¿En que se parece la actual coyuntura a la intervención de USAID en las elecciones de 1966 en Bolivia?
Que podemos esperar de la misma USAID que participó en el fraude de 2009 en Honduras?
USAID llega a Bolivia y se levantan los temores de que Estados Unidos intervenga en la votación del 3 de mayo, siete años después de que Evo Morales expulsara a la organización del país, donde operaba desde 1964, alegando que estaba socavando su gobierno. USAID regresa a Bolivia por invitación del gobierno golpista de Jeanine Añez para “monitorear” las elecciones del 3 de mayo 2020.
Stella Calloni, autora del libro Evo en la mira – CIA y DEA en Bolivia advierte: “el gobierno de facto está purgando las listas electorales de Bolivia. Todo indica que se trata de una estrategia para retirar de las listas electorales a miles de indígenas que habían obtenido recientemente sus documentos de identidad y que son conocidos por apoyar al MAS. Además, se ha distribuido una gran cantidad de dinero para cooptar líderes y dividir MAS “.
“La típica estrategia estadounidense de destruir los procesos populares y manipular las elecciones se ha puesto en marcha. Una estrategia que trata de dar una composición democrática a un gobierno títere “, dijo.
Calloni señaló que “esto ya ha sucedido en Honduras donde, después del golpe de Estado contra Manuel Zelaya, hubo un fraude tras otro, todo dirigido por los Estados Unidos y respaldado por el Secretario General de la OEA, Luis Almagro”.
“También hubo una estrategia similar en Brasil donde no solo se prohibió el principal candidato “Lula” da Silva, sino que como todo el proceso electoral estaba en manos del gobierno golpista, no había garantía de transparencia y pudieron imponer al candidato que representaba la continuidad del golpe, Jair Bolsonaro”.
Ahora el gobierno de facto de Bolivia está convocando elecciones, pero hay cables que muestran que las personas que fueron impuestas al Tribunal Supremo Electoral responden directamente a la Embajada de Estados Unidos y sus agencias como la CIA y USAID”.
“Han preparado un escenario típico de fraude a favor de los sectores que responden a Washington, por lo que después del golpe se restauró toda la estructura norteamericana en Bolivia, una estructura que, en un acto de soberanía, había sido expulsada por el presidente Evo Morales”.[1]
¿Para que sirve la “ayuda” Internacional a los países pobres como Bolivia ?
Según el periódico inglés “The Guardian”, “La mitad de toda la ayuda internacional para el desarrollo está “vinculada”, lo que significa que los países receptores deben utilizarla para comprar bienes y servicios de la nación donante. Como solía presumir el sitio web de USAid (hasta que el párrafo se volvió demasiado embarazoso y se eliminó en 2006): “El principal beneficiario de los programas de asistencia exterior de Estados Unidos siempre ha sido Estados Unidos. Cerca del 80% de los contratos y subvenciones de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional van directamente a empresas estadounidenses.”La ayuda ha “creado nuevos mercados para las exportaciones industriales estadounidenses y significó cientos de miles de puestos de trabajo para los estadounidenses”. Mucho antes de que Trump ingresara a la Casa Blanca, USAid estaba “poniendo a Estados Unidos primero”.
Una gran proporción de la ayuda externa es en forma de préstamos, que paralizan a los países en desarrollo a través de la acumulación de deuda. Muchas naciones ricas reciben más en pagos de intereses de los países receptores de lo que dan en “ayuda”. Especialmente desde el colapso financiero de 2008, los gobiernos occidentales han explotado su capacidad de pedir dinero prestado a tasas bajas mediante el establecimiento de programas de ayuda que prestan a los países pobres a tasas mucho más altas, acuñando dinero a la espalda de los pobres. Esto no es ayuda, es un escándalo [1]
USAID y el reciente golpismo en América Latina
Históricamente, la Usaid ha sido uno de los principales aparatos de intervención de EE. UU. para crear y potenciar los golpes blandos en América Latina.
A través del uso combinado de las protestas de la sociedad civil, la artillería mediática y el sabotaje económico, se busca crear una sensación de caos para propiciar el derribo de gobiernos contrarios o refractarios al poder hegemónico de Washington.
Son técnicas conspirativas y desestabilizadoras no directas y en un principio no violentas, con el fin de derrocar a un gobierno democráticamente constituido y, de esta manera, hacerse del poder político de una nación, sin que parezca que ha sido consecuencia de la acción de un grupo económico y político.
Países como Nicaragua, Brasil, Ecuador y Venezuela han sentido el impacto de los tentáculos de a Usaid.
La trayectoria de esta agencia en América Latina se remonta a los años ’60, pero a raíz del declive del poder norteamericano en la región -con la formación de una larga lista de países formando un frente antihegemonista- Washington se vio impedido de poder recurrir a golpes de Estado militares para deponer a los gobiernos que no se doblegaban a sus intereses.
De este modo, se hizo imperioso recurrir a la nueva estrategia de los golpes blandos con la colaboración de la Usaid.
Varios presidentes y expresidentes de Latinoamérica han sido víctimas de esta nueva modalidad de golpes de Estados, como Lula da Silva y Dilma Rousseff en Brasil, Rafael Correa en Ecuador, Cristina Fernández en Argentina y Nicolás Maduro en Venezuela, al igual que su antecesor, Hugo Rafael Chávez Frías.
Tras la llegada al poder de Barack Obama en 2010, los presupuestos de la agencia aumentaron en 12 %, alcanzando los 2.200 millones de dólares. De ellos, se destinaron 450 millones para el trabajo de subversión directa en la región, lo que Washington llama la “promoción de la democracia”.
Aunque bajo el Gobierno de Trump, el presupuesto del Departamento de Estado -y el de la Usaid- ha sufrido un recorte del 60 %, en comparación con el de la administración Obama, la realidad es que el republicano “ha quitado financiación a los programas «tapadera» (que sí financian actividades meramente humanitarias), para dejar solo los programas estrictamente ligados a la «promoción de la democracia», es decir, a la injerencia, la intervención y la desestabilización”, según planteó el analista Tomás Araya.[2]
Pero esto no es todo, el carácter delincuencial de las operaciones de USAID se extiende mucho más allá de su tradicional rol de brazo “no armado” de la CIA:
Programas de USAID afectados por fraude, corrupción y licitaciónes falsas
Un informe de Fox News en 2017 establece que “USAID una vez más está siendo golpeada con acusaciones y auditorías que exponen cómo el fraude y la corrupción están socavando sus programas. Aunque el gobierno norteamericano dice que está dando “pasos” para abordar los problemas, los múltiples informes reflejan un problema de décadas de duración en la forma en que se administra el dinero de USAID y, dicen los críticos, lo poco que se ha hecho para solucionarlo.
El jefe de USAID, Rajiv Shah, reconoció durante un discurso en la Brookings Institution que la agencia gubernamental tiene que hacer “un trabajo más enfocado para cumplir” con su agenda.[3]
La historia reciente de USAID en Bolivia
Gracias a documentos desclasificados, obtenidos por los investigadores Jeremy Bigwood y Eva Golinger, establecieron que la agencia había invertido más de 97 millones de dólares en proyectos de “descentralización” y “autonomía regional” y los partidos políticos de oposición desde 2002, con el propósito de fomentar proyectos separatistas promovidos por los gobiernos regionales en el oriente de Bolivia.[4]
En Wikileaks se pueden encontrar múltiples pruebas de la real actuación injerencista de USAID :
“Incapaz de obligar a Morales a cumplir sus órdenes, el Departamento de Estado comenzó a fortalecer a la oposición boliviana separatista. La región de Media Luna, controlada por la oposición, comenzó a recibir una mayor asistencia estadounidense. Un cable de abril de 2007 discute “un mayor esfuerzo de USAID para fortalecer los gobiernos regionales como un contrapeso al gobierno central.”
Otro informe de USAID de 2007 declara que su Oficina de Iniciativas de Transición (OTI) aprobó 101 subvenciones por $ 4,066,131 para ayudar a los gobiernos departamentales a operar de manera “más estratégica”.Los fondos también se destinaron a grupos indígenas locales opuestos a Evo Morales” .[5]
Un año más tarde, los departamentos de Media Luna se involucrarían en una rebelión abierta contra el gobierno de Morales…
Honduras, un modelo para las elecciones de Bolivia 2020
En 2009 USAID “apoyó” el proceso electoral de Honduras como ahora va a hacerlo en Bolivia, pero el resultado fue un fraude a favor del candidato pronorteamericano que la misma OEA,al servicio de los Estados Unidos, reconoce.
A pocos años de derrocar a Zelaya mediante el fraude indicado , el propio Juan Orlando Hernández PROTEGIDO POR LOS EEUU y autor del fraude aceptado por EEUU procedió, nuevamente a vista y paciencia de la OEA, de EEUU y de la comunidad internacional, a autorizar su propia reelección a través de una Corte Suprema nombrada a dedo por el propio presidente Hernández. Sin reforma constitucional. Sin plebiscito. Sin golpe de Estado. Sin escándalo mundial. Silencio de la comunidad internacional.
Todos los organismos y actores nacionales e internacionales que condenaron la consulta plebiscitaria de Zelaya para preguntar al pueblo hondureño sobre reformar a la Constitución y permitir la reelección en 2009, mantuvieron un férreo silencio cuando el propio presidente Hernández hizo lo mismo en 2015. No hubo condena desde la OEA, no hubo amenazas de aplicar la Carta Democrática, ni amenazas de suspensión del Consejo Permanente. EEUU no castigó a los miembros de la presidencia de Honduras con sanciones económicas ni suspendió las visas de viaje. NADA.[6]
Una parte sustancial de la labor de Usaid en Bolivia ha estado dedicada a intervenir en los procesos electorales durante los últimos años. Esto incluye la formación de una red de más de 3.000 “observadores”, entrenados por su socio “Compañeros de las Américas (Partners of the Americas)”, una corporación estadounidense que también recibe fondos de las principales empresas y entidades que forman parte del complejo militar-industrial.
La creación de este tipo de “redes” en la “sociedad civil” para monitorizar los procesos electorales ha sido una estrategia utilizada por Washington en países como Venezuela, Ecuador y Nicaragua, para luego usar a estos observadores aparentemente “independientes” en un intento de desacreditar y deslegitimar las elecciones y denunciar el fraude cuando los resultados no son favorables a los intereses de la Casa Blanca.[7]
LA CIA (USAID) y la historia de las elecciones en Bolivia
El especialista norteamericano Thomas Field dice: “Con USAID y la OEA “ayudando” en las elecciones de mayo de 2020, podemos estar seguros de que su objetivo será similar a las elecciones de Bolivia de 1966 (después del golpe del 64), que la CIA dirigió para asegurar que el país volviera a la “constitucionalidad” de manera que reflejara los intereses de los Estados Unidos”.
w USAID & OAS assisting in the may 2020 election, we can be sure it's goal will be similar to Bolivia's 1966 election (following 64 coup), which CIA steered to ensure country returned to constitutionality in way that meshed US interests.
— Thomas Field (@thomascfield) January 10, 2020
¿Que paso en 1966?
USAID opera en Bolivia desde 1964 y según documentos desclasificados de la CIA, los gastos de la acción encubierta en Bolivia entre 1963 y 1965 fueron los siguientes: 1963-$337,063; 1964-$545,342; y 1965-$287,978. La cifra para el año fiscal 65 incluía fondos para influir en el movimiento campesino, para propaganda, para las organizaciones laborales y para grupos de jóvenes y estudiantes. El programa FY 66 también asignó fondos para apoyar a grupos políticos e individuos que respaldaban al General Barrientos como presidente.
Cuando asumió el cargo en noviembre de 1963, el presidente Johnson heredó una política de larga data del Gobierno de los Estados Unidos de brindar apoyo financiero a los líderes políticos bolivianos. La política tenía la intención de promover la estabilidad en Bolivia mediante el fortalecimiento de las fuerzas “moderadas”, especialmente dentro MNR para contra balancear el ala izquierda bajo el liderazgo de Juan Lechin Oquendo, Secretario General de la Federación de Trabajadores Mineros.
En agosto de 1963, el Grupo Especial 5412 aprobó un subsidio encubierto para ayudar al MNR a prepararse para las elecciones presidenciales previstas para mayo de 1964. El Grupo Especial acordó en marzo de 1964 que el MNR recibiera apoyo financiero adicional. Paz ganó las elecciones; Lechin (que había sido vicepresidente bajo Paz) dejó el gobierno y fundó un partido izquierdista rival.
“El 4 de noviembre de 1964, el nuevo Vicepresidente, el General Barrientos , encabezó un exitoso golpe militar, obligando a Paz al exilio. En febrero de 1965, el Comité 303 autorizó un subsidio financiero al MNR encabezado ahora por Barrientos (que tenía conocimiento del apoyo financiero de los Estados Unidos al MNR) para ayudar a establecer una base organizativa para las elecciones presidenciales programadas para septiembre. En mayo de 1965 Barrientos respondió a los crecientes disturbios laborales arrestando y deportando a Lechín y posponiendo las elecciones. El Comité 303, que consideró una recomendación para apoyar a Barrientos como el mejor candidato disponible, acordó en julio de 1965 y marzo de 1966 autorizar fondos adicionales para la propaganda del MNR y la acción política en apoyo de los planes para “pacificar el país y celebrar elecciones para establecer un gobierno civil y constitucional”. (¿Les suenan familiares las palabras: “elecciones y pacificación”?)
Cuando finalmente se celebró la elección presidencial en julio de 1966, Barrientos ganó fácilmente, y los funcionarios de la operación encubierta concluyeron que los objetivos del programa- un gobierno civil y constitucional cuyas políticas serían compatibles con las de los Estados Unidos- se habían cumplido”.[7]
¿Quienes son las actuales autoridades del Tribunal Electoral de Bolivia?
Las autoridades fueron presentadas por el gobierno de facto como una garantía de transparencia, pero, como sucede a menudo en tales casos, la propaganda oficial de la dictadura está lejos de la realidad.
Un claro ejemplo de ello es el caso de Salvador Romero, nombrado presidente del TSE por el gobierno de Áñez. Romero aparece en varios cables revelados por WikiLeaks en los que están expuestos sus estrechos vínculos con el Departamento de Estado de los Estados Unidos y USAID.
Los cables expuestos por WikiLeaks muestran cómo, al menos desde 2008, Salvador Romero tenía estrechos vínculos con los funcionarios de la Embajada de Estados Unidos, también cómo fue promovido en conversaciones contra el gobierno de Evo Morales, que fueron patrocinadas por USAID, y cómo había iniciado una campaña contra el gobierno y contra el Movimiento Hacia el Socialismo (MAS) para intentar influir en las siguientes elecciones.
Romero se caracterizó como un ferviente militante contra la nueva Constitución boliviana promovida por Evo Morales y fue el propio presidente boliviano quien en ese momento señaló que la entonces Corte Nacional Electoral (CNE), que estaba presidida por Salvador Romero, era un órgano subordinado a la Embajada de los Estados Unidos (Romero había sido nombrado para encabezar ese órgano en 2003 por el entonces presidente Carlos Mesa, uno de los responsables del golpe de estado del 10 de Noviembre de 2019.[8]
Ivanka Trump y las maquinas de votacion
La hija del presidente Donald Trump y asesor principal, Ivanka Trump, en Noviembre de 2018 obtuvo la aprobación i del gobierno chino para 16 nuevas marcas, que cubre una amplia gama de productos que incluyen “máquinas de votación.”[9]
Ivanka Trump got a trademark in China for voting machines. What????????????!?!???
— Judd Apatow (@JuddApatow) October 7, 2019
El 14 de Octubre de 2019, Walter Shaub, actual colaborador de CNN y ex director de la Oficina de Ética de Obama señalo: “China le dio a Ivanka Trump una marca comercial para máquinas de votación mientras cometía nepotismo en la Casa Blanca. Estados Unidos todavía espera una explicación.”[9]
El retorno de USAID a Bolivia ha sido descrito por “Trump como ‘vital para los intereses nacionales de los EEUU.” Para variar, esta vez no miente. Como las maquinas de votacion no podrán ser usadas en EEUU, la respuesta a Walter Shaub la debe dar USAID que practica el viejo arte de transformar países en repúblicas bananeras.
Como si adivinara, USAID ya declaro en una nota al “DEBER” que “ayudará a reconstruir tribunales electorales regionales que fueron quemados”, ironicamente por los mismos que han traido a USAID:
“Los primeros retos es la reconstrucción de los edificios electorales en varias regiones y, además, la compra de equipos para organizar las justas. Romero detalla que las sedes más afectadas son la de Potosí, Santa Cruz, Pando, Beni y Chuquisaca”.[10] (es decir bastiones de la ex oposicion)
¿Que cosas no?
Nos creen una manada de imbeciles.
¿Que tendremos en Bolivia para las elecciones del 2020, bajo la “colaboración” de USAID y la OEA?
UNA RECETA LLAMADA: “BARRIENTOS Y HONDURAS”
Bolivia 11 Enero de 2020
NOTAS
ACCIÓN ENCUBIERTA DE LOS ESTADOS UNIDOS EN BOLIVIA, 1964-1966:
El mes pasado, el gobierno de los Estados Unidos reconoció y describió silenciosamente un programa de acción encubierta de la CIA en Bolivia durante la Administración Johnson. El reconocimiento llegó en forma de una “nota editorial” que se publicó en el último volumen de la serie oficial del Departamento de Estado Relaciones Exteriores de los Estados Unidos (FRUS), 1964-1968, sobre América del Sur y Centroamérica y México. Ese volumen también describió el papel clandestino de la CIA en las elecciones de 1964 en Chile. Un documento contemporáneo de la CIA citado en la “nota editorial” describió el programa de la siguiente manera:
“Los objetivos básicos de acción encubierta en Bolivia son fomentar soluciones democráticas a problemas críticos y sociales, económicos y políticos; controlar la subversión comunista y cubana; fomentar un gobierno estable favorablemente inclinado hacia los Estados Unidos; y fomentar la participación boliviana en la Alianza para el Progreso.” “La dirección principal y el énfasis de las operaciones de la accion encubierta es forzar la retirada de los comunistas, izquierdistas y pro-castroitas de cargos influyentes en el gobierno, y tratar de romper el control comunista y ultra izquierdista sobre ciertos sindicatos, grupos estudiantiles y organizaciones campesinas.”
La nota editorial fue aprobada para su publicación por un Panel de Alto Nivel interinstitucional que revisa las acciones encubiertas históricas para su posible reconocimiento en la serie FRUS. “Esa nota editorial es el texto de la declaración aprobada por las tres agencias [miembros del Panel de Alto Nivel] (Estado, CIA, NSC) para reconocer la acción encubierta”, explicó un funcionario a Secrecy News. Sorprendentemente, la nota editorial proporcionó cifras presupuestarias para el programa de la CIA en Bolivia, que alcanzó un máximo de $ 545,342 en el año fiscal 1964. Esto es sorprendente ya que la CIA se ha negado constantemente a desclasificar tales cifras por sí misma. Incluso hoy en día, la Agencia argumenta en un tribunal federal, con el apoyo legal de la Oficina de Información y Privacidad del Departamento de Justicia, que dicha información presupuestaria histórica debe ser retenida de la divulgación. Pero ahí está. Véase la nota editorial del Panel de Alto Nivel sobre la acción encubierta de la CIA en Bolivia, publicada a finales de septiembre, aquí [8]
Los Negocios de votacion de los Trump:
¿Why did Ivanka Trump get a voting machine trademark from China?