PUBLICADA EN MALAGA HOY.
El mate no es considerado sólo una bebida en los países donde se consume mayoritariamente. En Uruguay, como tal, se trata de un acervo cultural muy fuerte que, para los que se encuentran tras esa frontera, ejerce también de vínculo con su tierra. De ahí que Sebastián Fernández, que afronta en Málaga su primera temporada aunque la tercera ya lejos de su Montevideo natal, convierta su mate en una prolongación de su mano derecha. Un tributo a su inalienable personalidad charrúa que complementa con una camiseta de su banda de rock favorito: los uruguayos No Te Van A Gustar. Como contrapeso a esta ausencia, el delantero confiesa estar encantado con sus primeras impresiones de Málaga y del Málaga, más teniendo en cuenta que su estreno en Liga y en La Rosaleda fue como llegar y besar el santo.
-¿Cómo está siendo su adaptación a la nueva ciudad?
-Por ahora tranquila. Estoy buscando casa todavía con mi hermano menor, Leandro. Quiero algo cerca del lugar de entrenamiento y del estadio, donde viven la mayoría de los compañeros, y esta semana parece que ya la consigo y estoy muy contento. Pero se ve que es una ciudad muy fácil de adaptarse porque es hermosa.
-En su primera aparición con el Málaga consigue un gol. ¿Cómo recuerda aquel momento?
-Como una tremenda alegría, porque hice un tanto que servía para empatar y lo pude festejar como se merecía. Estoy muy contento de haber podido marcar en el primer partido. Para un delantero es importante sacarse esa traba que aparece a veces cuando no llega el primer gol.
-La pena fue el resultado.
-Desde luego, haber ganado hubiera sido espectacular, pero se dio así. Mirando el calendario antes, si juegas contra el Valencia, sabes que es uno de esos equipos con los que puedes perder. Por ese lado hay que estar tranquilos.
-¿Y las primeras sensaciones al jugar en La Rosaleda?
-Es un estadio muy caliente y estaba precioso con tanta gente alentando en el partido. Es verdad que no es tan exagerado como en Argentina, pero espectacular y muy lindo. Y eso que me habían comentado de que iba a estar más tranquilo aquí en el campo, que la gente no es tan hincha, pero para mí fue lo más parecido a volver a estar allí.
-¿Han sacado ya conclusiones para mejorar?
-Sí, por momentos, los once tenemos que estar más unidos en el campo. Ser más sólidos y también no descuidar la zona de atrás yéndonos arriba. Si es así, podremos sostener todo lo bueno que hicimos durante el resto del partido.
-¿Qué me puede contar de Jesualdo Ferreira?
-Aparte de la trayectoria que tiene, el técnico está convencido de lo que quiere y sabe cómo hacerlo. Es muy claro para explicar lo que le pide a cada uno y lo que tienes que hacer dentro de la cancha. Cuando un entrenador es así de directo y de simple, al jugador le hace las cosas más fáciles.
-¿Y sus métodos de trabajo?
-En definitiva, el fútbol es trabajar para conseguir un rendimiento y él te exige al máximo porque es así como se consigue. Siempre le gusta jugar, practica en los entrenamientos lo que le gusta hacer en el campo.
-¿Qué le pide a usted?
-Que hagas cosas distintas, que lo intentes, vayas y te metas siempre adelante. No se puede entender el trabajo como sólo practicar la defensa y cerrarse atrás. Él trabaja mucho sobre cómo irnos hacia adelante o hacer una gambeta.
-¿Le gusta el 1-4-3-3 que pretende imponer el técnico?
-Sí, me gusta. Aunque, si no, me tengo que adaptar porque es lo que le gusta al entrenador (risas). Me siento bien y ojalá podamos acomodarnos y rendir un poco más que el pasado domingo. También, a veces, nos vamos demasiado adelante por esa libertad que nos concede el míster. Pero podemos controlarlo si tenemos un poco más la pelota.
-Para un delantero tiene que ser una bendición gozar de libertad en ataque, ¿no?
-Es algo básico. Arriba siempre tienes que tener libertad. Es bueno oír que tienes que intentar hacer algo distinto para poder romper la defensa. Si haces siempre lo mismo y no tienes esa libertad, se hace muy monótono y pierdes la capacidad de sorpresa.
-En Banfield usted formó una delantera envidiable con su compatriota Santiago Silva que acabó en un título de Liga. Ahora le toca hacerlo con Rondón.
-Esa dupla que hice con Santiago [Silva] era espectacular. No sólo era mi compañero, sino un crack y un muy buen amigo. La verdad que lo pasamos muy bien allí. Ojalá pueda llegar a estar con Rondón como con él. Todavía no nos hemos entendido mucho en el campo pero estoy seguro que vamos a hacerlo y estamos trabajando para eso. Quiero darle muchos goles y, si él los hace, eso me va a dejar también bien a mí.
-¿Cuáles son sus retos personales en esta primera temporada?
-Lo que pretendo es adaptarme lo mejor posible y empezar a ayudar al equipo en todo lo que pueda. El reto siempre que llegas a un lugar nuevo es adaptarte al equipo y a la ciudad, poder jugar y sacar los objetivos adelante.
-¿Se atreve con una cifra de goles?
-No se pueden prometer nunca, porque luego la bola no quiere entrar dentro y quedas como un boludo (risas). Voy a hacer los máximos que pueda y ojalá sean muchos. Tiene que ser así.
-Y la trayectoria del equipo, ¿prevé un año difícil?
-Ojalá que no sea complicada. Cuando empiezas una nueva temporada, siempre te ves ahí arriba y nunca como un camino complicado. Lo que pasa es que después depende de muchas cosas. Yo me imagino lo mejor siempre.
-Se le nota mucho más tranquilo y seguro que el día que fue presentado como jugador del Málaga.
-Imagínate lo que había pasado. Se me habían truncado tres traspasos seguidos para salir de Banfield: uno a México y dos a Europa, con el Almería y el Groningen. Entonces, estas situaciones se me hacen muy difícil y estaba muy nervioso. Era muy importante para mí que saliera bien. Yo no hago las cosas a medias, sino que me la juego entera.
-¿Que importancia tenía venir a España?
-Yo prefería la Liga española si me daban a elegir. Si salía cualquiera como la italiana, por ejemplo, tampoco me importaba porque era de primer nivel. Pero es esta la que siempre he mirado con mucho interés. Por ejemplo, me acuerdo de dos jugadores que han estado aquí y que me vienen a la mente: Romario y Ronaldo. Eran impresionantes. Unos referentes muy lejanos. El más cercano ahora es Diego Forlán.
-Sí, es una costumbre argentina, que nos canten así en la cancha. Ojalá en La Rosaleda también me lo hagan algún día a mí.
-¿Guarda amistad con muchos compatriotas suyos de aquí?
-Pues sí, con Eguren o Godín. Y también tengo un buen amigo en el Recreativo de Huelva: Andrés Lamas. Hablo mucho con él y es muy bueno tener gente cercana estando tan lejos de casa.
-¿Cuál es el mejor recuerdo que guarda de su participación en el Mundial de Sudáfrica?
-Es contradictorio, pero lo mejor del Mundial fue la vuelta a casa. Impresionante cuando llegamos a Uruguay, hicimos un recorrido para celebrarlo y fue impagable el recibimiento. Una locura. Hacia muchos años que no pasaba algo así en mi país.
-¿Por qué le llaman El Papelito?
-Me lo puso un periodista argentino. Empezó siendo una crítica negativa porque no comencé muy bien. Luego, fue cambiando la cosa a mejor y al final la afición acabó viéndolo como algo positivo.