La aplicación tópica de aceites esenciales se puede utilizar para lo siguiente:
Aliviar traumatismos localizados como hematomas, esguinces, picaduras o quemaduras.
Relajar y calentar músculos específicos.
Refrigeración de áreas específicas.
Aliviar las condiciones neurálgicas.
Como antiinflamatorio.
Como antiespasmódico.
Como agente antivírico, antifúngico o antibacteriano específico para infecciones cutáneas.
Para tratamientos sistémicos, incluido el desequilibrio hormonal.
Como relajante corporal general.
Las aplicaciones tópicas se pueden administrar de la siguiente manera:
En un aceite portador (aceites vegetales prensados en frío).
En un ungüento.
En un gel.
Sin diluir.
En un baño (asiento, mano, pie o completo).
Como una compresa.
En una irrigación de heridas.
La cantidad de aceite esencial que se absorbe a través de la piel depende (no de ninguna orden específica) de lo siguiente:
Dilución utilizada.
Cantidad usada.
Cantidad de superficie de piel cubierta.
Elección de aceite esencial.
Elección del portador (loción, aceite, crema, alcohol, agua).
Parte del cuerpo utilizada.
Temperatura de la piel.
Integridad de la piel.
Calor del ambiente.
Edad de la piel.
En un masaje de aromaterapia, o cuando se aplica el aceite esencial utilizando la técnica “m”, gran parte del aceite esencial se evapora en la habitación y se inhala por el paciente. Por lo tanto, es probable que el beneficio sea una sinergia de la aplicación tópica de los aceites esenciales mezclados e inhalados juntos. Ambos, mezclados con un toque suave, permite que el paciente se relaje y respire profundamente. Es difícil separar los dos medios de entrada, y se sugiere que podrían funcionar sinérgicamente. Actualmente no hay conocimientos comparativos sobre la absorción gastrointestinal y cutánea del mismo material.