Usera, puerto de mar

Por Antoniobarba

Barco infantil, listo para colorear

Semana a semana se produce el milagro. Una sala de teatro, nave más que sala por la singladura en la que nos embarca a tod@s, hace que este modesto barrio de Usera se haga la mar océana de las artes escénicas de la mano de obras de primer nivel, nunca antes vistas en un barrio como este y que antes, para ser vistas, requerían que uno tuviera que desplazarse hasta el centro de la ciudad. Sopla el viento, se inflan las velas. De todas las obras que he visto este año, ahora que llega el final de 2014 y a los humanos nos gusta hacer balance, me quedo con cinco piezas que me encantaron: Mendoza, de Los Colochos Teatro; Yo de Mayor quiero ser Fermín Jiménez, de El Pont Flotant; El Minuto del Payaso, de Teatro el Zurdo; La cena del Rey Baltasar, de la Compañía Los Números Imaginarios, y El Examen de los Ingenios, de Bedlam Teatro. Me dejo alguna en el tintero fijo, porque alguna obra que quise no pude ver, pero este ramillete me trae a la memoria un montón de recuerdos y de agradecimientos a los hacedores de esta magia y de tanto arte. Y cualquier elección es injusta y parcial, porque, para mí, tiene mucho, muchísimo mérito, quien salta a las tablas, vence su miedo y nos hace partícipe de su obra y de su arte, pues tal es el objeto del teatro. La Kubik Fabrik y sus arrojados y animosos tripulantes transforman a esta periferia en el centro de la ciudad, con gentes de todo Madrid que se acercan hasta aquí para presenciar el milagro. Y, ojo, que en 2015 prometen muchas sorpresas para seguir creciendo, así que atentos al telón. Semana a semana, la Kubik convierte a Usera en un puerto de mar, con barquitos atracados y barquitos a punto de zarpar.