Funcionan como el abracadabra de un brujo justo y bienintencionado. Como el bibidi babidi bú de un hada buena. Hay palabras que tienen un poder inmenso cuando se dicen de forma espontánea y sincera. Que te alegran el día, o te hacen sentir especial, o ambas cosas a la vez.
Existen encantamientos cotidianos mucho más sencillos de pronunciar que "salacadula chalchicomula bibidi babidi bú" pero que también desencadenan sucesos extraordinarios:
Que a esa persona le brillen aún más los ojos.
Que un compañero de trabajo que anda últimamente un poco decaído se marche ese día a casa silbando una canción.
O que él se ponga rojo y que a ti te entren unas ganas casi incontenibles de besarle.
Usa tu magia innata. Conviértete hoy mismo en un Harry Potter o en una Hermione Granger de andar por casa. Porque cuando nos salen del corazón -como nos dirían tres druidas sabios-, ciertas palabras pueden llegar a adquirir la asombrosa facultad de cambiarle el día a alguien. E incluso tal vez, para tu propia sorpresa, puede que tengan un extraño efecto bumerán: aunque impacten en su objetivo, algo de su magia volverá para hacerte sentir de maravilla a ti también.
7 Frases Con Un Gran Poder Mágico
"Ya me habían dicho que eras genial"
Toma ya. Esto sí que es tener superpoderes. Te presentan a una persona de la que has oído hablar muy bien y al rato de charlar con él o con ella le confiesas que ya te habían dicho que es muy ingeniosa, o muy inteligente, o encantadora; lo que venga al caso. El resultado es el mismo: esa frase se convierte en un rayo ultrapropulsor que altera el campo magnético que rodea a tu nuevo amigo, haciendo que se eleve tres palmos por encima del suelo.
"Qué bien hueles"
No todo el mundo huele bien. No me refiero a la gente que descuida su higiene personal. Lo que quiero decir es que no todos acertamos siempre con nuestro con nuestro perfume o que no necesariamente la fragancia que hemos elegido les vuelve locos a los demás. Por eso si te gusta cómo huele alguien, díselo. No solo esa frase quizás obre el prodigio de alegrarle el día, también es posible que para agradecértelo te revele el nombre de su aroma y dónde conseguirlo a un buen precio.
"Me gusta el sonido de tu voz"
No son unas palabras mágicas muy habituales. Cuando las conjures hazlo solo porque de verdad lo piensas y espera a ver la reacción de la otra persona. Es más que probable que esa preciosa voz no sea capaz de articular ni una sola palabra durante los siguientes cinco minutos.
"Siempre me haces reír"
Qué hechizo tan bonito. Su efecto bumerán está garantizado: quien lo reciba te regalará a cambio una enorme sonrisa. Y vete tú a saber si quizás animado por tu frase mágica hará o dirá algo que os lleve a los dos a terminar llorando de risa.
"Lo que has hecho significa mucho para mí"
A veces sucede que un brujo adorable o una hadita rumbosa hacen algo por ti -prestarte su apoyo, ofrecerte su consejo, ayudarte a tomar una decisión difícil- para lo que un manido "muchas gracias" es a todas luces insuficiente. En estos casos, los escritos ancestrales de la magia establecen con claridad que tu deber de elfo es corresponder con un embrujo que esté a la altura del bien recibido.
"Cómo molas"
O "Nunca había conocido a nadie como tú". O "Eres muy especial". O "Tú no eres como los demás". ¿Por qué no le dices a tu amigo, a tu pareja o a esa persona que te tiene fascinado lo que piensas de él o de ella? Quién sabe si este es el sortilegio que obrará el inimaginable milagro de alegrarle el día y la semana entera.
"Es verdad. Es horrible"
Ni una solución, ni palabras de ánimo, ni que le ofrezcas tu ayuda. Hay situaciones en las que alguien está tan asustado o tan disgustado que todo el toque de magia que necesita es que reconozcas lo terrible que es lo que le está sucediendo, dándole así la oportunidad de contemplar el problema junto a ti en vez de tener que hacerlo solo.
¿Sueles usar tu magia con los demás?
Foto: Camille de Laurens para makemylemonade.com y ma-recreation.com