Ursula K. Le Guin y Carson McCullers: escribir es confiar (citas)

Publicado el 22 abril 2019 por Veronicanieto

Ursula K. Le Guin, Contar es escuchar, traducción de Martín Schifino, Barcelona, Círculo de Tiza (2018)
https://circulodetiza.es/libros/contar-es-escuchar/
"Ahora bien, ¿qué significa confiar en la historia? Para mí, significa estar dispuesta a no tener el control absoluto de la historia mientras la escribes. / Y eso explicaría por qué lleva tanto tiempo aprender a escribir. Primero tienes que aprender a escribir en tu propio idioma y aprender a contar historias en general: adquirir técnicas, práctica, todo eso, a fin de tener el control. Y luego debes aprender a soltarlo. [...] Resumiendo, debo confiar en que la historia sabe adónde va y, después de haberla escrito, confiar en que econtrará dónde ella y yo nos hemos salido del camino y cómo reencaminarla sin que se despedace. [...] Solo después de ello -por lo general mucho después- sabré plenamente de qué iba la historia y podré decir por qué debía dirigirse en esa dirección. Toda obra de arte tiene razones que la razón no entiende por completo." ("Una cuestión de confianza")
Carson McCullers, "El mudo" y otros textos, prólogo de Rodrigo Fresán, traducción de José Luis López Muñoz, Barcelona, Seix Barral (2007)
https://www.planetadelibros.com/libro-el-mudo-y-otros-textos/250169

"El autor raras veces percibe las verdaderas dimensiones de una obra hasta que está terminada. Es
como un sueño que florece. Las ideas crecen, echan brotes en silencio, y surge un millar de iluminaciones que se suceden día a día mientras la obra progresa. Las simientes crecen en la literatura como en la naturaleza. La semilla de una idea se desarrolla gracias al trabajo, al inconsciente y al forcejeo que se produce entre ambos. [...] Entiendo solo fragmentos. Entiendo los personajes pero la novela misma no está enfocada. El enfoque llega en momentos inesperados: nadie sabe por qué y el autor menos que nadie. Para mí, de ordinario, es la consecuencia de un gran esfuerzo. En mi caso las iluminaciones son la recompensa al trabajo. Para esas iluminaciones el autor depende al mismo tiempo del azar y de la belleza. Después de meses de confusión y de trabajo, cuando la idea ha florecido, la confabulación que se produce es un don divino. Siempre procede del subconsciente y no se puede controlar." ("El sueño que florece")