Usted perdone, don arturo

Por Sergiodelmolino

Me he enterado de la última de Pérez-Reverte por el blog de Rafael Reig. Por supuesto, en los comentarios, los seguidores del genio han atacado alla maniera de su ídolo: llamando mediocre, envidioso, resentido y hasta borracho al autor del post.

Por si no se han enterado, muy brevemente: el Ayuntamiento de Cádiz, por lo visto, había encargado a Pérez-Reverte comisariar una magna exposición sobre el bicentenario de la Pepa. Como el anuncio terminaba ahí, un pérfido concejal de Izquierda Unida, Sebastián Terrada, levantó el dedo y preguntó por el resto de la información que debería acompañar este tipo de noticias: en qué iba a consistir el trabajo de Pérez-Reverte, por qué el Ayuntamiento le había elegido a él y no a otro, por qué mecanismos administrativos se había efectuado la designación y cuánto iba a cobrar el escritor del dinero de los contribuyentes gaditanos.

La respuesta de Pérez-Reverte ha sido la dimisión fulminante, expresada en estos términos -en una carta dirigida a la alcaldesa de Cádiz-:

“También me conozco un poco y sé que al final acabaré ciscándome públicamente en la puta madre de alguien, y la liaremos. Así que mejor me quito de en medio”.

¿Qué cuánto voy a cobrar? Me cisco en tu puta madre.

Qué barbaridad, qué cabrón. ¿Habrase visto sinvergonzonería mayor? ¿Cómo se le ocurre a ese concejalucho tamaña desfachatez?

¿Saben qué? Por una vez, estoy de acuerdo con Pérez-Reverte. La pregunta del concejal de Izquierda Unida es vergonzosa. Es vergonzosa su mera formulación, porque los datos que solicita deberían haberse facilitado con transparencia y rigor por la propia alcaldesa cuando anunció el asunto.

Es vergonzosa la opacidad de las administraciones municipales españolas. Es vergonzoso cómo se saltan los concursos públicos, cómo designan a dedo y cómo asignan recursos públicos sin ningún tipo de control democrático ni posibilidad de réplica o de debate.

¿Saben cuál ha sido la respuesta de la alcaldesa a una carta en la que un tipo amenaza con ciscarse en la puta madre de un miembro de la corporación municipal que ella preside? ¿Convocar un pleno para declararle persona non grata? No, eso sería propio de una administración democrática y digna. Lo que ha hecho es suplicarle que no dimita, que vuelva, que ya se encargará ella de cerrarle la boca al concejalete listillo que quiere saber lo que no debe.

El jefe de gabinete de la alcaldesa de Cádiz solicita al jefe de la policía local (en el día de la boda de su hija) que se encargue de cierto concejal que está molestando a nuestro amigo.