Desde el verano pasado, miles de mujeres centroamericanas con niños muy pequeños ingresaron a Estados Unidos en busca de asilo. Aunque más tarde se supo que muchas tenían un “miedo creíble” a una persecución violenta, se vieron rodeadas y llevadas a la cárcel con pocas posibilidades de libertad, hasta ser deportadas.
Pero el mes pasado, un juez federal ordenó a las autoridades de inmigración que empiecen a liberar a dichas mujeres y a sus hijos. El juez determinó que la política del gobierno de Obama de detenerlas con el objeto de desalentar la práctica del ingreso a EE.UU. es ilegal.
Desde entonces, varias familias recibieron libertad bajo fianza, mientras que las que no pueden pagar la fianza siguen encerradas. Están alojadas en uno o dos centros de detención nuevos para familias, administrados por empresas privadas de cárceles en el sur de Texas.
Desde Texas informó la productora de Democracy Now! Renée Feltz con un informe realizado en el lugar sobre una madre y su hijo, recientemente liberados.
También habló a la emisora Barbara Hines, ex directora de la Clínica de Inmigración de la Facultad de Derecho de la Universidad de Texas. La declaración jurada de Hines en un juicio por la detención de mujeres y niños como método de disuasión contra la inmigración masiva fue citado por el juez federal en su fallo para detener dicha práctica. Ver transcripción del programa completo en inglés.