Algo ha cambiado en los tradicionales pactos de silencio de la prensa española en relación con la Monarquía. De estar "protegida" a efectos mediáticos, a estar expuesta a la opinión pública. Si en el último barómetro del CIS, el del mes de octubre, la Monarquía registraba su primer suspenso, ahora el caso Urdangarín le ha dado a la reputación de la institución un golpe de gracia de insospechadas consecuencias.
Recordar que según nuestra Constitución, el artículo 56.3 sostiene que "la persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad". Al margen de la pertinencia de dicho artículo, por cierto para mí totalmente incomprensible, el hecho es que el único que goza de esta prerrogativa es el Rey. Ningún miembro de la familia, ni siquiera el heredero de la Corona.
No me voy a extender en la posible imputación de Iñaki Urdangarín por la forma de operar en el Institito Noos, epicentro de la trama presúntamente corrupta para captar fondos públicos de forma fraudulenta, trama en la que además del yerno, también formaba parte la hija del Rey, la infanta Cristina. Esta información ya es sobradamente conocida porque casi toda la prensa ha hablado de ello, además de muchos blogueros, entre ellos, ayer mismo, mi amigo Rafa, en Kabila.
Sí en cambio me apetece destacar la millonaria vida de la pareja real. Desde que el padre-suegro real les envío, por sí las moscas, lejos de España, la pareja vive en Washington con unos ingresos anuales en torno al millón de euros, además de muchas otras prebendas.
Urdangarín como consejero de Telefónica Latinoamérica y representante también de la compañía en Estados Unidos, sin responsabilidad ejecutiva, tiene un salario anual de 750.000 euros. La infanta, como directora del Área Social de la Fundación La Caixa ingresa 250.000 euros anuales. Por si esto no fuera suficiente, tienen gratis la vivienda en una zona exclusiva, el colegio de los niños, viajes privados a España y todo a cuenta de Telefónica. No se incluye aquí los desplazamientos oficiales a cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Fuente jurídicas señalan que es inminente la imputación del Duque de Palma, Iñaki Urdangarín, por presunta malversación, falsedad documental y otros delitos. Veremos si la Casa Real consigue salvar a la Infanta Cristina para lo que toda la maquinaria real se ha puesto en marcha.
Aunque sí es la primera vez que un miembro de la Casa Real española (recordemos que el Rey es inviolable y por tanto el origen de su fortuna no es objeto de investigación) se sienta en el banquillo, no ha ocurrido así en otras Casas Reales.
Así Sarah Ferguson respondió ante el juez por negarse a pagar una factura de 115.000 euros a sus abogados o el escándalo por aceptar un soborno a cambio de contactos comerciales con su ex-marido.
O cuando un príncipe, nieto del Rey de Arabia Saudí, condenado por homicidio al asesianr a su ayudante en un hotel de Londres.
O la concesión de tierras de forma indebida por parte de la Reina Rania a su familia.
O la acusación por un presunto delito de soborno el año pasado a Victoria de Suecia y su marido.
En fin que muchos miembros de las Casas Reales están en el epicentro de la corrupción y hasta ahora la nuestra, a pesar de muchos pesares, lo había evitado.
El caso Urdangarín seguirá adelante y no sabemos las consecuencias que pueda tener en la consideración de la opinión pública respecto a la "real institución". Espero que en el próximo baremo del CIS se muestre.
Por cierto, ¡Viva la República!