El Dólar-Rand está inmerso en un claro rally alcista en el que se están comenzando a ver signos de flaqueza. Desde que alcanzase un mínimo en los 6,5830 a inicios de enero la divisa sudafricana se está viendo lastrada por la debilidad del oro de la que es uno de los principales productores mundiales. Muchos gestores utilizan la divisa sudafricana como una variable ‘proxy’ al metal precioso.
En el momento actual, el cruce se ha frenado en un máximo reciente en los 7,3186 tras superar con fuerza la media de las últimas 200 sesiones. Lo normal sería que hiciese el ‘throw back’ a la media mencionada.
A su vez, al observar los osciladores vemos que el potencial de caída del cruce a corto plazo es amplio dado que el estocástico y el RSI han alcanzado claros niveles de sobrecompra. Los objetivos bajistas estarían en el 23,60% y en el 38,20% de Fibonacci. Para que se cumpla el anterior escenario el oro, el metal precioso por excelencia, debería recuperar posiciones.
Desde el punto de vista fundamental, la economía sudafricana se estima que va a crecer por encima del 3% a lo largo de los próximos dos ańos. Tasas que se estiman que son bajas para hacer frente al principal problema de este país que es el elevado desempleo que genera graves conflictos sociales. La inflación también es un problema al situarse en la parte alta de la banda objetivo del South African Reserve Bank que es del 3-6%.
Sin embargo, unos tipos del SARB en el 5,50% hacen que el diferencial de tipos sigue siendo un gran incentivo a la hora de realizar el ‘carry trade’, la práctica de financiarse en divisa con tipos bajos como el Dólar o el Yen para luego invertir en divisa con tipos más elevados y llevarse el diferencial.
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