Después de salir escarmentada ante España, a Uruguay no le valían esta vez las medias tintas y por ello intentó ir al ataque desde el principio, cuando el conjunto celeste anuló las intentonas de Nigeria por hacerse con el control del esférico. La selección campeona de África se limitaba en los primeros compases a defender con buen rigor táctico que, sin embargo, se acabó rompiendo en una jugada aislada que Lugano aprovechó como segundo hombre al no poder rematar Cavani en primera instancia el balón que ponía Forlán.
Casi sin querer marcó el jugador del Málaga, cuyo gol dejó conforme a una Uruguay que se fue viniendo a menos conforme pasaban los minutos. Por el contrario, Nigeria crecía al ritmo de Obi Mikel, cada vez más liberado en el centro del campo para liderar los ataques de las ‘águilas verdes’.
Como no podía ser de otra manera, fue, en el minuto 36, el jugador del Chelsea el que igualó la contienda. Mikel, con un quiebro de lujo, sentó a Lugano en su área para definir con eficiencia ante Muslera y sembrar las dudas en el conjunto uruguayo, que esperó la llegada del tiempo de descanso para aclarar sus ideas mientras era Nigeria quien agotaba sus posibilidades en lo que quedaba de primera parte.
Golpe de autoridad
La reanudación trajo un intento de Nigeria por mantener las cosas donde estaban. Atacaban desde el primer minuto hasta que, sin embargo, Diego Forlán se puso el traje de autoridad para desestabilizar el encuentro a los dos minutos de juego del segundo asalto. El ex del Atlético de Madrid, entre otros, metió el balón en la escuadra con un zurdazo magistral que, a la vez, servía para devolver a Nigeria a la realidad.
Al contrario de lo que ocurrió en la primera mitad, Uruguay aguantó esta vez las formas con la ventaja a su favor. Los de Tabárez seguían volcados arriba y marcaban el juego, mientras en Nigeria los intentos no encontraban esta vez la solvencia de Obi Mikel.
En la recta final el seleccionador uruguayo tuvo muy claro lo que tenía que hacer. Prescindiendo de Luis Suárez, Tabárez reforzó la defensa con Coates para limitarse el conjunto celeste a tratar de sacar contragolpes mientras resistía los ataques nigerianos, que se mantuvieron constantes hasta bien entrado el tiempo de descuento. El final, sin embargo, se echó encima y no hubo para más. Uruguay conseguía una victoria que le permite mantener muy vivas sus opciones al restarle solo un encuentro ante la débil Tahití. Las opciones de Nigeria pasan por derrotar a España y esperar un golpe de suerte tras esta derrota en su segundo partido de la Copa Confederaciones.