Creador: Dennis Kelly
Hace ya bastante tiempo que les comenté la primera temporada de Utopia, serie que me gustó bastante por lo arriesgada de su propuesta y lo variopinto de los personajes, envueltos en una trama llena de paranoia, algo propio de una conspiración. Esos primeros seis episodios los vi de una pasada, para que quede claro lo genial de aquella temporada inicial; sin embargo, esta segunda me ha gustado menos, a pesar de todo lo que prometía. Es inferior a su temporada predecesora, y por sí sola tampoco va más allá de ser correcta y efectiva. Definitivamente no es una muy buena temporada, ni memorable ni encantadora como la primera, pero funciona y tiene un final que te deja enganchado para más adelante. No he quedado conforme, pero tampoco estoy molesto, simplemente estoy a medio camino entre las sensaciones positivas y negativas. Las positivas logran paliar las negativas, lo cual es un mérito, pues de ser otra serie -o película- probablemente la haya mandado ya a la guillotina. Muchos reparos que hacer.
Esta segunda temporada, aunque temporalmente retoma lo dejado anteriormente unas cuantas semanas después, queda en el mismo lugar argumental: ya sabemos el secreto de Janus y todo lo demás. "The network" no se ha detenido y tampoco su reguero de atrocidades, pero para lograr su meta un par de cosas tienen que ser resueltas, y las respuestas son tan elusivas que todo se complica más de lo necesario. Más personajes y situaciones escabrosas, poco más se puede decir sin revelar detalles importantes, así que, simplemente, bienvenidos nuevamente a la conspiración.
Tal como señalé, esta segunda temporada es totalmente inferior a la primera. La palabra clave en que la calidad sea excelente en la primera y regular en la segunda es una: misterio. Los primeros seis episodios tenían misterio de sobra que fueron desarrollados con un pulso excelente. Lo que hace cojear estos seis episodios siguientes es su falta de misterio y peligro, lo que finalmente se convierte en una merma en la fascinación que tanto generaba la serie en un inicio.
Me pasó con el primer ciclo que luego de ver el primer episodio no me pude aguantar y tuve que ver el segundo inmediatamente, incluso cuando eran casi la una de la mañana -y yo no suelo trasnochar a menos que sea absolutamente necesario; mis horas de sueño no las cambio por casi nada-. Ahora me pasó que, viendo el quinto episodio, los subtítulos eran una mierda y se desincronizaban a cada rato, y yo no aguanto tener que resincronizar más de cinco veces. Cuando eso pasa es que estos tipos sencillamente hacen un pésimo trabajo. La cosa es que dejé de ver el episodio para esperar a que alguien subiera unos subtítulos decentes, y si hubiera estado tan fascinado como con la primera temporada, no hubiese aguantado mucho la espera, probablemente me hubiese tragado mi ira por lo malo de los subtítulos. Pero como la historia no es tan maravillosa como antes, pasaron seis días, y solo la salida al aire del último episodio me hizo retomar lo que me quedaba del quinto. Conclusión: la historia ya no genera adicción, precisamente porque no hay misterio, o si es que lo hay, está debilitado y sin la atracción de antes. Se perdió aquella paranoia que hacía insoportable no saber más y pensar que tu destino estaba sellado arbitrariamente por los poderes ocultos.
Probablemente la causa de esto sea tan simple como que estamos en la segunda temporada: las cosas ya no son tan enigmáticas como antes y siempre hay más información previa con la que enfrentar las nuevas tramas. Y probablemente agregar una nueva trama habría sido demasiado exagerado para una serie llena de detalles y elementos argumentales, algo que confundió bastante a varias personas -un amigo me decía que no recordaba absolutamente nada de la primera temporada, y cuando veía ésta, constantemente me hacía notar su desconcierto, aunque al final quedaba tan entusiasmado como yo-. Pero la verdad es que como no hay misterio, tampoco hay una sensación de peligro e incertidumbre, sensaciones que eran predominantes y agobiantes en el primer ciclo, cuya mayor virtud era establecer como eje central de todo el relato, aquel enrevesado entuerto conspiranoico, una misteriosa novela gráfica llamada "Utopia experiments" -y su precuela o secuela "Utopia manuscript"-, un buen ejemplo de mcguffin -aunque no estoy seguro que lo sea completamente-. En torno a este simple elemento transitaban multitud de personajes, cada cual con sus dobles intenciones y propósitos, ensombrecidos pasados y mortales planes a futuro. Entre los que escondían el manuscrito y los que lo buscaban, también habían más elementos con su propia mitología, como la pegajosa pregunta "Where is Jessica Hyde?". Además habían peligrosos asesinos y organizaciones secretas dispuestas a todo con tal de llevar a cabo sus planes, demostrando de paso todo el poder que tenían, que de verdad era espeluznante. Desde el primer minuto la incertidumbre era total, y cada momento era potencialmente mortal: la paranoia transmitida al espectador era totalmente efectiva: cualquier cosa podía pasar en cualquier momento, porque además no había límites de ningún tipo -nada más vean la primerísima escena de la serie, que te instala de una manera escalofriante dos interrogantes que buscan ser respondidas a como de lugar-. En otras palabras, no sabíamos absolutamente nada, y estábamos a la par de los personajes, por lo que su sufrimiento también era el nuestro.
Por desgracia, en la presente temporada sí que sabemos prácticamente todo: sabemos qué es Janus y lo que puede provocar, sabemos qué es "The network" y qué busca lograr, sabemos quién es Mr. Rabbit y de lo que es capaz. Desde luego, se instala un misterio que debe ser resuelto en los episodios posteriores, de lo contrario la temporada no tendría razón de ser. En este caso, el primer episodio es una vuelta al pasado, a los orígenes de Janus y al misterio que tanto Rabbit como los suyos pretenden aclarar: ¿cuál fue el ajuste que le hizo Philip Carvel a Janus? Con el genio ya muerto, la respuesta puede estar en cualquier lado. Lo cierto es que esta excusa argumental para traer de vuelta a todos los personajes no es lo suficientemente sólida como para mantener a flote seis episodios, y la fiel prueba de ello es que los primeros episodios, los posteriores a la vuelta al pasado -que fue un muy buen episodio, por lo demás- tienen como único fin reunir de una manera convincente a los personajes, pues no sería creíble que todos estén tomando té cuando la conspiración retoma su camino. Luego se comienzan a dar respuestas, pero ya no tienen el impacto de antes, pues son simples detalles agregados a todo este plan de magnitud mundial. Por lo tanto, toda las desventuras del grupo de personajes se torna repetitiva y un poco déjà vu, luciendo como las típicas huidas, conversaciones aclaratorias, peleas y discusiones, una que otra masacre -algunas quedaron buenas, no me quejaré- y Grant nunca dejando de ser un imbécil de mierda. Aunque los episodios sean entretenidos y algunos estén mejor logrados que otros, la emoción y fascinación ya no es elevada y el visionado se da más por inercia que por auténtico interés. No les mentiré, hay su buen par de giros que te hacen pensar, "oh, definitivamente quiero saber qué sucederá", pero seguimos sabiendo el 90% de la trama y éstos, que son detalles y giros sabrosos necesarios para encontrar las respuestas, son más bien un impacto momentáneo y no algo que realmente aporte enigma a un misterio que ya no es tal -no como antes cuando una revelación, aunque tenía información importante, nos adentraba aún más en las sombras y la incertidumbre-. Digamos que la primera temporada era una carretera totalmente a oscuras, en la cual nosotros, al igual que los personajes principales -entiéndase Ian, Becky, Grant y Wilson Wilson-, caminábamos sin saber absolutamente nada de lo que venía. Ahora probablemente los personajes tampoco sepan mucho, pero nosotros sí que tenemos el panorama más completo, y las sorpresas y giros no dejan de ser intentos tramposos por mantenernos atentos y sostener un poco el desarrollo de la trama.
No obstante, Utopia tiene un estilo tan único como peculiar, con una fotografía espectacular -aunque a veces, para mí, era un poco inexplicable y en pocas ocasiones fea- y una banda sonora pegajosa y alucinante, dando como resultado una estética deslumbrante. Puede que ahora la dirección sea menos elegante que antes, y el desarrollo argumental y narrativo tenga menos pulso y solidez, pero ciertamente hay una actitud y un estilo detrás que llama la atención y que le otorga ese no-sé-qué que hace de Utopia todo un placer -culpable o no depende de cada uno. A mi todavía no me parece de esos productos que se puedan etiquetar como un "placer culpable", y es que la calidad todavía tiene un piso que no se ha perdido-. Además el episodio final es buenísimo -no tanto como el primero de la serie entera, una absoluta perfección de la paranoia y la conspiración-, y el final-final resulta ser todavía mejor: es refrescante y abre todo un abanico de posibilidades que pueden garantizar grandes cosas a futuro. No sé realmente cómo se abordaran estas posibilidades, pero espero que los acontecimientos signifiquen un soplo de aire fresco y una búsqueda para narrar las cosas de una manera diferente, sin perder ese "toque Utopia" que tanto gusta a sus fans. Y esto último es necesario, porque si el argumento se narra de la misma manera que se ha visto esta temporada, entonces la repetición reinará y sí que no valdrá la pena ver los derroteros de esta conspiración que agarra nuevos tintes, porque no importa cuan genial sea la historia de fondo si se narra de una manera convencional y repetida hasta el hartazgo.
El creador ha dicho que está "cruzando dedos" para que ojalá renueven su serie por una tercera e incluso cuarta temporada. Yo realmente espero que sea así, pero con la condición de que estas ideas tan interesantes se narren de una manera nueva y refrescante, sin caer en los mismos tópicos de persecución-huida-asesinato-verdades-secretos-etc. Pero le tengo fe, porque de verdad ese final puede significar un nuevo camino para abordar los temas que trata la serie.
Podría hablar sobre la falta de ética y moralidad reinante en contraposición con la moral intachable de ciertos personajes como Ian -que detesto tanto como a Grant-, pero no vale mucho la pena. Además es insoportable que hayan tipos tan perfectitos y correctitos, como si la vida fuera tan taxativa entre ser bueno o malo. Al menos en esta temporada se ha jugado con que "ya no hay bandos, ni buenos ni malos", sólo gente confundida. Gente que se ve alcanzada por los conflictos mundiales, que de alguna manera tiene que pagar el precio. La consigna es sobrevivir.
Quizás la serie hable sobre la moral y la ética de probables soluciones a problemas que podrían volverse más y más vigentes, y quizás logre instalar un poco en el debate los temas centrales que trata, pero tampoco parece ser lo más importante. Tiene el tema de fondo, pero importa más la forma, lo cual tampoco voy a criticar, pues es completamente válido y aquella primera escena de la primera temporada fue una sólida declaración de intenciones al respecto. "Utopia" es más bien una serie de conspiración, misterio y paranoia, una serie que en esta segunda temporada se da un tropezón que no terminó en caída básicamente por el tremendo final que tiene. No es tan emocionante como el primer ciclo, pero no me atrevería a decir que es una mala temporada ni que perderán el tiempo viéndola. No sé muy bien qué decir: a mi no me ha gustado del todo, así como para gritar de emoción por la genialidad recién vista, pero sí es una temporada que está hecha de manera correcta y efectiva, con episodios regulares salvaguardados por un final magnífico, así que me imagino que el balance es positivo. Mejor me ubico a mitad de camino: no odio ni amo al segundo ciclo, sólo lo acepto un poco a regañadientes, porque sin duda pudo ser mejor. Si hay tercera temporada, la estaré esperando con cautela.
Capturas del pasado (por eso el formato ese)