Los años sólidos
Una corriente renovada y auspiciosa fue ciertamente la que envolvió a Uriah Heep desde principios de 1972. La innovación no sólo se circunscribía a un sonido más equilibrado que buscaba una apertura melódica recostada en pasajes acústicos, sino también en la cuidada producción gráfica de sus próximos álbumes.
"Fue el mago de un millar de reyes / al que tuve la oportunidad de conocer / Una noche vagando / Me narró cuentos y bebió mi vino.
Tenía un manto de oro y ojos de fuego / Y mientras hablaba sentí un profundo deseo / de liberar el mundo de su temor y dolor / y ayudar a la gente a sentirse libre una vez más.
¿Por qué no escuchamos / las voces de nuestros corazones? / Porque así descubriremos / que no estamos tan distanciados / Todo el mundo debe ser feliz / todo el mundo debe cantar / Porque conocemos la alegría de la vida / y la paz que el amor puede lograr."
Consagrado Disco de Oro pocos meses después de su lanzamiento y llegado a la Argentina en ese mismo ’72 como debut de Uriah Heep en las bateas locales, "Demons and Wizards" se llevaba los entusiastas comentarios del cantante Byron: "Es el primer álbum con real continuidad y es mucho más melódico que cualquier otro que hayamos hecho. También es el primero que escribimos en el estudio y grabamos directamente".
De a poco la banda fue penetrando en el mercado norteamericano para percatarse, como tantos otros, de la formidable rentabilidad de las giras por Estados Unidos, al punto que Hensley llegaría a admitir que las plazas escandinavas e inglesas (dos de los platos fuertes de Uriah Heep, además de las alemanas) arrojaban pérdidas económicas. "Pero hacemos esas giras porque consideramos que son igualmente importantes y porque somos una banda que quiere que su música llegue a tanta gente como sea posible", confesaba "El Brujo".
"En el mágico jardín / unos cantaban, otros bailaban / mientras la luna de medianoche / brillaba intensamente en lo alto.
Las estrellas brillaban alegremente / y la esfinge escuchaba en silencio / al mago que narraba sus experiencias vividas.
Deja que repiquen las campanas de la libertad / Canciones de amor para el rey de los viernes / Vamos todos al cumpleaños del mago / Es en el bosque, pero no muy lejos / Hay tanto que hacer y decir / mientras escuchamos tocar a la orquesta orquídea.
Y en plena medianoche / mientras contemplábamos el fuego danzante / el aire se volvió frío / y pareció opacar la llama / el fuego se apagó, la música se desvaneció / aguardamos invadidos por un miedo de muerte / porque ahora sabíamos / que esto era obra de algún demonio."
A esa altura era hora ya de irrumpir en el mercado con un álbum en vivo, no sólo porque Heep fue siempre una banda de escenarios, sino también para alinearse con la onda de todos los grupos rockeros de la época, ávidos por salpicar su discografía con vinilos múltiples en vivo. Grabado durante un concierto en Birmingham en enero del ’73 el doble "Uriah Heep Live" fue editado 5 meses después y muy pronto ganó el tercer Disco de Oro para la banda.
La percepción inicial del doble deparó una cálida acogida, tanto entre la prensa como por parte de los fans. Clásicos del repertorio Heep como "Sweet Lorraine", "Traveller in time", "Look at yourself" y "The magician’s birthday", entre otros, desfilan con brío y magnificencia, adicionándose a versiones extendidas de otros dos éxitos, "July morning" y "Gypsy", y un medley rockanrollero que principia con "Roll over Beethoven" de Chuck Berry, aquel que los Beatles inmortalizaron en su álbum "With the Beatles". En una entrega en que todo es energía en su pico máximo, es tal vez "Gypsy" el prolongado número que se lleva las palmas, principalmente por sus dos solos, el de Hensley que hace hablar a su Hammond y el del baterista Kerslake, sólido y monumental.
Otros dos álbumes prosiguieron el historial Heep con su formación más estable, "Sweet Freedom" (grabado en Francia, editado en septiembre de 1973 y Disco de Oro seis meses después) y "Wonderworld" (grabado en Alemania y editado en junio del ’74).
Eran las épocas también en que Hensley perseguía una carrera solista paralela inaugurada en el ’73, en pleno apogeo Heep, con su álbum "Proud Words on a Dusty Shelf" (1973) al que le seguiría "Eager to Please" (1975) para continuar esporádicamente de ahí en más hasta el día de hoy.
Sin embargo, en las postrimerías del ’74 la armonía grupal de las buenas épocas comenzaba a mostrar notas disonantes.
La era Wetton
Con su salud seriamente afectada por las descargas eléctricas que sufriera durante un show en Estados Unidos, el bajista y compositor Gary Thain fue replegándose de su rol desde comienzos de 1975. En realidad, el problema mayor radicaba en su ávido consumo de estupefacientes, que fue derivando en un carácter errático y poco confiable que el líder Hensley no estaría dispuesto a tolerar. En febrero del ’75 Thain era consecuentemente expulsado de Heep y los meses siguientes sólo aportaron más oscuridad a una vida muy joven que a los 27 años tenía todo por delante. Una sobredosis de heroína puso un abrupto fin a la ilusión en diciembre del ’75.
Deben haber sido buenos cambios porque a fines del ’75 el nuevo álbum "Return to Fantasy" por cierto marcaba un retorno después de más de un año sin ediciones discográficas. ¿Pero era realmente un retorno a la fantasía? Para muchos, el viejo hechizo de los magos y demonios se quedaba corto en el muestrario del reformado lineamiento. Aún así, el disco marcaría el ingreso de Heep por única vez en el Top 10 inglés.
"High and Mighty" fue el siguiente trabajo editado en junio del ’76 y la verdad sea dicha, sus 10 temas netamente rockeros (entre los cuales "Midnight" corresponde al video de arriba) poco avanzaron en la línea elaborada que a esa altura parecía haber abandonado el rumbo sonoro de Heep.
Tampoco la presencia de John Wetton alcanzaba grandes horizontes. Opacado por Hensley de un lado y el vocalista Byron del otro, su eterno triple rol bajista-cantante-compositor funcionaba a medias y quedaba claro que después de la contundente experiencia King Crimson, Mr. Wetton apuntaba alto. Suficientemente alto para confinar al olvido la era Uriah Heep y enfilar hacia un proyecto super-grupal que finalmente encontraría su talle en UK.
Épocas de (re)cambios
Con John Wetton afuera allá por septiembre de 1976, la banda tambaleó al borde del precipicio creativo.
Compleja situación se originó en la estructura Heep cuando de pronto Byron, que había concedido su voz tan personal a diez álbumes de la banda, se enteró de que ya no formaba parte de su membresía. A pesar de grabar un par de discos solistas y de intentar buen suceso en otras bandas, Byron nunca habría de repetir su época dorada en Uriah Heep y sería otro de los condenados a pagar caro sus vicios recurrentes: murió en 1985 a los 38 años, de complicaciones derivadas del consumo de alcohol.
A comienzos de 1977, sin embargo, Uriah Heep resurgió con nuevos bríos y con dos flamantes integrantes: el cantante John Lawton y el bajista Trevor Bolder. Con esta formación vieron la luz los tres álbumes siguientes, "Firefly" (febrero 1977), "Innocent Victim" (noviembre 1977) y "Fallen Angel" (1978). Pero la fórmula Heep retrocedía cada vez más en creatividad y avanzaba hacia un formato estándar en el que sus músicos se sentían cómodos. "Basta ya de artificios y de efectos luminosos extraños en el escenario; simplemente música", sentenciaba Hensley, al tiempo que la popularidad de Heep bajaba a pique en Estados Unidos y se acrecentaba en Alemania.
"Todos los grupos tienen distintas cabezas y diferentes ideas, pero nosotros siempre hemos encontrado la solución apropiada sin originar discordancias", había confesado Hensley en alguna ocasión. No obstante la irrupción de los ’80, su liderazgo en Uriah Heep y su disconformidad con el rumbo musical que comenzaba a perfilar la banda, se transformaron en elemento discordante y dieron lugar al recambio que faltaba: Ken Hensley recogió su frondoso bagaje acumulado durante 10 años y partió de las filas de Uriah Heep para ya no volver más.
Al pie del cañón
Contrariamente a la primera percepción de muchos, Uriah Heep prosiguió danzando sin prisa y sin pausas aún en ausencia de su líder. Tras una época de inestabilidad durante la primera mitad de los ’80 y la reincorporación definitiva del baterista Kerslake, el grupo alcanzó una asombrosa armonía que perduró durante más de 20 años, entre 1986 y 2007, con la formación Bernie Shaw (voz), Trevor Bolder (bajo), Phil Lanzon (teclados) y los fundadores Lee Kerslake y Mick Box, este último el único miembro original que nunca fue reemplazado. Recién en 2007, debido a problemas de salud de Kerslake, el baterista Russell Guilbrook forma parte del lineamiento actual.
Con la edición de un disco cada tanto, Heep ha sumado desde el alejamiento de Hensley nueve álbumes de estudio, doce en vivo, numerosos CD recopilatorios y unos cuantos VHS/DVD. Sin embargo, el rasgo sorprendente de Uriah Heep a lo largo de su existencia lo constituye su impresionante historial de giras que no sólo se circunscriben al tradicional circuito Estados Unidos-Canadá-Europa Occidental-Japón, sino también a terrenos hoy frecuentes como Europa Oriental y países como Rusia (fue el primer grupo de heavy-metal en actuar en Moscú, en 1987), Tailandia, Indonesia, India, Corea del Sur, Sudáfrica, Perú y Brasil, entre otros. Mientras han visitado Brasil en varias ocasiones, tal parece que Argentina es todavía una deuda pendiente para estos veteranos de los escenarios.
Radicado hoy en España tras una larga estadía en Estados Unidos, Ken Hensley sostiene una activa carrera solista, como así también una estrecha colaboración con otros músicos colegas después de un prolongado período de ausencia entre 1985 y 1995. En dos ocasiones en 2000 y 2008, se reunió junto a sus compañeros John Lawton, Lee Kerslake y Paul Newton para rememorar en el escenario algunos éxitos de Uriah Heep en el marco de las convenciones anuales que celebran los fans de la banda.
Es que ocasión para celebrar nunca ha faltado. Aún a pesar de su incesante mudanza de integrantes y períodos de baja productividad, no obstante Uriah Heep mantiene el extraño invicto de haber permanecido vigente a lo largo de estas cuatro décadas de vida. Su producción discográfica pudo haber sido esporádica, pero sus presentaciones en público ostentan un record ininterrumpido desde 1970 hasta hoy. No hubo uno solo de estos 40 años en que Uriah Heep no haya recorrido algún escenario del mundo.
Oportuno es por tanto, cantarle los 40 a una banda que por cierto no faltará a la cita en el Prog Stage del tan esperado High Voltage Festival, para el que ya restan menos de 2 semanas.
Festejo más que merecido para quienes supieron endulzar el áspero heavy-metal con un distintivo sabor acústico y atonal.
Más información:
- Sitio web oficial de Uriah Heep (en inglés)
- Sitio web oficial de Ken Hensley (en inglés)
Uriah Heep - Parte I: Dioses y especias
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