La dinámica del desarrollo muestra que el crecimiento de la economía debe de ir de la mano con la mejora sustancial de las condiciones de vida del ciudadano en sociedad. El enfoque del crecimiento industrial, aparejado al crecimiento del urbanismo en las ciudades y la acumulación de sectores marginales denominados Favelas, conos, barriadas, barrios bajos, tugurios, ranchos, villas, pueblos jóvenes; etc. El grado de urbanismo aumenta con las migraciones desde los pueblos hacia los centros de producción y de concentración comercial (clusters), obedece a las condiciones de vida que ofrecen las ciudades frente a las poblaciones rurales. El Perú es un país con una alta concentración urbana, que alcanza a 76,7% (INEI - 2015) de un total de 31 millones de habitantes, que se concentran en las ciudades de la costa peruana, tal como lo vemos en el cuadro arriba de la densidad poblacional: El crecimiento poblacional vegetativo de cada ciudad, en muchos de los casos se ha visto aumentada por la dinámica de la migración rural hacia los centros poblados centrales (ciudades). Si vemos el caso del Callao, de Lima, de Tumbes, de Piura, de Lambayeque (Chiclayo), de La Libertad (Trujillo), de Ica y de Junín; podemos observar como la concentración de la producción manufacturera y del comercio, ha contribuido al crecimiento de estas ciudades, concentrando una mayor población, asimismo creándose nuevos problemas sociales como son: aumento de la delincuencia, carencia de servicios básicos, saturación de los servicios médicos, etc. La dinámica migratoria ha tenido dos vertientes muy fuertes: en una primera etapa que va desde 1940 hacia los años de 1970, la crisis del campo por efecto de la disminución de la producción agroindustrial, obliga a los trabajadores a migrar a las ciudades en búsqueda de oportunidades laborales, luego en los años de 1980 – 1990, el terrorismo deja muchos pueblos rurales vacíos y/o reducidos demográficamente, puesto que sus habitantes abandonan estos debido al ciclo de violencia y terror instaurado por la demencial acción de grupos terroristas como Sendero Luminoso y MRTA. A partir del 1993 hacia adelante, observamos nuevos impulsos migratorios y adicionalmente un aumento del crecimiento poblacional en estas ciudades; dado que la mayor concentración poblacional genera un aumento de la tasa de natalidad en estas zonas y a esto se suman nuevas migraciones rurales hacia las ciudades.
Esto ha generado varios problemas a las zonas rurales, como son: - Reducido producto bruto local - Disminución de la mano de obra disponible - Lento proceso de desarrollo local Lamentablemente esto también se ha visto reflejado en las políticas económicas regionales; puesto que el gobierno central a destinado menores recursos a las zonas más pobres, aumentando de esta manera su pobreza, un menor control gubernamental, contribuyendo con esto a un aumento de la corrupción y delincuencia de los funcionarios estatales y a una menor presencia del Estado en esas zonas. El proceso industrial en cierto modo ha contribuido al crecimiento del centralismo demográfico, obviamente las ciudades de la costa peruana cuentan con mejores medios de transporte y comunicación, de hecho esto a postergado el crecimiento de las ciudades rurales y peor aún, sin una legislación del Estado que ayude a la industria a asentarse en zonas rurales, muchas de ellas prefieren migrar a las grandes ciudades, buscando reducir costes y concentrar la distribución de sus productos por volumen, mejorando así su productividad por efecto de disminución de costes asociados a la producción y distribución. Trae muchas más consecuencias sobre la población urbana mucho de estos hechos, debido a la competencia, precios de los predios y terrenos en las ciudades concentradas, han aumentado de manera exorbitante, restando posibilidades de adquirir vivienda a los migrantes e incluso a aquellos que ya son habitantes urbanos. Sin embargo la alta concentración urbana, compite con la industria no solo en cuanto a la distribución del espacio físico, sino también en cuanto a los procesos involucrados en la vida socioeconómica, como el transporte; el cual tiende a limitarse en las zonas industriales debido al tamaño y peso de uso de los vehículos industriales, siendo relegados a horas y a zonas especificas, afectando la disponibilidad de operaciones en la industria, entre otras condiciones a que tienen que someterse las industrias locales. De hecho se observa que la concentración industrial tiende a despoblar las zonas rurales, en el caso peruano solo el 23,3% de habitantes ocupan zonas rurales y esto ha generado una ralentización de la tasa de crecimiento del agro en las zonas altoandinas y de la selva, igualmente actividades ilegales como la minería no legal, contribuyen a la disminución de la población activa que migra hacia estas actividades ilícitas que pagan mejores salarios, en lo que se conoce como “salarios de miedo”. El Estado nuevamente no solo no ha concentrado sus esfuerzos en reorientar las actividades industriales hacia zonas con mejores condiciones económicas, que les permita generar actividad laboral y evitar desplazamientos migratorios, sino que muchas veces a contribuido a la concentración de las actividades, bajo el concepto de parque industriales en zonas citadinas y no en áreas rurales. La actividad de las políticas del Estado son muy importantes para el crecimiento de un país y en general para el desarrollo de la sociedad.http://blogs.iadb.org/urbeyorbe/2014/03/10/urbanizacion-con-pobreza/
http://desarrolloperuano.blogspot.pe/2011/03/el-peru-en-el-ranking-latinoamericano_14.html