de 700 edificios y las reformas urbanísticas para permitir la construcción de ascensores exteriores para aquellos edificios cuya estructura no lo pueden albergar permite que se extienda el proyecto a más de 800 edificios. Un proyecto que es impensable en NY.
Pero lo peor de este viaje de Trias no es que tenga que ir a alabar lo que hacen fuera aunque lo hagan con menor eficiencia que Barcelona y construyendo una realidad social y urbana que no queremos para Barcelona (ghettización de la vivienda de protección social). Lo peor es el profundo menosprecio al talento de los urbanistas y arquitectos de Barcelona y del país, de los técnicos del ayuntamiento y del talento arraigado en Barcelona.
Barcelona siempre ha confiado en sus arquitectos, en el talento interno y cuando ha fichado talento externo lo ha hecho venir, embeberse del espíritu de la ciudad, no planificar sin entender el proyecto urbanístico general en el que está embebido. Tirar de talento externo despreciando el talento creativo de los arquitectos de la ciudad para hacer un proyecto urbanístico de ciudad por parte de equipos de urbanistas que no conocen la ciudad y ni se dignan a venir a Barcelona a entenderlo, es como no… un proyecto ajeno a la ciudad y poco útil para sus ciudadanos. Parec ser que incluso a los expertos que va a consultar le van a poner ejemplos de la propia ciudad de Barcelona. Algunos de los ejemplos que le han puesto enfrente se han inspirado en Barcelona como la “High Line” de NY inspirada en la reforma de la Rambla del Raval o el puerto de Boston cuya reforma se ha inspirado en la del Port Vell de Barcelona.
El hecho que Xavier Trias no confía en la gente de Barcelona ni en los trabajadores y técnicos del ayuntamiento es algo que no es nuevo. Algo que además comienza a ofender a los propios técnicos y arquitectos de la ciudad.
Lo más sorprendente de todo esto, es que en lugar de buscar modelos más parecidos a los nuestros, entre ciudades europeas ha ido a buscarlos en el ámbito cercano a la promoción de créditos al estilo “Fannie Mae” / “Freddie Mac” que están en el corazón de la crisis financiera por créditos a viviendas que fue el pistoletazo de la crisis que ahora vivimos. Los resultados ya los hemos visto. Es bueno aprender de todo el mundo, lo que no es bueno es ir a copiar un modelo que es menos eficiente y consigue objetivos de segregación social que no nos gustaría ver aplicados en Barcelona, y cuyo funcionamiento a ayudado a iniciar la crisis económica en la que vivimos.