Hoy ha nacido la nueva web de la Casa Real. No hay muchas novedades salvo una importante. Uno de los miembros que, a pesar de las circunstancias, sigue apareciendo es el yernísimo imputado Urdangarín.
Un imputado del que nadie tiene dudas de su culpabilidad y allí está: llenando un capítulo de la Casa Real. Lo que quiere decir que el monarca, al haberle incluido allí, ha decidido declararle inocente, ya que parece poco normal que a un delincuente se le incluya dentro de la familia real.
Según dicen desde Zarzuela se trata de acercar la monarquía a los ciudadanos y de hacerla más transparente. ¡Hombre! si buscan transparencia podrían empezar por publicar los gastos que efectúa el monarca con nuestro dinero, y no dar una página de la web a un tipo como Urdangarín.
Pero el verdadero fin es el de recuperan una imagen que últimamente está deteriorada por méritos propios, y mostrarnos al titular y los herederos de forma amable. Vamos que pretenden que veamos natural esa línea perversa y antidemocrática que es la monarquía hereditaria.
Por cierto, hoy se ha descubierto que se ha desviado otro millón de euros desde el Instituto Nóos a cuentas personales y de empresas de Urdangarín y de la Infanta. Cada vez queda más clara la implicación de la Infanta en la trama. No sé qué espera el juez para imputarla. Por cierto, pocos medios de comunicación han creído que había que hacerlo, y muchos han defendido que no sabía nada la pobre. Difícil es pensar que no sabía nada y que firmaba a ciegas, esos sí, engrosando generosamente su cuenta corriente con dinero público. Seguimos con esa censura preventiva desde los medios que demuestra una vez más, otro déficit democrático.
Y aunque así fuera, ¿no hay un aserto jurídico que dice que la ignorancia no exime del cumplimiento de la ley? Pues eso, aunque se tratara de alguien que firmaba como quien está firmando autógrafos, si hay un delito por medio, hay que aplicarle la ley. Pero claro, es quien es, y este país cuando se trata de personajes reales sabe muy bien hacer la vista gorda.
Volviendo a la web, allí pueden encontrar la agenda oficial de los miembros de la Casa Real. Basta entrar para ver que están agobiados con tanto trabajo. Así, a bote pronto, esta semana, entre todos los miembros de la Casa Real tienen previstas diez actividades institucionales (entre rey, reina, príncipe y princesa). ¡Vaya bicoca! No es extraño que haya tiempo para irse a cazar a África, para ponerse un ojo morado, para desaparecer sin decir ni pío, para vivir como dios.
Y no es que yo no esté de acuerdo con la holganza, que les aseguro que sí que lo estoy, siempre que se pueda y no se perjudique a otros, lo que me parece mal es que por esto nos quiten más de ocho kilos de euros al año, del erario público.
En fin, ya lo ven ustedes. Nada cambia. Cada día que pasa el tamaño del robo, así como la corresponsabilidad de la Infanta Cristina, es mayor y todo sigue igual. El rey hablando de transparencia, que no existe, salvo que se refiera a unas fotos que ha colgado, y el yernísimo formando parte de la Casa Real a pesar de habernos sustraído unos siete millones (eso sí, presuntamente).
Una estupenda web donde queda reflejada una familia a la que la crisis se la trae al pairo. Una familia que vive a costa del contribuyente, aunque éste esté en la ruina, y cuya aportación es la caza mayor y fichar yernos raros o delincuentes. Y cuyo afán por el trabajo no parece que les quite el sueño. Total: ¡qué maravilla!
Salud y República